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La compañía de España Sateliot lanzará este martes, día once, el primer satélite de la historia bajo el estándar 5G que dejará conectarse a los abonados de a todos y cada uno de los operadores móviles cuando se queden sin cobertura con la red satelital a un costo reducido. Con el nombre The Groundbreaker, el nanosatélite se lanzará desde la base que el ejército de EE UU tiene en Vandenberg (California) en el cohete Falcon 9 de Space X, la compañía aeroespacial de Elon Musk.
La eyección se generará a unos quinientos quilómetros de la Tierra, la órbita desde la que operará. The Groundbreaker pretende marcar un punto de inflexión en las telecomunicaciones satelitales, pues dejará conectarse a cualquier dispositivo del Internet de las cosas 5G-IoT (o NB-IoT) que se halle fuera de la conectividad celular. Esto supone habilitar los 2.000 millones de dispositivos del internet de las cosas 5G-IoT capaces de conectarse indiferentemente vía satélite o celular, con lo que se abre el camino al uso masivo del Internet de las cosas, aun en las áreas más recónditas, reduciendo la brecha digital e impulsando su desarrollo tecnológico con costos desde 1 euro al mes por dispositivo, conforme la compañía.
Hasta ahora, las tecnologías con las que marchan los satélites presentan dos peculiaridades principales: son dueñas, esto es, solo conectan dispositivos de exactamente la misma marca, y además de esto son caras. En cambio, la de Sateliot es válida para todos y cada uno de los operadores móviles cuando se queden sin cobertura, y van a poder conectarse de forma inteligente con la red satelital cuando precisen cobertura y con un costo reducido.
El logotipo de la misión representa en primer plano a un dragón escupiendo fuego “que simboliza fuerza, seguridad y conocimiento y nos lleva a pensar en un nuevo comienzo”, conforme explica la compañía. El diseño recuerda a Gaudí y a Barcelona, en un claro guiño a los orígenes de una compañía como Sateliot, que nació allá, mas que tiene presencia y vocación global, como lo prueba su sede en San Diego. Este satélite, el segundo que la compañía lanzó al espacio en dos mil veintiuno, es el primero de los 5 que la compañía tiene previsto poner en órbita durante este año. Las previsiones son tener sesenta y cuatro nanosatélites en el aire en dos mil veinticuatro y doscientos cincuenta en dos mil veinticinco.
Para la ‘Nasa catalana’
La compañía ha cerrado pactos comerciales con operadores de telecomunicaciones globales y compañías del ámbito como Telefónica, Lindsay, Anytrek, EMnify, Teltonika y otras que cuentan con una cartera superior a los 1.200 millones de clientes del servicio. También va a prestar sus servicios a la Generalitat catalana en el programa Estrategia NewSpace, la popularmente conocida como Nasa catalana. El objetivo de Sateliot es lograr una facturación de 1.000 millones de euros y un Ebitda de trescientos setenta millones en dos mil veintiseis.
En este caso se ha escogido la base de Vandenberg, donde los cohetes vuelan cara el sur, lo que deja poner un mayor número de cargas útiles y hacerlo en órbitas de gran inclinación. Estas órbitas son bastante difíciles de lograr desde Cabo Cañaveral, donde los lanzamientos deben volar cara el este debido a los primordiales centros de población tanto al norte como al sur del Centro Espacial Kennedy. El satélite se acopla en un deployer o desplegador que después va a bordo del cohete, una caja que contiene los mecanismos que impulsarán al satélite al espacio una vez llegue a su órbita.
The GroundBreaker ha sido esmeradamente ensamblado en este deployer en una sala blanca, libre de contaminantes externos. Cuando el cohete alcance la situación programada para el nanosatélite de Sateliot, un secuenciador va a dar la orden de expulsión del satélite y el deployer lo expulsará y activará. Para saber si se ha desplegado adecuadamente, se comunicará con la estación de radio próxima al polo norte, en la famosa como Svalbard Satellite Station de Noruega, un par de veces al día cada noventa minutos aproximadamente, y la comunicación a lo largo de una media de 6 minutos.
El nuevo nanosatélite introduce una novedad clave respecto al precedente que Sateliot puso en órbita en el mes de marzo de dos mil veintiuno. En contraste a aquel, este deja la conectividad estándar, con lo que ya se pueden comenzar a efectuar pruebas comerciales. Esto significa abrir el camino a la adopción extendida del IoT bajo el estándar 5G desde el espacio. Las aplicaciones de los satélites y de la tecnología de Sateliot son numerosas. En la agricultura dejará arrancar la agricultura de precisión, con esenciales aumentos de entre el quince% y un veinte% de la productividad de las explotaciones agrarias y el ahorro de hasta un cuarenta% de agua. En ganadería va a facilitar terminar con el hurto de ganado y reducirá las enfermedades de las reses. En logística dejará el control inteligente de contenedores. En la lucha contra incendios va a dar a los equipos de extinción la posibilidad de anticiparse a los movimientos del fuego y reducir así las consecuencias de exactamente los mismos. También se transformará en un instrumento muy eficiente en la prevención de inundaciones. Es, por ende, un factor fundamental para solucionar los desafíos a los que se encara el planeta.
La utilización por vez primera de un estándar (3GPP 5G NB-IoT NTN Release diecisiete) en el ámbito espacial supone un cambio de paradigma, y un proyecto esencial para España en el que participan como accionistas empresas como Indra y Cellnex e instituciones como Sepides. Sateliot ha sido una de las compañías que más aportaciones ha hecho en la creación de este estándar tecnológico en los últimos 4 años, al lado de multinacionales como Qualcomm, Apple, Sony o Samsung, bajo la premisa de democratizar la conectividad satelital. El objetivo es permitir conectar (*9*) con un costo desde 1 euro al mes por dispositivo.
Sateliot, que es el dueño y autor del satélite para esta misión, ha contado con el respaldo de 4 asociados aeroespaciales: Endurosat, la compañía europea encargada de la fabricación de este nanosatélite; Alén Space, la compañía de España que ha fabricado el corazón del satélite, la carga útil; la danesa GateHouse que se ha encargado del software, y SpaceX, responsable del lanzamiento. Según Jaume Sanpera, creador y consejero encargado de Sateliot, (*1*).
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