Ferrovial tiene ya todos y cada uno de los caminos legales despejados para trasladar su sede fiscal de España a los Países Bajos. Ninguno de los accionistas que se habían opuesto en la junta de accionistas a la mudanza ha ejercido su derecho de separación, que les dejaba vender sus acciones a un costo determinado de veintiseis euros.

“Una vez finalizado el periodo para la comunicación por parte de los accionistas de su deseo de ejercer el derecho de separación, no nos consta que ninguno lo haya ejercido”, han señalado este viernes fuentes de la compañía. Ferrovial no prevé cambios en esta postura, si bien hasta el miércoles no va a dar por cerrado formalmente el proceso pues “el procedimiento establece un plazo de cuatro días para que los custodios terminen de corroborar la información”. “Tampoco nos consta que ningún acreedor haya ejercido su derecho de oposición”, han añadido exactamente las mismas fuentes.

Para ejercer este derecho de salida era preciso haber votado contra la mudanza en la junta festejada el pasado trece de abril. El cuatro con cuarenta y cinco% del capital se opuso al traslado, mas de este porcentaje la mayoría corresponde al cuatro con quince% propiedad de Leopoldo del Pino, hermano del presidente de la compañía, Rafael del Pino, y muy crítico con su administración. De haber salido del capital, hubiese supuesto un escollo a los planes del conjunto de infraestructuras pues el traslado estaba supeditado a que no se fuera el dos con sesenta y tres% del capital, o sea, si las solicitudes de los accionistas superaban en importe los quinientos millones de euros. No obstante, la compañía se había guardado un as en la manga, pues nada le impedía acrecentar ese límite si se hubiese dado la coyuntura que le obligara a ello.

El levanta de cotización ha desincentivado cualquier amago de salir del capital a los accionistas rebeldes, pues los veintiseis euros ofertados por Ferrovial (la cotización media en los 3 meses anteriores al anuncio del traslado), es un trece% inferior a los veintinueve con treinta y siete euros a los que cerró la acción en la sesión de el día de ayer, jueves, cuando vencía el plazo para ejercer el derecho de separación. Ferrovial se ha valorizado un veinte% desde el principio del año y prácticamente un doce% desde el momento en que se anunció la pretensión de trasladar la sede desde Madrid a Ámsterdam.

Tras la aprobación de la fusión inversa de la matriz de España (Ferrovial SA) con la filial holandesa (Ferrovial International SE), el proceso pasa ahora por cotizar en el Euronext de Ámsterdam en los próximos 3 meses, para entonces catalogarse en la Bolsa de Nueva York antes que acabe el año, si bien los títulos proseguirán cotizando en Madrid en el Ibex treinta y cinco.

El traslado cuenta con la férrea oposición del Gobierno que estima que no es preciso para el fin último de cotizar en Wall Street, como acreditan informes de la BME y la CNMV, un extremo que los servicios jurídicos de la compañía niegan.

En la junta de accionistas festejada el trece de abril, votaron en favor del cambio de sede el 93,3% del capital representado, al paso que un cinco con ocho% votó en contra y el sobrante cero con nueve% se abstuvo. El pacto fue apoyado por los mayores accionistas del conjunto, tanto individuales como fondos de inversión: Rafael del Pino (veinte,45% del capital); su hermana María (ocho con dos%); el fondo activista británico TCI (siete%); el fondo soberano noruego Norges Bank (uno con cuarenta y nueve%), y los fondos Lazard y Blackrock, con participaciones menores.