La economía de España marcha mejor que el resto de la eurozona, la inflación es la más baja de la UE y el mercado del trabajo sostiene su fortaleza, a pesar de ralentizarse la creación de empleo en el primer mes del verano. Pero del lado presupuestario hay más sobras que luces: la deuda excede sobradamente el cien% del PIB y el déficit proseguirá cuando menos a lo largo de este ejercicio sobre el tres% que fijan las reglas fiscales comunitarias, que tras 4 años suspendidas volverán a activarse en dos mil veinticuatro. Con estos mimbres llega un nuevo toque de atención de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) a los gestores de las cuentas públicas: el organismo insta a observar que el incremento del gasto primario —desembolsos financiados nacionalmente y al neto de intereses— no se pase del límite del dos con seis% que impone la disciplina de la UE en su última recomendación adaptada para España. En ese documento, publicado en el mes de mayo, la Comisión Europea asimismo avanzaba que planteará abrir a Madrid un procedimiento de déficit excesivo la próxima primavera, en función de los números colorados que registren las cuentas en dos mil veintitres.

Todas las previsiones apuntan a que España no conseguirá rebajar el agujero de las cuentas públicas este año bajo el tres% del PIB que fija el marco comunitario. El Gobierno augura un tres,9% —aun así, es prácticamente un punto menos respecto al cuatro con ocho% del cierre de 2022—, el Banco de España un tres,8%. La Airef sostiene la estimación en el cuatro con uno% en su Informe sobre la ejecución presupuestaria, deuda pública y regla de gasto dos mil veintitres que publica este jueves, si bien prevé desviaciones respecto a su precedente pronóstico. Explica que las medidas anticrisis elevan el déficit en una décima, mas que este mayor desfase va a ser compensado por un mejor desempeño de la economía, que medrará dos con tres% frente al uno con nueve% que estimaba en primavera.

El avance del PIB, no obstante, no va a ser suficiente para encauzar las cuentas. Por ello, la corporación “recomienda al Ministerio de Hacienda que, de cara a la elaboración de los presupuestos”, plantee a todos niveles de Administraciones tasas de referencia del incremento del gasto primario, teniendo presente la naturaleza temporal o estructural de ingresos y desembolsos que se generarán en dos mil veinticuatro. El objetivo es “que sean coherentes con el cumplimiento de la recomendación específica de país emitida” por la UE.

Según la corporación dirigida por Cristina Herrero, España tiene papeletas para cumplir con el límite de gasto “siempre y cuando se retiren las medidas temporales de ingresos y gastos adoptadas para paliar” la inflación. Pero alarma de que la vuelta al marco fiscal europeo se genera en un escenario de inseguridad institucional, tanto interno como internacional. Por un lado, por el hecho de que las reglas presupuestarias comunitarias son objeto de una reforma que aún no ha terminado. Por otro, por el hecho de que la recomendación que Bruselas ha remitido a España solicita contener el gasto. Y, finalmente, por el hecho de que se ha adelantado la convocatoria electoral sin que estén aprobados los objetivos de estabilidad presupuestaria y el techo de gasto.

La única referencia presupuestaria que tienen las Administraciones es el saldo proyectado en el Programa de Estabilidad publicado en primavera. En el caso de las comunidades y de las corporaciones locales, el documento estima el equilibrio presupuestario y un superávit del cero con dos%, respectivamente. Habida cuenta de la previsión de ingresos que contempla la Airef para los dos subsectores, estos porcentajes casarían con un desarrollo del gasto autonómico y municipal del siete% y del seis%. “difícilmente compatible con el cumplimiento de la recomendación específica de país” hecha por la UE. Para el conjunto de las Administraciones, el levanta sería del tres,6%.

El descuadre es probable asimismo por el hecho de que las comunidades de régimen común —no se incluyen los regímenes forales de País Vasco y Navarra— y los municipios van a recibir en dos mil veinticuatro la liquidación del sistema de financiación de dos mil veintidos, que fue un ejercicio positivísimos que brindará unos ingresos temporales que no deben financiar aumentos de gasto o reducciones de ingresos estructurales. El peligro, insiste la Airef, es que realicen sus cuentas “con la única limitación del equilibrio presupuestario y sin tener en cuenta que parte de los ingresos con los que contarán en 2024 son de carácter temporal, especialmente en un contexto en el que no existe una tasa de referencia para la regla de gasto aprobada formalmente”.

Incertidumbre

La inseguridad no es solo institucional. También rodea el escenario macroeconómico. Los primordiales peligros se materializan en la inflación, las condiciones de financiación más duras por la política monetaria restrictiva del BCE, la resistencia de las tensiones geopolíticas y la posibilidad de que el ritmo de ejecución del Plan de Recuperación sea más lento de lo previsto. “Todos estos elementos siguen siendo claves en la evolución de determinadas variables como el empleo, los salarios, el consumo privado o el excedente bruto de explotación”, cuenta la Airef. Y van a tener impacto en el saldo presupuestario del ejercicio.

La Airef asimismo advierte peligros por la carencia de información acerca de ciertas políticas. Entre , los importes de las inversiones en programas de modernización de defensa. “Aunque los crecimientos de gasto, déficit y deuda no lleven aparejados ninguna medida correctora, hay que tener presente que la vuelta a la disciplina fiscal está prevista para 2024 con la reactivación de las reglas fiscales”, concluye el organismo.

Mercedes Cruz Ocaña