París y Berlín prosiguen sin aclarar a quién apoyan para encabezar el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y eso frena la carrera que lideran la vicepresidenta primera de España, Nadia Calviño, y la vieja responsable de Competencia de la Comisión Europea, Margrethe Vestager. “Los mayores accionistas [del BEI] no han aclarado su posición. Estoy convencido que cuando lo hagan podremos ir más rápido”, ha declarado el ministro belga de Finanzas y responsable de regular el proceso, Vicent van Peteghem, en una referencia clara a Francia y Alemania, que son las personas que tienen las mayores participaciones em la enorme corporación crediticia de la Unión Europea, con un dieciseis% cada uno de ellos.
Desde que la de España y la danesa lanzaron su candidatura para acontecer al alemán Werner Hoyer desde el próximo 1 de enero, se transformaron en las grandes preferidas. Hay otros 3 aspirantes –Daniele Franco, exministro de Finanzas italiano, la polaca Teresa Czerwinska y el sueco Thomas Östros, vicepresidentes del banco–, mas todas y cada una de las fuentes consultadas a lo largo de los últimos meses les dan muchas menos opciones. Las mismas que apuntan que Calviño tendría el respaldo de los grandes y Vestager de más países, mas más pequeños.
El proceso de elección del presidente del BEI hace que ese reparto de cartas no sea suficiente: se precisa por lo menos a dieciocho accionistas o países (son los Estados miembros los dueños) que representen un mínimo del sesenta y ocho% del capital, que está repartido dependiendo del tamaño del PIB. De las palabras de Van Peteghem este miércoles al llegar a la asamblea de ministros de Finanzas de la zona euro, el Eurogrupo, se desprende que ya conoce la situación de bastantes capitales mas que le falta por saber qué piensan en París o Berlín y eso sostiene la carrera estancada.
“Es urgente tomar una decisión. Se acaba el tiempo para tomar esa decisión. Antes del 1 de enero necesitamos un nuevo presidente del Banco Europeo de Inversiones”, ha apremiado el belga para después apuntar cara dónde se encuentra el problema: “Los mayores accionistas no han aclarado su posición. Estoy convencido de que una vez esa posición se aclare podremos avanzar y tomar finalmente una decisión”.
De las palabras Van Peteghem y del reparto de apoyos que se ha dibujado desde el comienzo de la batalla, pueden hacerse dos interpretaciones. La primera es que Vestager estaría muy cerca de tener los dieciocho apoyos, al contar con más países pequeños, mas no cuenta con el capital preciso pues en este paso debería contar con los mayores accionistas. La otra lectura sería que la resolución de París y Berlín podría inclinar la balanza cara la de España al arrastrar con ellos a otros países más pequeños, algo con lo que especulan múltiples fuentes desde hace semanas.
Ninguna de las dos capitales ha emitido señales claras sobre quién sería su aspirante. París ha optado por la opacidad total. Berlín, en cambio, ha ido un tanto más allí. En octubre el ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, anunció que tenían tomada la resolución, si bien no afirmó cuál. Fuentes diplomáticas conocedoras de las discusiones dentro de la alianza de Gobierno germana explicaban que había dos posiciones: Lindner, del partido liberal, se inclinaría por apoyar a Vestager, de exactamente la misma familia europea; en cambio, el canciller Olaf Scholz, socialdemócrata, optaría por Calviño. La misma fuente pensaba que Alemania se decantaría por último por la de España, mas semanas después el silencio se sostiene.
La pretensión de Van Peteghem en la asamblea del Ecofin, el órgano que reúne a todos y cada uno de los ministros de Finanzas de la UE, es explicar este jueves el estado de la situación a sus análogos. En principio, aún hay 5 aspirantes en competición, lo que muchos observadores del proceso interpretan como un síntoma de que apenas se ha avanzado desde el momento en que se lanzó la carrera en el mes de agosto.
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