La sede de Naturgy, en Madrid, en una imagen de archivo.
La sede de Naturgy, en Madrid, en una imagen del archivo.RAFA MARTIN

Algo tan prosaico como una asamblea de inversores puede ser una declaración de pretensiones. En todos y cada uno de los frentes. El fondo australiano de infraestructuras IFM, cuarto mayor accionista de Naturgy con el catorce con cinco% del capital, ha escogido Madrid para festejar su cónclave anual de inversores, una cima de muy, muy alto perfil —y mucho dinero flotando en el aire— con la que reafirma tanto su apuesta por la energética como su apertura a “nuevas oportunidades” de inversión en el país, que pasa a primera línea en la lista de prioridades del vehículo inversor.

“Cuando invertimos [en Naturgy] lo hicimos pensando en décadas, no en años. Nuestro horizonte es el muy largo plazo”, ha afirmado este lunes el directivo global de infraestructuras de IFM Investors, Kyle Mangini, en un desayuno con medios. Aunque, bajo el razonamiento de que se trata de una compañía cotizada, el fondo ha rechazado tomar una situación pública sobre los muchos frentes abiertos en la vieja Gas Natural Fenosa, una compañía abonada a los sobresaltos en los últimos tiempos —con dos pasos en falso de calado: la segregación en dos empresas independientes y el nombramiento de un consejero delegado—, sí se ha esforzado en dejar clarísima su voluntad por “demostrar” su firme vocación de permanencia en el capital.

El aterrizaje de IFM en el capital de Naturgy, con una opa que desató un genuino seísmo financiero y político a inicios de dos mil veintiuno y que puso a pruebas el escudo gubernativo sobre empresas estratégicas, supuso una genuina sacudida en el siempre y en todo momento complicado capital de la mayor gasista de España. Casi 3 años después, el fondo australiano asegura una “posición cooperativa” en los primordiales temas que atañen a la compañía que encabeza Francisco Reynés y no da pistas sobre si va a continuar comprando bultos accionariales para engordar su peso en el capital: “No tenemos una posición pública sobre este asunto”.

Aunque defensor de la “previsibilidad” y la “consistencia” regulativa, Mangini ha afirmado “entender” el impuesto “puntual” sobre las energéticas puesto en marcha el año pasado por el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Y ha afirmado no sentirse “preocupado” por la inestabilidad a nivel político en España. Un país en el que el fondo australiano afirma sentirse “muy cómodo”. “Nuestros equipos analizan todos los activos de infraestructuras del mundo en busca de oportunidades de inversión, y España recibirá inversiones de IFM”, ha presagiado el primer ejecutivo del vehículo inversor, David Neal.

En el último quinquenio, IFM lleva invertidos ocho mil millones de euros en España, entre Naturgy, Aqualia (la filial de FCC para temas hídricos) y Aleática (la vieja filial de concesiones de OHL, hoy íntegramente propiedad de IFM).

Mercedes Cruz Ocaña