Ajay Banga y Ilan Goldfajn
El presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, acompañado por el presidente del BID, Ilan Goldfajn, y el ministro de Economía y Finanzas de Perú, Alex Contreras, el pasado mes de junio en Lima.MEF PERÚ (Europa Press)

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial tienen la misma misión: impulsar el desarrollo. Los dos organismos financieros se solapan en Latinoamérica y el Caribe, donde el BID tiene su ámbito de actuación. Pese a los fines comunes, arrastran una tradición en que con frecuencia han actuado como competidores y con recelo el uno del otro. Los dos nuevos presidentes, Ilan Goldfajn, del BID, y Ajay Banga, del Banco Mundial, han decidido unir fuerzas en la región.

Goldfajn y Banga han firmado este martes en la sede del BID en Washington un memorando de entendimiento. La alianza es en principio por cuatro años y se extiende a tres áreas: la protección de la Amazonia, el fortalecimiento de la capacidad del Caribe para hacer frente a los desastres naturales y la reducción de la brecha digital en toda Latinoamérica y el Caribe, con especial foco en la educación.

Más allá de la firma del acuerdo, Banga y Goldfajn han mostrado una gran complicidad personal en un coloquio previo. Se consideran amigos, se conocen del sector privado y también de cuando Banga estaba en el sector financiero y Goldfajn era el gobernador del banco central de Brasil. Ambos han asumido su cargo en el último año y en ambos casos llegan con el mandato de trabajar de una manera diferente.

Ya incluso antes de este memorando han empezado a trabajar juntos. En junio pasado, ambos visitaron Perú y Jamaica, donde se reunieron con la presidenta peruana, Dina Boluarte, y con el primer ministro de Jamaica, Andrew Holness. “Fue un viaje histórico. La primera vez que los dos presidentes viajaban juntos a la región”, ha dicho Goldfajn.

En algún aparte de ese viaje, mientras el presidente del BID se tomaba un café y el del Banco Mundial una copa de vino, según han bromeado, empezaron a hablar de la necesidad de colaborar de forma más estrecha. Y en aquellas conversaciones del viaje, pensaron que la mejor forma de llevar a la práctica esos buenos deseos era elegir algunos temas que fueran importantes para ambos organismos y así, unos meses después, ha cristalizado la alianza firmada en Washington este jueves.

Un cubo de Rubik

Goldfajn y Banga han aludido a la magnitud de los retos que hay por delante. “Es como una progresión geométrica. No puedes ganar solo. Tienes que unir fuerzas, y unir fuerzas no solo entre los bancos multilaterales, o con los gobiernos, sino realmente con la sociedad civil, la filantropía y el sector privado”, ha dicho Banga, que ha señalado que tanto los problemas como las posibilidades de cooperación están entrelazadas como en “un complejo cubo de Rubik”.

“La reforma de los bancos multilaterales es una oportunidad para aumentar el impacto en el desarrollo”, ha dicho Goldfajn. “Tenemos que centrarnos en la implementación. Hay demasiadas conferencias, demasiados seminarios”, ha dicho Goldfajn, que ha reclamado un cambio cultural y ha llamado a pasar de las palabras a los hechos y también a dar menos importancia al dinero movilizado y más al impacto generado.

En virtud de los acuerdos firmados, en la Amazonia, las organizaciones combinarán su experiencia para apoyar a los países en su transición hacia una deforestación neta cero, contribuir a que las personas obtengan mejores medios de vida y al mismo tiempo preservar el ecosistema, incluyendo instrumentos financieros innovadores.

En el Caribe, el acuerdo dará como resultado un mayor apoyo a los países para gestionar los desastres y las crisis climáticas y desarrollar mecanismos de protección financiera para cuando ocurran catástrofes.

Las organizaciones también se han comprometido a trabajar juntas para promover el desarrollo digital en la región. El plan de acción propone que a través de esta colaboración la infraestructura digital y la conectividad puedan ampliarse efectivamente para contribuir a acelerar el desarrollo socioeconómico. A través de la iniciativa “Escuelas Conectadas para Todos”, el Banco Mundial y el BID desarrollarán planes para cerrar la brecha digital en la educación, asegurando que los jóvenes tengan las habilidades necesarias para la economía del futuro. Un programa piloto innovador traerá conectividad a áreas desatendidas de la región, ayudando a más personas a obtener acceso a Internet abriendo nuevas oportunidades.

Aparte del acuerdo para que el BID y el Banco Mundial se coordinen entre sí, BID Invest, el brazo del sector privado del Grupo BID y MIGA, el brazo de seguros contra riesgos políticos del Banco Mundial, han acordado colaborar para mitigar el riesgo político en la región. Las dos agencias trabajarán junto con la Corporación Financiera Internacional (CFI) del Banco Mundial para atraer más inversiones del sector privado a la región.