El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha mandado este miércoles a las Cortes Generales el informe del Fondo de Reserva de las pensiones pertinente a dos mil veintidos, en el que ha incluido sus previsiones de que esta hucha termine el presente ejercicio con cinco mil trescientos cuarenta y siete millones, que supone su nivel más elevado desde noviembre de dos mil dieciocho, cuando acabó el año con cinco mil cuarenta y tres millones. Desde entonces, el fondo ha continuado en una suerte de hibernación —en el ambiente de los dos mil cien millones de euros—, pese a que el sistema ha registrado en este periodo voluminosos números colorados, ya que el Gobierno decidió no vaciar este fondo y sostener esa dotación, si bien fuera simbólica, sin usarse a lo largo de los últimos 4 años para compensar el déficit de las pensiones, que es para lo que fue creado.
Sin embargo, desde enero de dos mil veintitres la hucha de las pensiones ha comenzado a percibir de nuevo fondos, con los ingresos del llamado mecanismo de equidad intergeneracional (MEI), que entró en vigor a inicios de este año, y consistente en una cotización auxiliar a la Seguridad Social del cero con seis% (el cero con cinco% es abonada por las compañías y el cero con uno% sobrante por los trabajadores). Está previsto que toda la colecta que se consiga con esta sobrecotización entre dos mil veintitres y dos mil treinta y dos alimentará el fondo de reserva.
El valor del fondo a treinta y uno de diciembre de dos mil veintidos era de dos mil ciento cuarenta y uno millones de euros. Pero, desde esa data, ha recibido dotaciones de setecientos diez millones de euros por cotizaciones sociales provenientes del convocado MEI, pertinentes a los meses de enero a abril. A estos ingresos hay que sumar los rendimientos conseguidos hasta la data por lo contenido en el fondo hasta lograr los dos mil ochocientos cincuenta y nueve millones de euros actuales. Además de las nuevas aportaciones del mecanismo de equidad, a esta hucha se incorporan los excedentes de las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social, tras dotar la reserva de estabilización de contingencias profesionales. Con todo ello, el ministerio de Escrivá pretende llegar a los convocados cinco mil trescientos cuarenta y siete millones.
El nuevo diseño del MEI fue aprobado en la segunda fase de la reforma de las pensiones, que el Gobierno acordó solo con los sindicatos, e incluyó múltiples aumentos de las cotizaciones sociales que pagan los empresarios y los trabajadores. Este incremento de las cuotas está destinado a elevar los ingresos del sistema, frente a la persistencia del déficit de la Seguridad Social —que, conforme cálculos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, acabará el año en el ambiente del cero con cinco% debido a los más de quince millones de gastos extra que ha supuesto la revalorización de las pensiones con el IPC— y frente a la avalancha de retirados nacidos en el babyboom que se jubilarán de forma masiva entre mediados de la presente década y el año dos mil cuarenta y siete.
Si bien otros cálculos de especialistas economistas suman el gasto de las clases pasivas (pensiones de múltiples colectivos de funcionarios que ingresaron en la Administración ya antes de dos mil once) con lo que el déficit del sistema de pensiones superaría este año el uno con seis% del PIB. Y si no se descuentan los más de veinte millones de los llamados gastos indignos de la Seguridad Social que ahora se pagan con impuestos (ya antes se financiaban con cotizaciones), este déficit se multiplicaría por dos.