Un trabajador entrando a una oficina pública de empleo en la Comunidad de Madrid.
Un trabajador entrando a una oficina pública de empleo en la Comunidad de Madrid.

Ante un drama excepcional como fue la pandemia de la covid-diecinueve, se precisaron y aplicaron antídotos asimismo expepcionales en política sanitaria y económica. Uno de ellos fue los ERTE, como se conoce en España a los esquemas de protección temporal de los puestos ensayados ya anteriormente mas que hace 3 años se aplicaron de forma masiva para eludir una hecatombe sociolaboral. La medida requería ingentes cantidades de dinero y para financiarlo la UE puso en marcha en el mes de abril de dos mil veinte un fondo que ha servido para proteger prácticamente cuarenta y dos millones de trabajos a lo largo de sus 3 años de vigencia, conforme el último informe de seguimiento del SURE, nombre oficial del instrumento financiero, publicado este viernes por la Comisión Europea.

Las cifras de los 3 años que ha estado en marcha el programa, que formalmente terminó en el último mes del año de dos mil veintidos, son aplastante. Ha prestado en condiciones provechosas a diecinueve Estados miembro cerca de cien.000 millones de euros, que en la operación se han ahorrado unos nueve mil millones, conforme los cálculos que ofrece Bruselas. Los 8 países de la UE que no pidieron dinero, entre ellos Alemania y Países Bajos, son los que están en una mejor situación fiscal y, por consiguiente, podían permitirse financiar la medida por su cuenta.

Fue en los primeros meses de la pandemia cuando más se recurrió a los ERTE. En España llegaron a resguardar a más tres con cuatro millones de trabajos asalariados y más de un millón de autónomos, a base de abonar con dinero público las retribuciones de los trabajadores y las cotizaciones pertinentes. Se evitó así un impacto mayor por las medidas sanitarias que forzaron la detención de una buena parte de la actividad económica, lo que hubiese provocado destrucción de puestos y empresas.

Tal despliegue de protección demandó un enorme esmero presupuestario, como muestra que España solicitó prestado a la Comisión veintiuno y trescientos veinticuatro millones. Solo Italia pidió más, veintisiete y cuatrocientos treinta y ocho millones. Polonia, Bélgica o Portugal son los otros países que más dinero demandaron.

Mayor alcance en 2020

El mayor sacrificios se concentró a lo largo del primer año de vigencia de la medida, dos mil veinte. Cuando el SURE sirvió para financiar las ayudas a treinta y uno con cinco millones de trabajadores contratados por dos,5 millones de empresas. Al año siguiente, las números son menores, a pesar de que la pandemia proseguía haciendo estragos y se prosiguieron aplicando muchas medidas para contenerla. Entonces, los trabajos amparados fueron unos 9 millones en novecientos empresas. El último año, dos mil veintidos, los números pueden calificarse prácticamente de residuales, puesto que apenas llegaron ya a trescientos cincuenta trabajos y cuarenta empresas.

Esta herramienta financiera, aprobada el dos de abril de 2020, fue la primera gran señal de que la Unión Europea iba a encarar esta crisis económica con un paradigma muy, muy diferente del que había seguido en la crisis financiera. El SURE se financió con un préstamo conjunto pedido por la UE, si bien eso no puede calificarse como eurobonos, pues cada Estado miembro acepta su parte alícuota del peligro del crédito compartido y no el cien%. Unos meses después quedó totalmente probado, cuando se aprobó el Fondo de Recuperación, setecientos cincuenta millones para impulsar la salida de la crisis y la transformación económica mediante subvenciones y créditos financiados con emisiones de deuda conjunta de la UE.

Del éxito de aquellas medidas laborales excepcionales caben pocas dudas 3 años después. Para eso es suficiente con ver los números del mercado de trabajo en toda Europa, con cifras de desempleo históricamente bajas, o, en el caso de España, hacer una comparación veloz con lo sucedido en las 3 crisis profundas precedentes a las de la pandemia. En la crisis del petróleo y la reconversión de los ochenta, la siguiente a los Juegos Olímpicos de mil novecientos noventa y dos o la Gran Recesión, cota de desempleo rondó el veinticinco% y se tardó bastantes años en volver a los números anteriores al caiga. Esta vez se volvió al punto de inicio apenas un año después y este viernes, apenas 3 años tras el peor instante de la covid-diecinueve cuando media España estaba encerrada en sus casas, la Seguridad Social ha publicado que hay veinte con ocho millones de afiliados dados de alta, la cantidad más alta de la serie histórica.

Mercedes Cruz Ocaña