La Asociación Española de Banca (AEB) ha festejado este lunes su reunión anual en la que su presidente, Alejandra Kindelán, ha cuestionado la pertinencia del parque de hasta cincuenta residencias de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb, conocido como el banco malo) para alquiler accesible. “Habrá que ver si se adecuan bien a la demanda y necesidades de las familias españolas”, ha dicho Kindelán en un acto en el que ha destacado la salud de hierro del campo financiero de España, que cuenta con sesenta millones de euros de exceso de capital sobre los requerimientos regulativos.

La presidente de la patronal ha recordado que aún se ignoran los detalles —la propuesta se aprobará este martes en Consejo de Ministros—, por lo que no podía pronunciarse más sobre la cuestión. A falta de ver la eficiencia de la medida, Kindelán ha asegurado que “siempre es bueno ampliar el parque público de viviendas”. Sin embargo, existen dudas de su uso en los lugares donde radica la demanda. Por el instante, lo que se conoce es que el Ejecutivo va a poner veintiuno residencias a predisposición de los ayuntamientos y comunidades autónomas e impulsará el alquiler social con las catorce residencias ya habitadas de ese parque. Además, fomentará la construcción de hasta quince residencias públicas en suelos libres de la Sareb.

La AEB, por su lado, ha recordado que el campo ya cuenta con una medida en este sentido, el Fondo Social de Vivienda, a través del que la banca ofrece en estos instantes diez y quinientos residencias para personas frágiles. “Se trata de un fondo social para los deudores hipotecarios en problemas. Es una política pública casi”, ha recordado la presidente. Según la asociación, el Gobierno no se ha puesto en contacto con el campo para agregar este parque a lo anunciado el pasado fin de semana por el presidente Pedro Sánchez, si bien han asegurado que está a predisposición de las comunidades autónomas. “La pueden utilizar aquellas personas que cumplan con los requisitos que fija el Ejecutivo para ser considerados vulnerables”, explican fuentes sectoriales.

Más rentabilidad

Durante la conferencia de prensa siguiente a la reunión, Kindelán ha señalado la buena situación de liquidez, solvencia y rentabilidad de la banca. Con los datos de dos mil veintidos, las entidades que están en la AEB (hay otra parte, por servirnos de un ejemplo CaixaBank y Unicaja, que están en la patronal de las viejas cajas, la CECA) se situó sobre el costo de capital, algo que no ocurría desde ya antes de la crisis de dos mil ocho, conforme la presidente. “La normalización monetaria ha contribuido en la mejora de la rentabilidad, aunque ha planteado nuevos desafíos, como ha puesto de manifiesto las turbulencias en Estados Unidos y Suiza”, ha incidido.

Por otra parte, las entidades de finanzas cuentan con un extenso jergón de capital. “Tienen el nivel de capital adecuado en función de los riesgos que asumen. El CET1 [el capital de máxima calidad] está por encima de los requerimientos y el sector dispone de 60.000 millones de euros de colchón por encima de esas exigencias”, ha afirmado la presidente de la patronal bancaria.

Sobre el impuesto excepcional al campo financiero, con el que los grandes bancos abonarán 3.000 millones en un par de años, Kindelán ha incidido en que va a tener consecuencias: (*8*). Según una investigación de la asesora KPMG con datos de dos mil veintiuno, la banca de España pagó un cincuenta y uno% de sus beneficios ya antes de impuestos soportados en el país. “Con la nueva prestación, subirá 10 puntos porcentuales la contribución tributaria”, ha asegurado.

Ayudas a vulnerables

También se ha referido a los efectos negativos de las levantas violentas de géneros de interés del Banco Central Europeo (BCE). En este sentido, Kindelán ha recordado el pacto que se alcanzó a fines del año pasado con el Gobierno para ofrecer una red de seguridad a los deudores hipotecarios en apuros: “Es esencial que el acuerdo se cumpla, que no se cuestione ni se socave la cultura de pago que existe en España”.

Por el instante, la morosidad prosigue a raya y el número de adhesiones al Código de Buenas Prácticas prosigue siendo mínimo. (*3*), ha afirmado.

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Mercedes Cruz Ocaña