La Unión Europea se encuentra en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático, con la descarbonización de la economía como uno de sus objetivos principales. Según la Agencia Internacional de la Energía, para lograr la neutralidad de carbono en Europa se requiere una inversión anual de aproximadamente 500.000 millones de euros hasta 2030, lo que equivale al 2,9% del PIB.

Aunque España muestra avances en energías renovables y electrificación, el esfuerzo necesario para la transición aún es significativo. La debilidad en la inversión previa a la pandemia plantea un desafío para cumplir con los objetivos establecidos.

Descarbonización en la Unión Europea

Para lograr la descarbonización, es crucial asignar recursos tanto de inversión como de desvío de fondos destinados a otras áreas, como la digitalización o la vivienda. Aunque la producción de energías fósiles es baja en Europa, el desafío reside en aumentar los recursos destinados a la inversión para lograr una transición efectiva sin comprometer la competitividad.

Europa cuenta con un excedente de ahorro que podría impulsar la transición hacia una economía más limpia. Sin embargo, obstáculos como diferencias de fiscalidad y marcos regulatorios dificultan la movilización de estos recursos. La inversión privada juega un papel fundamental en esta transición, pero actualmente se ve limitada por barreras transfronterizas y normativas.

En el caso de España, los fondos europeos destinados a la transición no han logrado el impacto esperado a nivel macroeconómico. Una propuesta para impulsar la inversión sería la creación de un instrumento financiero gestionado por la UE para apoyar la descarbonización y otras inversiones de interés común. Sin embargo, esto podría implicar emisiones de nueva deuda compartida, lo cual genera discrepancias entre los países miembros.

La falta de inversión verde y la fragmentación del mercado único europeo son riesgos latentes si no se abordan los desafíos de la descarbonización de manera efectiva. La propuesta de una mayor integración impulsada por Mario Draghi apunta a la necesidad de reconocer y superar los dilemas entre los objetivos económicos y ambientales para lograr un desarrollo sostenible.

Eficiencia energética en Europa

En los últimos años, Europa ha logrado reducir significativamente su dependencia de energías fósiles, evidenciando una mejora en la eficiencia energética de la región. Esto se refleja en una disminución de las importaciones de energía, lo que marca un avance hacia una economía más sostenible y limpia.

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