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(*8*)La pandemia supuso un fuerte incremento del endeudamiento de las familias y empresas: de 1,61 billones en dos mil diecinueve se pasó a 1,65 al año siguiente, lo que supuso un salto de más cuarenta.000 millones de euros en un año. En dos mil veintiuno prosiguió su tendencia ascendiente, hasta los 1,68 billones. Aunque el año pasado fue el primero de moderación de la deuda de familias y empresas desde el principio de la pandemia, esta prosigue siendo un 3,1% superior a la de dos mil diecinueve.
(*8*)La ligera reducción del endeudamiento de las familias no se ha traducido, no obstante, en un incremento de su riqueza financiera neta —que se consigue quitando las deudas a los activos financieros como depósitos o acciones—. Esta se redujo un 0,2% el año pasado, hasta los 1,96 billones de euros, tras haber subido un 9,4% en dos mil veintiuno.
(*8*)La composición de la cartera de activos financieros de los hogares —de 2,7 billones de euros, una cantidad afín al 2021— no padeció grandes alteraciones el año pasado: a los depósitos y el efectivo (cuarenta%), que aumentaron tenuemente, le prosiguieron las participaciones de capital (treinta y uno%), en fondos de inversión (catorce%) y seguros y fondos de pensiones (doce%). Estos últimos fueron los que más padecieron en dos mil veintidos, uno de los años más bastante difíciles para la inversión desde la crisis financiera de dos mil ocho, y su peso en la cartera de los hogares españoles se redujo más de dos puntos.
(*7*)Depósitos
(*8*)Con prácticamente el cuarenta% de sus activos en depósitos en dos mil veintidos, este año podría suponer un cambio de tendencia para las familias españolas: si bien a fines de año empezaban a remunerarse por los bancos, los depósitos aún no están reflejando las subidas de tipos del Banco Central Europeo. Y, con unas financieras que no llegan a lanzarse a una guerra de depósitos, los clientes del servicio buscan rentabilidad en otros productos, como las letras del Tesoro.
(*8*)Además, la inflación ha obligado a los españoles a tirar de ahorros para encarar las subidas de costos, una tendencia que se está confirmando en 2023: en los dos primeros meses del año los depósitos se redujeron en dieciocho millones de euros. Todo ello lleva a una reducción de los activos financieros de las familias, que sí ven, por el otro lado de la balanza, de qué forma su financiación se encarece: las hipotecas que se examinen con el euríbor de marzo van a subir más del cincuenta%.
(*8*)En cuanto a las compañías, estas redujeron su deuda neta en 2.400 millones de euros el año pasado, un 0,2% del PIB. A este importe, apunta el Banco de España en su informe, se agregó el efecto de la caída de los costos de los valores de renta fija (bonos) que estas han emitido. Cada vez que los bancos centrales suben las clases, los bonos ya emitidos pierden valor. Esto se debe a que, con las levantas, los valores de renta fija que se emitan se van a pagar mejor, haciendo menos atractivos —y, por tanto, devaluando— a sus pares que ya circulan en el mercado.
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Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica.
Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales, es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.