La lucha contra el cambio climático ha llevado a la comunidad global a adoptar medidas para avanzar hacia una economía sostenible, pero ¿cuál es el precio de esta transición verde? Según un informe de Carmignac, frenar el cambio climático podría elevar la inflación en un 1,6% cada año durante la próxima década.
La transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, aunque necesaria, conlleva desafíos inflacionarios. La demanda de metales y minerales para tecnologías de energía renovable está en aumento, lo que se traduce en un incremento de precios. Además, la disminución en la inversión en infraestructuras fósiles elevará los precios del petróleo anualmente.
A pesar de los impactos inflacionarios a corto y mediano plazo, la transición energética promete beneficios a largo plazo, como la reducción en los costos de electricidad y la mejora en la seguridad energética. Asimismo, este proceso tiene el potencial de crear nuevos empleos en sectores emergentes y potenciar el crecimiento económico.
Es crucial gestionar cuidadosamente los impactos inflacionarios de la transición verde para minimizar su efecto en la economía. Los gobiernos, empresas e individuos deberán enfrentar la «greenflation» y asegurar una transición justa y sostenible. La gestora de activos Carmignac destaca la importancia de tomar decisiones estratégicas para mitigar estos efectos y garantizar una transición exitosa hacia una economía más sostenible.