A pesar de las presiones ejercidas por Francia, la Comisión Europea sigue en conversaciones con Mercosur para alcanzar un acuerdo comercial. El presidente Emmanuel Macron envió una carta a Bruselas solicitando el fin de las negociaciones, y las protestas agrícolas también han puesto de manifiesto su descontento, sin embargo, el vicepresidente de la Comisión Europea y encargado de la política comercial, Valdis Dombrovskis, ha confirmado que «la negociación continúa». Esto a pesar del rechazo de países como Francia, Irlanda o Austria, que ya mostraron su oposición desde antes de las recientes manifestaciones agrícolas. Estos países han exigido mayor compromiso medioambiental en el acuerdo.
El acuerdo con Mercosur, conformado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, aún está pendiente de ratificación, a pesar de haberse alcanzado un principio de acuerdo hace casi cinco años, tras más de dos décadas de negociaciones. La llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil y las resistencias de algunos países europeos hicieron que el acuerdo se enfriara. Incluso con la posible vuelta de Lula al poder en Brasil, las resistencias persisten.
Dombrovskis ha señalado que «tras las últimas rondas de negociación, se han concluido que todavía no se reúnen las condiciones para cerrar el acuerdo». Ha destacado que se han analizado detenidamente los puntos específicos del acuerdo, como el acceso al mercado agrícola, incorporando un mecanismo de salvaguardia y posibles apoyos financieros a los agricultores en caso de necesidad. El comisario de Comercio también ha hecho hincapié en la importancia de basar el debate sobre intercambios comerciales en datos y hechos, evitando actuar en base a percepciones erróneas que vayan en contra de los intereses de la sociedad y los agricultores.
Es importante destacar que la Unión Europea tiene un superávit comercial en el sector primario de 60.000 millones de euros, según Dombrovskis. Aunque las protestas agrícolas han marcado el debate en el Parlamento Europeo, el político letón ha llamado a evitar decisiones basadas en percepciones equivocadas y a considerar los intereses generales de la sociedad y los agricultores.