China ha anunciado que a partir del 15 de septiembre limitará las exportaciones de antimonio y sus derivados con el objetivo de resguardar la seguridad nacional. Estas restricciones también se justifican en el cumplimiento de obligaciones internacionales, como las relacionadas con la no proliferación de ciertos materiales estratégicos. Es importante destacar que China ha afirmado que estas medidas no tienen como objetivo perjudicar a ninguna nación en particular.
El antimonio es un metal estratégico ampliamente utilizado en la fabricación de municiones, misiles infrarrojos, armas nucleares, equipamiento militar y tecnología civil como baterías y paneles solares. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, China acaparó el 48,2% de la producción mundial de antimonio el año pasado.
Estas limitaciones afectarán a seis tipos de productos relacionados con el antimonio, incluyendo el mineral en sí, los metales derivados y el óxido de antimonio. Asimismo, se prohibirá la exportación no autorizada de tecnología de fundición y separación de oro y antimonio.
A partir de ahora, los exportadores de estos productos deberán solicitar licencias de exportación para mercancías y tecnologías de doble uso, es decir, aquellas con aplicaciones tanto civiles como militares. Esta medida se suma a la prohibición impuesta en 2023 sobre la venta de tecnología para la fabricación de imanes de tierras raras y a las restricciones vigentes en la exportación de ciertos materiales críticos.
China ha venido endureciendo su control sobre las exportaciones de materiales estratégicos, como productos de grafito, galio y germanio, empleados en la industria de semiconductores. Estas acciones reflejan la voluntad del país de proteger sus intereses nacionales y mantener el equilibrio en el mercado internacional.
