Escribano Mechanical & Engineering, empresa familiar de España experta en innovación y tecnologías de defensa, ha adquirido un tres% del accionariado de Indra en una operación valorada en más de sesenta y cinco millones de euros. Escribano se transforma así en el segundo asociado industrial en Indra tras Sapa (cinco%) e acrecienta su situación de referencia en el campo. La SEPI, con el veinticinco con dieciseis%, es el primordial accionista de la compañía seguido por el fondo Fidelity con el nueve con noventa y seis%, y Amber Capital con el cinco,13%.

Fuentes de la compañía aseveran en un comunicado que esta operación es fruto de “una clara apuesta por la solidez de la industria española”. La historia de Escribano Mechanical & Engineering (ya antes llamada Mecanizados Escribano) empezó en los años ochenta, cuando Ángel Escribano, tornero en paro, y sus hijos Ángel y Javier (hoy presidente y consejero encargado respectivamente) decidieron montar un taller de cincuenta y siete metros cuadrados en Coslada. Ángel hijo estudiaba FP en mecánica y empezó a trabajar con él reparando frenos de disco. Junto a Javier poquito a poco fueron edificando una enorme compañía que ha pasado de ochenta a setecientos empleados en los diez últimos años con una facturación de ciento cuarenta millones y operaciones en veinte países. Ahora está experta en la fabricación de estaciones de armas, sistemas electroópticos y kits de munición guiada. El setenta% de sus ventas procede del extranjero.

La compañía es de capital familiar al cien%. Solo tuvo un accionista de referencia entre dos mil quince y dos mil veintiuno, cuando los hermanos dieron entrada en el fondo soberano de Omán, representado por Abdulsalam Mohammed Al-Murshidi. La operación fue por último ratificada por el Gobierno de España, tratándose de una empresa estratégica, y se cifró entonces en dieciocho millones de euros. El sultanato salió tras cumplirse su compromiso de permanencia.

La empresa remarca que una de sus palancas de desarrollo ha sido el lograr la integración vertical de sus capacidades de fabricación. “Por ello, la compañía comenzó una política de I+D+I incorporando a ingenieros y perfiles técnicos para poder controlar toda la cadena de producción de sus productos. En la actualidad, Escribano diseña y fabrica íntegramente sus productos en sus instalaciones de Alcalá de Henares”.

De su plantilla, el cuarenta% son mujeres, con una edad media de entre treinta y treinta y cinco años, la mayor parte personas de perfiles técnicos. Hace poco, Escribano empezó a edificar su porvenir Centro Tecnológico en Alcalá de Henares, que acogerá las distintas ideas conjuntas que efectúa con la Universidad de Alcalá de Henares –con quien hace unas semanas ha firmado un acuerdo para efectuar actividades conjuntas de capacitación e investigación- y con otros centros de F.P. de la Comunidad de Madrid.

Mercedes Cruz Ocaña