La Comisión Europea desea investigar a fondo la fusión entre Orange y MásMóvil. En su primer análisis, el departamento de Competencia comunitario ha concluido que “la operación la disminuiría el número de operadores de red en España, eliminando así un competidor innovador y significativo”, explica la nota difundida este lunes por Bruselas, que agrega que esa situación “podría dar lugar a precios más elevados y a una menor calidad de los servicios de telecomunicaciones para los clientes”. Ante ese riesgo, el Ejecutivo comunitario abre una “investigación exhaustiva” de la operación. Si se confirma su sospecha inicial, lo más probable es que imponga condiciones para dar luz verde a la fusión.
La gran mayoría de operaciones de fusión que examina Bruselas acostumbran a percibir el visto bueno sin detallar de un análisis a fondo, un noventa%, conforme los datos de la Comisión. No ha sido el caso de la que han planteado entre Orange y MásMóvil. Competencia ha decidido tomarse más tiempo para examinar las consecuencias del paso que plantea la enorme compañía de telecomunicaciones francesa y el operador independiente de España. En principio, los técnicos comunitarios disponen de noventa días hábiles, hasta el veintiuno de agosto. No obstante, este plazo puede prorrogarse, por lo menos, por otros quince días. “La apertura de una investigación exhaustiva no prejuzga el resultado del procedimiento”, lanza Competencia como advertencia.
Además del impacto en los costes, el departamento que dirige la vicepresidenta de la Comisión, Magrethe Vestager, agrega que “como resultado de la operación, Orange y MásMóvil tendrían la capacidad y el incentivo para restringir el acceso de los operadores virtuales a la red móvil al por mayor y a los servicios mayoristas de acceso a la red fija”. Ahora, Bruselas vuelve a incidir en la amenaza de un encarecimiento de los productos: “Esto podría reducir la capacidad de estos operadores para competir, lo que a su vez puede traducirse en precios más elevados y una menor calidad de los servicios para los clientes finales en España”.
“Los consumidores en España pueden elegir entre varios servicios competitivos de telecomunicaciones fijas y móviles, a menudo vendidos como un paquete, y MásMóvil ha sido un competidor exitoso de Orange y otros operadores en los últimos años”, ha señalado Vestager en un comunicado. “Deseamos garantizar que los consumidores españoles sigan beneficiándose de servicios de telecomunicaciones asequibles y de alta calidad, incluidos los prestados por operadores virtuales que necesitan un acceso mayorista competitivo a las redes fijas y móviles para ofrecer sus servicios en los mercados minoristas de telecomunicaciones”, ha añadido la encargada de Competencia.
Posibles concesiones
Las operadoras son siendo conscientes de que deberán hacer concesiones en forma de cesión de redes tanto de fibra como de móvil a sus contendientes a un costo provechoso, como ya sucediese en la adquisición de Jazztel por Orange en dos mil catorce. La rumana Digi y, en mucho menor medida Avatel y Finetwork, son los primordiales interesados en sacar interés de las condiciones que le imponga la Comisión a Orange y MásMóvil.
La resolución anunciada este lunes no ha tomado por sorpresa a ninguna de las dos empresas implicadas, que daban por descontado que la Comisión no daría luz verde a la operación en primera instancia dada la extensión de la fusión, y el hecho de que se reduzcan de 4 a 3 los grandes contendientes en el mercado de acceso a Internet y en la telefonía móvil.
“La apertura de esta fase constituye un siguiente paso en el proceso con la Comisión Europea, durante el cual tendremos el tiempo y la oportunidad de demostrar a la Comisión que esta transacción es beneficiosa tanto para los consumidores españoles como para el sector de las telecomunicaciones, ya que garantizará el despliegue sostenible de 5G y de la fibra a mayor escala en un mercado muy competitivo”, han señalado de manera conjunta fuentes oficiales de MásMóvil y Orange.
