En medio de un panorama político y empresarial complejo, Kamala Harris ha expresado su rechazo a la adquisición de la siderúrgica US Steel por parte de la empresa japonesa Nippon Steel. Esta postura se suma a la oposición de otros líderes como Joe Biden y Donald Trump, quienes coinciden en la importancia de mantener a US Steel como una compañía de propiedad estadounidense.
Desde un encuentro en Pittsburgh (Pensilvania) en conmemoración al Día del Trabajo, Harris ha manifestado su apoyo a la industria nacional: «US Steel es una empresa histórica para Estados Unidos y es esencial para nuestra nación mantener empresas siderúrgicas fuertes y operadas por estadounidenses», enfatizó la vicepresidenta.
La polémica surge a raíz del acuerdo alcanzado en diciembre del año pasado, donde Nippon Steel propuso adquirir US Steel por 14.100 millones de dólares, un monto significativamente superior a ofertas previas de otras empresas como Cleveland-Cliffs. A pesar de la aprobación unánime de ambas compañías y del respaldo mayoritario de los accionistas de US Steel, la resistencia laboral y política ha impedido hasta el momento que la transacción se concrete.
A pesar de los esfuerzos de Nippon Steel por calmar las preocupaciones, incluyendo promesas de inversión y no despidos hasta 2026, la postura proteccionista de Harris y otros líderes estadounidenses ha prevalecido. La decisión final recae en el Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos, el cual puede bloquear la operación si considera que atenta contra la seguridad nacional del país.
La contratación de Mike Pompeo, exsecretario de Estado durante el mandato de Trump, por parte de Nippon Steel, evidencia los esfuerzos de la empresa japonesa por superar las barreras existentes. Sin embargo, queda por ver cómo evolucionará esta situación una vez pasadas las elecciones y si la postura de rechazo a la adquisición se mantendrá firme en el tiempo.