El Gobierno español ha dado un paso importante hacia el aumento de la presión fiscal a las grandes multinacionales con la aprobación del anteproyecto de ley que establece un impuesto mínimo del 15% para los grandes grupos multinacionales y nacionales dentro de la Unión Europea. Esta medida, que afecta a empresas con ingresos consolidados de al menos 750 millones de euros, busca combatir la elusión fiscal y asegurar una mayor recaudación.
La iniciativa, que sigue las directrices del programa BEPS de la OCDE, tiene como objetivo garantizar que las multinacionales contribuyan de manera equitativa a la sociedad. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha destacado la importancia de avanzar hacia un sistema fiscal internacional más justo.
La normativa, que se aplicará de manera retroactiva a partir del ejercicio 2024, establece que las empresas con tributación efectiva por debajo del 15% deberán pagar un impuesto complementario para alcanzar ese mínimo global. Esto afecta tanto a entidades constitutivas en España como a matrices de grupos multinacionales con rentas de filiales en el extranjero.
¿Cómo funciona este impuesto?
En el caso de entidades en España que no alcancen la tributación mínima del 15%, se aplicará un impuesto complementario nacional. Por otro lado, el impuesto complementario primario afectará a las matrices con filiales extranjeras que tributen por debajo del 15%. Finalmente, el impuesto complementario secundario gravará a empresas del grupo con rentas en el extranjero no gravadas al 15%.
Con esta medida, se espera que España pueda aumentar su recaudación fiscal y evitar la elusión de impuestos por parte de grandes corporaciones. El Gobierno confía en que el nuevo impuesto mínimo del 15% recibirá un amplio respaldo durante su trámite parlamentario, contribuyendo a un sistema fiscal más justo y equitativo para todos.