El éxito de Digi como argumento
Sin embargo, en la trastienda de la operación no ha sentado realmente bien el tono empleado por la Comisión en su notificación, por su referencia a una posible subida de costes o de mengua de la competencia. “Lo relevante ahora es comprobar cómo van a argumentar las autoridades de Competencia la imposición de esos remedies [concesiones], máxime si éstos son muy exigentes e implican la desinversión venta de activos, en un mercado como el español que es el más competitivo de Europa, en el que hay ocho operadores que facturan más de 100 millones de euros cada uno y 32 operadores móviles virtuales [sin red propia] de los que 18 tienen más de 50.000 clientes. Pero sobre todo, teniendo en cuenta que los operadores que más crecen en este momento no son los grandes sino los alternativos Digi y Avatel”, apuntan fuentes próximas al expediente de concentración,
Y es que lo que teme el campo, y no solo de los implicados en la fusión, es que Digi sea el primer adjudicatario de esos remedies impuestos por Bruselas y pueda hacerse con activos a costo de saldo tanto de MásMóvil como de Orange. Precisamente por eso, el éxito de Digi y otros operadores virtuales va a ser uno de los primordiales razonamientos para persuadir a la Comisión de que reduzca esas condiciones al mínimo en las negociaciones que se abren ahora entre las dos partes para iluminar la fusión,
Y es que el operador rumano es, con mucha diferencia, el que más medra en el mercado de España y está quitando cada mes decenas y decenas de miles y miles de clientes del servicio a las 4 grandes compañías (Movistar, Vodafone, Orange y MásMóvil) con las que no pueden competir sus contrincantes. Por eso, a las grandes empresas del campo no ha sentado nada bien la alusión de la Comisión a una posible subida de costes en su anuncio de este lunes. “Las telecomunicaciones es uno de los pocos sectores deflacionistas en España pese a la escalada de costes de los últimos años tras la pandemia. Y si Digi y otros operadores virtuales están captando clientes se debe a sus tarifas extremadamente agresivas, que se pueden permitir porque no tienen las exigencias inversoras de los operadores tradicionales que deben desplegar nuevas redes o comprar el espectro para tecnología como el 5G. Ninguno de esos nuevos actores necesitan el empujón de unos remedies porque ya demuestran ahora que pueden competir sin trabas y hasta con ventaja. Por ejemplo, Digi es el operador que más ha crecido en los últimos dos años. Ya factura más de 500 millones anuales, y tiene 4 millones de líneas de móvil, gracias al acuerdo que tiene con Telefónica para usar su red, y un millón de líneas de banda ancha. Solo en 2022, le quitó al resto de operadores 600.000 clientes. Y en el primer trimestre de este año ya ha va por casi 300.000 líneas portadas de otras compañías como la propia Digi presume. Y ese crecimiento se debe exclusivamente a tarifas low cost como 20 euros al mes por un paquete de fibra y móvil”, apuntan las fuentes próximas al expediente.
“No hay ningún motivo para pensar que vaya a producirse una subida de precios tras la fusión. El objetivo de esta fusión no es el aumento de precios sino hacer viable el modelo y que se pueda garantizar una inversión millonaria en las nuevas redes, sobre todo el 5G. Y, por eso, la Comisión tendrá muy difícil justificar que va imponer unas condiciones a operadores que invierten en redes para reforzar a otra compañía que actualmente es la que más crece”, rematan exactamente las mismas fuentes.
Un largo recorrido
MásMóvil y Orange anunciaron en el mes de julio de dos mil veintidos su pretensión de fusionarse en una joint venture al cincuenta%, valorada en dieciocho y seiscientos millones de euros, y notificación oficialmente la operación a la UE el trece de febrero pasado. Una vez que Bruselas dé el permiso terminante y se valoren las condiciones para su cumplimiento, los planes de Orange y MásMóvil son lanzar la salida a Bolsa de la compañía que salga de la fusión en un plazo de entre veinticuatro y cuarenta y dos meses desde entonces.
La fusión va a crear la mayor compañía de telecomunicaciones de España por número de clientes del servicio de telefonía móvil y banda ancha, treinta y uno millones de líneas, por delante de Telefónica España, que preservará el liderazgo del mercado de España por ingresos y beneficio. El pacto final incluye el reparto de un superdividendo de cinco mil ochocientos cincuenta millones para los accionistas de las dos compañías, del que se favorecerán en especial los fondos de inversión que controlan MásMóvil y el Estado francés, accionista mayoritario de Orange
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Articulo original de El País