El mercado del gas natural en España echa el telón a una semana particularmente tensa, con un sinfín de frentes abiertos. El costo de este comburente —esencial para la industria y las calefacciones en Europa— supera este viernes los cincuenta y cinco euros por megavatio hora (MWh) en el mercado holandés TTF, el que sirve de referencia para todo el continente. Es un cuarenta y cuatro% más que a cierre del viernes pasado, horas ya antes del ataque de Hamás y de la siguiente contestación israelí. El domingo, el gaseoducto que une Finlandia y Estonia quedó inoperativo tras una fuga que el Gobierno del país norteño estudia como un boicot, agregando más picante sobre los costes. Todo, a las puertas de la época de frío en el hemisferio norte, cuando el consumo se dispara. Estos acontecimientos han impulsado la volatilidad en los mercados, que han cerrado este viernes con las grandes empresas de defensa y las petroleras como ganadoras de la semana, al tiempo que los valores relacionados con el turismo se han resentido.
“Las tensiones geopolíticas siempre afectan negativamente al mercado de gas con incrementos de precio, y cualquier evento que afecte a la oferta de gas en Europa, ya de por sí bajo tensión desde el año pasado, se traslada rápidamente al precio”, examina Pedro Cantuel, de Ignis Energía, en referencia a la guerra abierta entre Israel y Hamás. El norte del continente, afirma, es clave para las llegadas por gaseoducto, puesto que Noruega es un suministrador clave —el año pasado, la cuarta una parte del gas que consumieron los Veintisiete salió de sus yacimientos, una cantidad que medrará en 2023—, “y es normal que cualquier problema en esa zona que también se traslade al precio, a pesar de que el gasoducto afectado esta semana tiene poca influencia en el sistema gasista europeo”. Pese a la subida, el gas prosigue lejos de los más de trescientos euros por MWh que alcanzaron en el peor instante de la crisis energética, en el mes de agosto del año pasado.
Volatilidad y especulación
Lo ocurrido en el Balticconnector —el nombre que recibe el cilindro presuntamente saboteado en la madrugada del sábado al domingo pasados— es ilustrativo de los peligros a los que está expuesta la infraestructura europea de suministro de gas. Y devuelve a la memoria las imágenes del Nord Stream, antaño primordial vía de entrada del gas ruso en la UE, cuando el veintiseis de septiembre de dos mil veintidos registró múltiples explotes y siguientes fugas submarinas de gas natural. El escenario es compartido: el mar Báltico.
Hay más. “Una parte de las importantes subidas de precio tienen detrás el componente de la especulación, al ser el mercado de gas europeo muy líquido y con mayor volumen de negociación”, resalta Cantuel. El analista de España observa, asimismo, una cierta “exageración” en la reacción del mercado: “Los fundamentales de mercado siguen siendo robustos; las reservas están en máximos; la demanda y las importaciones, estables; y las temperaturas están siendo más altas de lo normal en este inicio de octubre…”. Esta última variable es clave: el invierno pasado fue particularmente suave, y eso mejoró —y mucho— las condiciones de suministro. Pero intentar adivinar qué va a ocurrir en los próximos meses es como echar una moneda al aire.
Armamentísticas y petroleras, al alza
Esta especulación ha marcado en especial esta semana en los mercados: a las grandes petroleras europeas —cuyas cotizaciones se han disparado de la mano del crudo, que ya supera los noventa dólares americanos tras subir un cinco% este viernes— se han sumado las compañías armamentísticas, que han cerrado este viernes una semana de grandes subidas. Al cierre de los mercados en el Viejo Continente, las 5 mayores petroleras europeas —Shell (+5,4%), BP (+8,3%), Total (+4,7), Repsol (+4%) y Eni (+5,8%)— han cerrado la semana con grandes avances, impulsadas, asimismo, por el temor a que el enfrentamiento pueda lograr a Irán, productor más del tres% de la producción global de petróleo.
La posibilidad de que el enfrentamiento en Palestina pueda lograr una mayor dimensión asimismo ha llevado en volandas a las grandes compañías de defensa, tanto europeas como estadounidenses, los mayores distribuidores de armas de Israel. Los valores relacionados con defensa han seguido a las petroleras en estas 5 jornadas marcadas por el recrudecimiento de la contestación israelí: la británica BAE Systems sube un diez% en la semana; la italiana Leonardo, prácticamente un ocho%; las francesas Thales y Safran, un doce con ocho% y un dos con nueve%; y la alemana Rheinmetall, fabricante de los tanques Leopard, más de un catorce%. Al otro lado del charco, Lockheed Martin, el fabricante estadounidense tras el aeroplano de combate más avanzado del planeta, el F35, subía más de un nueve% en la semana al cierre de los mercados europeos.
La otra cara de la moneda de esta semana marcada por la volatilidad y la especulación ha sido el turismo. El índice que reúne a las primordiales compañías aéreas comerciales europeas se hundió prácticamente un cinco% el primer día de la semana, primera jornada de Bolsa tras el ataque de Hamás. IAG, que abarca a British Arways e Iberia, se ha dejado más de un siete% de su valor, y en España, la operadora turística Amadeus ha perdido un tres% de su valor. Durante la semana, las primordiales compañías aéreas han anulado miles y miles de vuelos hacia Israel.
Daño en un corto plazo, mas no a largo
El enfrentamiento en Oriente Próximo “podría seguir afectando a los precios del gas a corto plazo”, comprueba Shinwoo Kim, de la gestora de fondos T. Rowe Price, en un informe para clientes del servicio. “Israel ha manifestado su intención de cerrar sus yacimientos, que suponen aproximadamente el 1,5% del suministro mundial, y la reducción podría repercutir en los mercados fuera de la región [Oriente Próximo]”.
Estas renovadas presiones sobre los costes, informa Kim, conminan asimismo con encarecer tanto el gasóleo como los fertilizantes —dos productos que han sufrido con singular intensidad la escalada inflacionista a causa de la invasión rusa de Ucrania—, pues el gas es un ingrediente clave en su producción. Con todo, el gestor de T. Rowe Price piensa que si algo prueba la historia es que enfrentamientos como el de Israel y Gaza “suelen afectar a los precios de las materias primas a corto plazo cortos, pero no suelen desbordar los motores a largo plazo que sustentan los ciclos”.
Más cerca de la reactivación de la salvedad ibérica
La escalada de los últimos días tiene consecuencias alén del propio mercado de gas. La salvedad ibérica, el efectivo cortafuegos concebido el año pasado por los gobiernos de España y Portugal para eludir el contagio de costes de ese comburente sobre el costo de la luz y que continúa inactivo desde principios de dos mil veintitres, está un paso más cerca de entrar en funcionamiento.
Según la ruta pactada con Bruselas la primavera pasada, cuando se amplió el mecanismo hasta el próximo treinta y uno de diciembre, el sistema volvería a entrar en vigor si el costo del gas en España alcanza sesenta y dos con ocho euros por MWh en el mes de octubre, sesenta y tres con nueve euros en el mes de noviembre y sesenta y cinco en el mes de diciembre. Unas cotas aún lejanas —el mercado de España Mibgas ronda hoy los cincuenta euros, algo menos que el TTF—, mas nada desatinada si la presente tendencia alcista sigue en las próximas semanas.