La inmigración es un tema que suele generar controversia, pero es importante analizar sus cifras de manera objetiva para comprender su verdadero impacto en la economía y la sociedad. En muchas ocasiones, la percepción pública no se corresponde con la realidad, y es necesario desmitificar ciertos prejuicios.
Es esencial destacar que la llegada de 347 niños inmigrantes a Canarias, que ha causado revuelo en algunos sectores, representa apenas una pequeña fracción del total de inmigrantes que llegan a España, tanto en la Península como en las Islas Canarias. Datos de Frontex muestran que en 2023 llegaron sin papeles a España alrededor de 57,318 inmigrantes, destacando además la acogida de 62,000 niños ucranianos debido a la invasión rusa. Estas cifras son significativas y sitúan a España como uno de los destinos importantes para la migración en Europa.
En contraste con la inmigración irregular, que representa alrededor de 300,000 personas anualmente en la Unión Europea, la inmigración legalizada alcanza cifras mucho más altas, oscilando entre los 2 y 3 millones de personas por año. Estos datos evidencian la importancia de diferenciar entre la inmigración legal y la irregular, y cómo ambas contribuyen de manera distinta a la sociedad.
Es fundamental destacar que los inmigrantes aportan diversidad, juventud y talento a la fuerza laboral. En la Unión Europea, hay aproximadamente 63.6 millones de extranjeros, y en España cerca de ocho millones, de los cuales 6.8 millones son residentes legales. Estos inmigrantes suelen ser jóvenes y altamente productivos, lo que contribuye significativamente al rejuvenecimiento de la población activa en comparación con los residentes autóctonos.
Además, es importante tener en cuenta las proyecciones futuras que señalan la necesidad de entre 40 y 50 millones de trabajadores externos en Europa para el año 2050. En el caso de España, se estima que se requerirán 6.4 millones de trabajadores externos para ese mismo año. Estas cifras evidencian la importancia de la inmigración para cubrir necesidades laborales y mantener el sistema de pensiones equilibrado en el futuro.
En resumen, es crucial analizar la inmigración desde una perspectiva integral que considere tanto los desafíos como los beneficios que aporta a la sociedad. Abordar la inmigración de manera objetiva y comprensiva es fundamental para construir una sociedad inclusiva y próspera en la que la diversidad sea valorada y aprovechada como un activo.