Imagen de una lonja de pescado.
Imagen de una lonja de pescado.ALFREDO CÁLIZ

Las negociaciones sobre las cuotas anuales de pesca en la Unión Europea prosiguen teniendo en el Mediterráneo uno de los puntos más bastante difíciles para España. El ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, encadenó este lunes el segundo día de intensas negociaciones en Bruselas así como sus pares europeos del ramo para acordar las cuotas de dos mil veinticuatro con una pastilla amarga que se repite: la insistencia de la Comisión Europea en rebajar con fuerza el ahínco pesquero (días en el mar) en el Mediterráneo, hasta un nueve con cinco% auxiliar para el año próximo, y la pelea de los países más perjudicados, Francia e Italia al lado de la flota de España, combatiendo por reducir ese tijeretazo.

Fuentes del Ministerio de Pesca de España confirmaron a última hora de la tarde del lunes que una parte de los sacrificios se centraban en disminuir al mínimo o amortiguar el recorte de días y actividad en una flota como la mediterránea que, recordaban, está ya muy perjudicada por los ajustes consecutivos de años anteriores. Un pulso que tenía, a última hora de esta jornada, aún un final titubeante, a pesar de que, al comenzar las sesiones, Planas se había mostrado “moderadamente optimista” sobre unas negociaciones que llegaron, por una vez, más avanzadas de lo aguardado en otros de los episodios clave, las negociaciones con los países no europeos, singularmente Reino Unido y Noruega.

De hecho, resaltaban a lo largo de la jornada fuentes conocedoras de la negociación, es la primera vez desde el Brexit que los resultados de las negociaciones con los viejos asociados británicos están concluidas aun antes que se abriese el último Consejo de Pesca del año, el último día de la semana. El pacto a dos bandas con Reino Unido y con Noruega, como el tripartito con los dos países no miembros —pero asociados clave de la UE en materia de pesca— fue anunciado el viernes. Un jalón por el hecho de que, tal y como recordó la Comisión Europea, “los stocks negociados con los países no miembros de la UE representan una amplia mayoría de los stocks de interés para la UE”.

Planas asimismo festejó el veloz cierre del pacto con Reino Unido, que garantiza los derechos de pesca de los pescadores de la UE en el Atlántico y el Mar del Norte, y que este dos mil veinticuatro afectará a unas cien poblaciones de peces compartidas, singularmente el total aceptable de atrapas (TAC) o las cantidades máximas de pescado de poblaciones concretas que se pueden apresar, como los respectivos derechos de pesca de cada parte.

Casi tan predecible como las luces de Navidad, una señal segura en Bruselas de que las datas festivas de fin de año se aproximan es la celebración del Consejo de Agricultura y Pesca, a mediados de diciembre, donde se negocia intensamente cuánto, de qué forma y dónde se va a poder pescar a lo largo de los doce meses próximos. El tira y afloja se centra en los llamados Totales Admisibles de Capturas (TAC), las cantidades máximas de peces de áreas concretas que puede apresar el conjunto de la UE, y las cuotas o asignaciones para cada Estado miembro para el Atlántico y el mar del Norte. También se negocia un pacto sobre las ocasiones pesqueras en el mar Negro y Mediterráneo para el año siguiente, que es donde España acostumbra a procurar negociar más duro.

Frente a las propuestas de reducción de actividad que plantea siempre y en toda circunstancia Bruselas, “nosotros hemos preferido introducir medidas de selectividad que reduzcan esta presión de los días y, también, medidas compensatorias económicas”, explicó Planas.

Cuotas plurianuales

De cara a dos mil veinticuatro, asimismo se quieren procurar fijar por vez primera para ciertas poblaciones de peces del Atlántico cuotas plurianuales que cubran dos o hasta 3 años, con una reducción “para garantizar que las capturas sean sostenibles a largo plazo”, conforme explicó la Comisión Europea al presentar su propuesta, a fines de octubre. Las poblaciones perjudicadas, conforme con el documento presentado por Bruselas, son las de solla (oeste de Irlanda), merlán y abadejo (golfo de Vizcaya), solla (aguas ibéricas), cigala (golfo de Vizcaya, unidad funcional veinticinco), lenguado europeo (aguas irlandesas) y lenguado europeo (aguas ibéricas).

La presidencia de España había manifestado su esperanza de mudar la tradición maldita (tanto para los negociadores para la prensa que espera en ocasiones a lo largo de toda la noche conocer las tablas comparativas de cuotas de cada pescado) de exender las negociaciones hasta altas horas de la madrugada (o aun el día después). Pero por último, la dificultad de las discusiones volvieron a exender hasta prácticamente el infinito los encuentros ya antes de poder anunciar un acuerdo

Además del tradicional pulso entre Estados y la Comisión, este año rondaba una preocupación adicional: la resolución que el once de enero debe adoptar el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) sobre las posibilidades de pesca. Aunque se trata de un caso específico, el de Irlanda, y de unas TAC asimismo específicas, hay preocupación por el ocasional impacto que la resolución pueda tener en este género de negociaciones, sobre todo en materia de las cuotas plurianuales.

Aunque sus conclusiones no son necesariamente vinculantes y el TJUE puede finalizar emitiendo una resolución diferente, la letrada general, en sus conclusiones ya publicadas, estimó que el pacto sobre las posibilidades pesqueras en dos mil veinte era inválido en lo referente a atrapas de bacalao, merlán y solla en aguas que rodean a Irlanda y entre esa isla y Francia, debido a que fijaba posibilidades de pesca sobre cero. Algo que, conforme Planas, no deja margen para maniobrar de negociaciones en posibilidades de pesca superiores a cero. El ministro ha adelantado que la presidencia rotatoria de España ha “circulado un borrador de declaración” cara la próxima sentencia que se procuraba adoptar para encarar una resolución judicial que “puede marcar el grado de capacidad de decisión de los ministros respecto de las propuestas de la Comisión y su fundamento científico”.

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Mercedes Cruz Ocaña