El Parlamento Europeo ha reclamado este miércoles reglas unificadas en toda la UE sobre el tamaño y coste del equipaje de mano en los aeroplanos, recordando que una de las cuestiones que “más preocupa a los pasajeros” son las “políticas incoherentes” a este respecto, que ocasionan “confusión” y hasta “retrasos”, conforme los eurodiputados. La resolución aprobada en Estrasburgo no es vinculante, esto es, que no tiene más peso que ejercer presión política frente a la Comisión Europea y los Estados miembros, tal y como han recordado de forma rápida las compañías aéreas.
La ausencia de una normativa común sobre el equipaje autorizado en cabina acarrea tarifas ocultas y complica la comparación de los costos al adquirir billetes de aeroplano, denuncian los eurodiputados, que han aprobado la resolución en una votación a mano alzada a lo largo del pleno de la Eurocámara en su sede de Estrasburgo. Las políticas “diferentes y divergentes” sobre el tamaño y peso del equipaje de mano “a menudo generan confusión, molestias, experiencias de viaje menos cómodas, retrasos y, en ocasiones, conflictos entre los pasajeros y el personal de las compañías aéreas”, comprueba la resolución, presentada por Dolors Montserrat, eurodiputada del PP, presidente de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo que ha gestionado esta demanda.
“Los viajeros necesitamos tener la seguridad de que nuestro equipaje cumple los requisitos exigidos, independientemente de la compañía que elijamos o el país de destino”, ha dicho Montserrat en un comunicado.
El texto no vinculante insta a los Estados a que “garanticen el respeto” de una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) de dos mil catorce sobre un recargo en la facturación de equipaje de Vueling. En dicha sentencia, los jueces de Luxemburgo le dieron la razón a la compañía low cost española sobre el recargo por la facturación de equipaje. Pero —y esta es la parte que ahora los eurodiputados desean que se estandarice— señalaban a la vez que “el equipaje de mano debe considerarse, en principio, un elemento indispensable del transporte de los pasajeros”, por lo que “no puede ser objeto de un suplemento de precio, siempre y cuando dicho equipaje responda a las exigencias razonables relativas a su peso y dimensiones y cumpla con los requisitos de seguridad aplicables”. La resolución no vinculante llama a los Veintisiete a hacer cumplir esta sentencia y, mientras, a que “hagan todo lo posible por lograr la transparencia a la hora de comunicar las posibles tasas que se cobran por el equipaje de mano, siempre que se facilite información sobre el precio y los horarios de un vuelo, con el fin de reforzar la protección de los consumidores”.
Conscientes de que no pueden obligar a los Estados a cumplir estos requisitos, los eurodiputados llaman a la Comisión Europea a aprovechar la revisión de la legislación actual sobre los servicios aéreos, para lo que abrió el año pasado una consulta pública, “para garantizar el cumplimiento de la sentencia del TJUE”. También solicitan que los cambios legislativos aborden otros “costes ocultos” en las tarifas aéreas, como los aplicados por la elección de asiento.
La Asociación de Líneas Aéreas (ALA) ha replicado de forma rápida a la demanda de la Eurocámara, que ha recordado no es vinculante, por lo que “las compañías no están obligadas a cambiar su política de equipaje”. En declaraciones a la agencia Europa Press, la patronal de compañías aéreas ha insistido en que prácticas como el cobro de maleta en cabina “son perfectamente legales” y “responden al principio de dar capacidad de elección a los consumidores”.