Las dos muletas que Dinah Bromberg, de sesenta y tres años, adquirió tras su lesión en la rodilla izquierda eran ideales. Sobre todo pues pagó por ellas la mitad de su costo original. Las vio en una tienda online de artículos de segunda mano y en diez minutos cerró un trato con el viejo dueño. La adquiere de productos vueltos a utilizar está avanzando a grandes zancadas y comienza a ganar adeptos en un contexto de costes elevados que, si bien se ha moderado a lo largo del año, prosigue mantenido a raya el consumo de los hogares.
Ofertar lo que no se precisa se ha transformado en un mercado de grandes cifras. La cadena de ropa Humana pasó de vender cuatro con dos millones de prendas en dos mil veinte a seis con dos millones en dos mil veintidos y Wallapop, el mayor centro comercial digital para este género de artículos, aumentó su facturación un doscientos sesenta% desde dos mil diecinueve hasta el año precedente.
A un paso de que el Black Friday dé el pistoletazo de salida a la época de compras navideñas, poco a poco más usuarios ven en este mercado una ocasión de calmar el notable gasto que por norma general se presupuesta a lo largo de estas datas. Un estudio de la asesora holandesa KPMG prevé que el cincuenta y cuatro% de los compradores van a adquirir productos de segunda mano a lo largo del próximo viernes negro. Sobre todo procurarán artículos del hogar, para pequeños y bebés, ropa y calzado, conforme una encuesta de la plataforma Wallapop.
De una tienda Humana situada en el centro de Madrid salen y entran muy frecuentes clientes del servicio seducidos por los irrisorios costes que cuelgan de las coloridas y variadas prendas. Hasta un euro y medio por una camiseta deportiva en buen estado, 8 por una chaqueta sin aparente uso. La empresa, que es una escisión de la Fundación Pueblo para Pueblo, ha abierto quince tiendas en los últimos 8 años, eminentemente en la capital y en Barcelona, y ya cuenta con cincuenta y uno establecimientos en toda España.
Irish Ríos, de veintitres años, quien está a la caza de un fular entre los anaqueles con accesorios variados, cuenta que desde el confinamiento dejó de adquirir artículos nuevos y ahora la mayor parte de adquiere las efectúa en tiendas como Humana o Wallapop. “Principalmente, zapatillas”, acepta, “que pueden estar hasta un 40% más baratas”. También comparte que la mayor parte de artículos que adquiere acostumbran a llegar en perfectas condiciones y que el ahorro puede llevar a ser significativo. Un estudio de la asesora Deloitte apunta que este género de mercadería es de media un cuarenta y cuatro% más económica que los artículos nuevos.
José Luis Nueno, maestro de Marketing en la IESE y titular de la Cátedra Intend HQ de cambios en el comportamiento del consumidor, apunta que “los compradores han perdido el apego a los bienes”. El especialista en retail afirma que aun ya antes de adquirir (en especial ropa) los usuarios ya piensan en venderla, “por lo mismo, intentan gastarla lo menos posible”. La plataforma Wallapop, que ya aglutina a diecisiete millones de compradores en España, hizo una encuesta que revela que cuando menos el setenta% de los usuarios planea adquirir productos de segunda mano como regalos de Navidad.
“La moda reutilizada se ha quitado la etiqueta de pobre”, declara Rafael Más, directivo de Proyectos y Relaciones Externas de Humana, quien expone que España se está empapando de la conciencia del consumidor de los países norteños, Inglaterra o Alemania, por lo que este género de prendas cada vez se perciben más como una opción alternativa de prestigio. Explica, asimismo, que es una alternativa seductora, en especial para las nuevas generaciones, que “tienen un menor poder adquisitivo”. Edurne de Oteiza, directiva de administración e innovación en Wallapop, añade, además de esto, que cada adquiere de este género tiene un impacto positivo en el medioambiente. En España se desechan unas novecientos toneladas de ropa al año, y el ochenta y ocho% termina en vertederos, conforme el informe de Moda RE.
Segregado por edades, la generación z es quien en un inicio dio forma a esta forma de consumo, no obstante, desde la plataforma de adquiere y venta Vinted advierten que la tendencia ya engloba a un rango más extenso de edades. El director de la tienda online, Adam Jay, explica que cuando nació Vinted en dos mil ocho tenían eminentemente un conjunto demográfico femenino más joven (entre dieciocho y veinticinco años), mas que en años más recientes, este se ha ampliado y el colectivo demográfico más grande ahora son mujeres de más o menos dieciocho a cuarenta y cinco años. Los ingresos de Vinted asimismo aumentaron en dos mil veintidos aumentaron un cincuenta y uno % hasta trescientos setenta con dos millones de euros en comparación con los doscientos cuarenta y cinco con uno millones de dos mil veintiuno.
Lourdes Ferrer, directiva ejecutiva de Percentil, una compañía que administra la venta de ropa de segunda mano, apunta que no fue hasta la pandemia cuando la gente comenzó a ver este género de consumo como algo más normal. Responsabiliza del cambio a la normativa impulsada por Bruselas que busca reducir la producción de restos un treinta% hasta dos mil treinta. Ferrer interpreta que la legislación ha empujado a las compañías a poner este propósito entre sus prioridades. “Que las grandes firmas textiles hablen de ello ha generado conciencia en los consumidores de todas las edades”, se explaya. Al tren de este género de consumo asimismo desean subirse los mastodontes de la moda veloz. A fines del dos mil veintidos, H&M e Inditex anunciaron que trabajaban en aperturar una línea de prendas reusadas.
La creadora de Percentil asimismo comenta que merced a este cambio de mentalidad han podido vender prendas a unos costes más altos. “Si somos capaces de poner en el mercado género reutilizado a una cuantía suficientemente alta, las empresas de moda podrán incorporar este segmento como parte de su estrategia de crecimiento y dejará de ser insignificante para el sector de la moda”. Ferrer añade que en su plataforma no se promocionará ninguna narrativa en favor de un mayor consumo —como es frecuente en el Black Friday—, puesto que desde la enseña están en favor de reducir la huella de carbono con la adquisición de cada prenda. “Si van a comprar mucho, mejor que compren de segunda mano”, zanja. La compañía, con sede en Madrid, alardea ya de administrar cincuenta toneladas de ropa a una serie grandes empresas de tendencia veloz, cuando en dos mil veinte esta cantidad era cero.
Bromberg, que se pasea por la tienda Humana de la calle Alcalá de la capital, cuenta que aparte del alivio para sus finanzas, las compras de segunda mano on-line le dan una disculpa para charlar con nuevas personas: “A veces es muy agradable. No sabes con quién te vas a encontrar”. Se refiere a la adquisición de este género de artículos como la mejor manera de contribuir a la economía circular. “Además te ahorras un dinero que te puede servir para otras cosas”, resalta y acepta entre risas que jamás le ha importado adquirir artículos vueltos a utilizar o aun “de tercera”. Si el doctor por último descarta la cirugía, va a estar revendiendo las muletas al día después.