La inflación interanual en Alemania se situó en el primer mes del verano en el seis con cuatro%, una vez que en el mes de mayo fuera del seis con uno%, conforme los datos terminantes publicados hoy por la Oficina Federal de Estadística (Destatis). “Así, la tasa de inflación se ha vuelto a acentuar algo tras debilitarse previamente durante tres meses consecutivos”, apuntó la presidente de Destatis, Ruth Brand, quien añadió que “los alimentos siguen siendo el impulsor más fuerte de los precios”.

Además, por las medidas de alivio del gobierno en dos mil veintidos —el billete mensual subvencionado para el transporte público por nueve euros al mes entre junio y agosto y la rebaja en los costos de los carburantes— “se produce un efecto de base que aumenta la tasa de inflación actual”, agregó. Respecto a mayo, el índice de costos al consumo (IPC) subió un cero con tres%. Los costos de los productos energéticos se acrecentaron en el primer mes del verano un tres con cero% interanual, tras el dos con seis% de mayo.

El incremento bajo la media de los costos de la energía desde marzo pasado se debe sobre todo a un efecto base del año precedente, al generarse entonces esenciales subidas de costos debido a la agresión rusa a Ucrania. Al mismo tiempo, la evolución actual de los costos de la energía se identifica por otros factores, como la evolución a la baja de los costos en las fases económicas anteriores. También las medidas del tercer bulto de descarga del gobierno, como el freno a los costos de la electricidad, el gas natural y la calefacción urbana, asimismo contribuyeron a esta evolución de los costos de la energía.

Entre junio de dos mil veintidos y dos mil veintitres se encarecieron los comburentes sólidos y el gas natural de forma particularmente acusada —un veintiseis con seis% y un veinte con ocho%—, respectivamente, y asimismo los costos de la electricidad —un diez con cinco%— y la calefacción urbana —un nueve,3%— aumentaron sobre la media. Por contra, se abarataron sensiblemente los derivados del petróleo que cayó un doce con ocho%, el gasóleo ligero para calefacción —un treinta y seis con cinco%— y asimismo los carburantes, que descendieron un diez con cuatro %, pese a la rebaja el año pasado.

Los comestibles se encarecieron en el primer mes del verano un trece con siete% interanual, tras el catorce con nueve% de mayo, y se sostienen como el impulsor más fuerte de los costos. De nuevo se observaron subidas en todos y cada uno de los conjuntos de comestibles y en particular se encarecieron los lácteos y los huevos —un veintidos con tres%—, el azúcar, la mermelada, la miel y otros dulces —un diecinueve con cuatro%—, los vegetales —un dieciocho con ocho%—, el pescado, sus derivados y el marisco —un dieciocho con cinco%—, y el pan y los productos a base de cereales —un dieciocho con tres%—, al tiempo que las grasas y aceites se abarataron un doce con uno%.

La inflación latente asimismo crece

La inflación latente, que no tiene presente el impacto de los comestibles y de la energía, se situó en el primer mes del verano en el cinco con ocho%, tras el cinco con cuatro% en el mes de mayo y el cinco con ocho% en el mes de abril y marzo. Sin tener en consideración el impacto de la energía, la tasa de inflación se habría ubicado en el primer mes del verano en el seis con siete%. Los costos de los recursos en conjunto aumentaron un siete con tres% interanual, con una subida particularmente fuerte —del ocho con ocho %— en el caso de los recursos fungibles, engañes que los recursos de consumo perdurable se encarecieron un cinco con dos%.

Los costos de los servicios en conjunto medraron un cinco con tres% interanual, entre ellos los alquileres netos, que aumentaron un dos con cero%. El IPC armonizado para Alemania, el que se calcula con criterios comunitarios, se situó en el primer mes del verano en el seis con ocho% en términos interanuales y en el cero con cuatro% en comparación con mes precedente.

Mercedes Cruz Ocaña