Luis Gallego, consejero encargado de IAG (International Airlines Group), ha recibido esta noche en Nueva York el premio al Empresario del Año dos mil veintitres, que da la Cámara de Comercio de España–EE UU, en reconocimiento a su visión y liderazgo y por su contribución a la consolidación de uno de los primordiales holdings de compañías aéreas del planeta en uno de los instantes más bastante difíciles de la industria de la aviación. Gallego, que se encargó de IAG en dos mil veinte, ha conducido la compañía por medio de consecutivas turbulencias, de la pandemia al impacto en el costo de la energía de la guerra de Ucrania, la alta inflación sostenida a lo largo de dos mil veintidos y, ahora, la inseguridad que rodea el enfrentamiento de Gaza.
“Me gustaría compartir este reconocimiento con todos los empleados de la compañía, por el hecho de haber salido de la crisis y estar recuperando los niveles de rentabilidad que teníamos [antes de la pandemia]”, ha dicho Gallego en un encuentro con cronistas anterior a la entrega del premio. IAG nació en dos mil once con la fusión de British Airways e Iberia. La complementariedad de la compañía aérea británica, “que volaba a todo el Atlántico Norte”, y la de España, “que volaba a todo el Atlántico Sur”, ha impulsado un conjunto que en dos mil veintidos ha transportado a noventa y cuatro millones de pasajeros y que cuenta con un valor agregado de sesenta y nueve millones. Solo en dos mil veintidos las compañías aéreas del conjunto llevaron a nueve con nueve millones de clientes del servicio a EE UU. De hecho, es la apuesta por el mercado americano la que ha impulsado el negocio hasta cifras récord. “Los resultados del tercer trimestre han sido los mejores, con 1.745 millones de beneficio operativo que han permitido repagar la deuda contraída durante la covid. Un motivo es que está habiendo una demanda muy fuerte, de Latinoamérica a España y en concreto a Madrid”. Asia es la zona donde menos operan las compañías aéreas de IAG, a pesar del pacto con Qatar para volar por medio de Doha, al tiempo que los vuelos de media distancia a Oriente Próximo están parcialmente en cuarentena (suspendidos los vuelos de Iberia a Tel Aviv por la guerra en Gaza, operativos como es costumbre los de Amán y El Cairo, mas con una demanda sensiblemente menor).
Gallego, que ya antes fue consejero encargado y presidente de Iberia, aceptó el reto de llevar las bridas de IAG, que hoy emplea a setenta personas, en plena pandemia, “con todos los aviones parados y un futuro incierto”. Tres años después, el holding incorpora las compañías Vueling, la irlandesa Air Lingus, la compañía aérea de bajo costo Level e Iberia Exprés, y contempla la futura integración de Air Europa, un acercamiento que se comenzó a fines de dos mil diecinueve y que la pandemia retrasó. “Nuestra intención es completar [la compra] en noviembre”, asevera Gallego.
El premio de la Cámara de Comercio hispano-estadounidense reconoce singularmente el impulso de la sostenibilidad y la descarbonización acometido bajo la dirección de Gallego. El apoyo a start-ups en la industria, la inversión en nuevas tecnologías y el compromiso de lograr la neutralidad en emisiones netas de carbono en dos mil cincuenta son los principios rectores de una apuesta a que, acepta Gallego, “encarecerá el precio de los billetes”, dada la escasez y la falta del SAF (iniciales en inglés de “combustible de aviación sostenible”), y cuya importación desde EE UU el conjunto pretende acrecentar el próximo año. IAG ha sido el primer conjunto de compañías aéreas del planeta resuelto a lograr la emisión cero en dos mil cincuenta y el primer conjunto de compañías aéreas europeo en comprometerse a emplear un diez% de SAF en dos mil treinta.
La política de sostenibilidad es una de las primordiales competencias de IAG, que deja a las compañías aéreas la responsabilidad de la cuenta de resultados, la marca, los clientes del servicio o los destinos. De la adquisición de aparatos a nivel global asimismo se ocupa IAG, “pues es mucho más eficiente que hacerlo localmente”. De la flota de IAG, que hoy en día es de quinientos sesenta y cinco aeroplanos (algo menos que en vísperas de la covid), se han retirado los modelos de 4 motores, setecientos cuarenta y siete de British Airways y los A340 seiscientos de Iberia, más contaminantes. Hasta dos mil treinta, se sumarán a la flota ciento noventa y dos aeronaves de nueva generación y de fuselaje estrecho, más sustentables, lo que reducirá el consumo hasta en un cuarenta% y un veinte%, respectivamente, explica el CEO de IAG.
La aportación de IAG a España, recuerda Gallego, es más que significativa. “IAG contribuyó en el año 2019 en más de 21.500 millones al PIB y supuso también la generación de más de 361.000 empleos en España. Esto es aproximadamente un 1,7% del PIB español y un 2% del empleo a tiempo completo”.
Sobre el contencioso entre Iberia y Aena por el concurso de handling, cuyo resultado fue impugnado por la compañía aérea “por irregularidades evidentes”, Gallego afirma que “nosotros en IAG no tomamos decisiones al respecto. Nosotros decidimos si invertimos en una aerolínea o si invertimos en el holding o si invertimos en el mantenimiento en función del retorno que vamos a conseguir. Por lo cual, la estrategia que va a seguir Iberia con su handling va a depender de la compañía”. Fernando Candela, director de Iberia, ha recordado los consecutivos trámites del recurso (el Tribunal de Recursos Administrativos Contractuales ha congelado las licencias de Aena mientras que soluciona la apelación). “En este momento el tribunal ha hecho una suspensión automática y el proceso está suspendido a expensas de que este tribunal tome una decisión. Entendemos que esto es lo que debemos hacer por el interés de la compañía, obviamente, y de nuestros trabajadores también, porque tiene una repercusión muy importante en el esquema global del handling en España”.