Imagen de un banco

La reciente OPA del BBVA contra el Sabadell ha reavivado el debate sobre la concentración en el sector bancario. ¿Es beneficioso tener pocos megabancos dominando cada «minimercado»? A continuación, exploraremos este tema desde una perspectiva diferente.

Uno de los puntos clave es la falta de competencia. En España y en la Unión Europea, la concentración bancaria es evidente, lo que puede ser perjudicial para consumidores y empresas. En este sentido, la presidenta de la CNMC, Cani Fernández, ha señalado que una mayor concentración puede generar distorsiones y que, en ciertos casos, se podrían exigir medidas para solucionar este problema.

Si bien la fusión entre Bankia y CaixaBank ha sido un ejemplo de una solución pacífica, no todos los casos son tan sencillos. La rigidez del sector bancario español y la falta de competidores reales en mercados relevantes plantean desafíos adicionales.

Desde el BCE se apunta a las fusiones transfronterizas como una forma de promover un mercado bancario europeo más integrado. Sin embargo, las fusiones nacionales no han demostrado ser la vía más efectiva para alcanzar este objetivo. De hecho, el informe más reciente del BCE destaca la necesidad de eliminar barreras legislativas, aumentar la transparencia y crear un Fondo de garantía de depósitos común como medidas prioritarias.

En lugar de fomentar la concentración a través de fusiones nacionales, se plantea la idea de promover un mayor flujo de crédito transfronterizo como una forma de reducir la concentración a nivel nacional y diversificar las exposiciones de los bancos en distintos países. Esto, a su vez, podría contribuir a la creación de «campeones europeos» en el sector.

En resumen, la discusión sobre la concentración bancaria y las fusiones en el sector financiero continúa. En un entorno cada vez más globalizado, la clave puede estar en buscar formas de promover la competencia y la integración europea sin caer en la trampa de la excesiva concentración y el sesgo doméstico.