Just Eat Takeaway.com ha salido a la luz para respaldar su forma de contratar repartidores, luego de que la aprobación de la ley rider europea haya quedado estancada debido a la falta de consenso entre los 27 países miembros de la Unión Europea. Esta legislación tenía como objetivo establecer un marco común en la UE para considerar a los repartidores como empleados. A pesar de esto, el CEO de la compañía, Jitse Groen, ha señalado que este contratiempo no afectaría significativamente en países como España y Alemania, donde las leyes laborales son más estrictas.
Groen ha destacado que Just Eat opera según las leyes nacionales vigentes en cada país y no bajo normativas europeas inexistentes. Además, ha subrayado que el estancamiento de la ley rider a nivel comunitario no significa que la empresa pueda actuar al margen de la ley. En sus propias palabras, «podemos hacer como si evadir impuestos y tasas de seguridad social estuviera bien, pero al final deberás cumplir». Ante esta situación, el CEO insta a respetar las leyes de cada país y se muestra escéptico acerca de posibles cambios inmediatos en esta materia.
En cuanto a sus resultados financieros, Just Eat Takeaway cerró el año 2023 con una facturación de 5.167 millones de euros, un 7% menos que el año anterior. No obstante, logró un ebitda de 324 millones, frente a los 19 millones de 2022. La pérdida neta de 1.846 millones se debió en gran medida a depreciaciones por valor de 1.536 millones, junto con 452 millones en amortizaciones. Excluyendo estos efectos, el beneficio habría sido de 145 millones.
La plataforma gestionó 891 millones de pedidos, un 9% menos que el año anterior, y el número de usuarios activos también disminuyó un 6%. Estos resultados impactaron en la caída del 4% en la cotización de la compañía en el mercado bursátil. Para el año 2024, la empresa proyecta alcanzar un ebitda ajustado de alrededor de 450 millones, lo que representaría un aumento del 40% con respecto a 2023.