Pocas fusiones como la que ha dado sitio a la presente Ávoris se han cuajado en tiempos tan difíciles. La unión de las divisiones de viajes de Barceló y Globalia se anunció en dos mil diecinueve, un poco antes de la pandemia, y se confirmó en medio de ella, en dos mil veinte, con los viajes paralizados en el mundo entero y la inseguridad planificando sobre el futuro del negocio. Pese a los obstáculos, el matrimonio para crear el grupo más nutrido de España de agencias de viajes se consumó en dos mil veintiuno y en el mes de octubre pasado Globalia vendió su parte a la cadena hotelera. Ahora, una vez digeridos los cambios y con el turismo medrando nuevamente, Ávoris tiene 3 objetivos principales: la internacionalización, el desarrollo del canal online y, a pesar del peso creciente de internet en la venta de viajes, apostar por las oficinas a pie de calle. “Muchas veces me preguntan cuántas agencias vamos a cerrar y yo digo, todo lo contrario, que quiero abrir otras 1.500″, afirma Juan Carlos González, director general de Ávoris Corporación Empresarial.
“Nosotros creemos un 100% en las agencias de viaje y un 200% en los agentes”, explica en una entrevista en las oficinas de la compañía en Madrid, donde tiene uno de sus despachos. El otro está en Palma de Mallorca, sede de Barceló y Ávoris. “Todo el mundo habla de la desaparición de las agencias tradicionales, pero cada vez se valora más que un agente que esté bien formado y que sea un buen gestor ayude al cliente, que le acompañe, le asesore sobre temas de seguridad y le aconseje en general sobre el viaje”, explica. “Necesitamos agentes que sean verdaderos gestores; de la misma forma que hay gestores fiscales o de renta, yo creo que cada uno tiene que encontrar a su agente de viajes”, resume.
El último logro de Ávoris llegó el pasado siete de julio, cuando se hizo con todos y cada uno de los lotes de los viajes del Imserso para la época dos mil veintitres-veinticuatro. “Estamos verdaderamente satisfechos”, asevera González. Por primera vez, una sola empresa ha sido escogida para efectuar toda la contratación. Pero dos consorcios participantes (Mundiplan y Sotour) han decidido presentar una alegación de carácter urgente —paso anterior al recurso formal— a la adjudicación por discrepancias en el proceso. “Tenemos una confianza absoluta en que hemos presentado unas ofertas óptimas desde todos los aspectos de valoración, y, por supuesto, sin ningún error formal, por lo que consideramos que cuando analicen las ofertas de Ávoris no podrán encontrar ningún argumento real para presentar un recurso”, asevera el directivo general de Ávoris.
Ávoris cuenta para el área vacacional con marcas como B travel y Halcón Viajes, y una extensa red de mil quinientos agencias de viajes en España y prácticamente sesenta en Portugal. La empresa se ha propuesto contar con tres mil puntos de venta entre agencias propias, franquiciadas y asociadas. Las franquicias son clave y, en verdad, se han firmado quince nuevos contratos en los últimos dieciocho meses. También han llegado a pactos con otros conjuntos de distribución para ampliar el número de agencias asociadas.
El objetivo es cerrar dos mil veintitres con una facturación de cuatro mil millones y un resultado bárbaro de explotación positivo, que no específica. “Este año dejaremos a un lado los números rojos”, explica. El segundo objetivo es el desarrollo del canal digital, donde vende viajes por ciento veinte millones de euros al año. Y el tercero es la internacionalización: “Tenemos uno de los turoperadores líderes en Latinoamérica, Special Tours, y con él traemos turistas a Europa. Y, poco a poco, queremos que cada latinoamericano que venga a Europa pase por España, extendiendo ese modelo a otras áreas geográficas, como Norteamérica y Asia. Creo que la internacionalización es uno de los grandes retos en los que, sin duda, tenemos que seguir avanzando”. Tras la pandemia, está medrando el número de mexicanos, venezolanos y estadounidenses, entre otros muchos turistas americanos, que van a España: “En la casa tenemos una línea estratégica: pensamos que Europa se va a convertir cada vez más en un sitio de obligada visita y queremos aportar por ello”.
La forma de viajar cambia. “No diría que la pandemia ha cambiado la forma de viajar, pero sí las prioridades. La gente ha puesto por encima el viaje y el ocio. Se prioriza el disfrute. Y las nuevas generaciones viajan más: el viajero joven viaja más”, explica el ejecutivo.
Cada vez más turistas valoran las experiencias. En este sentido, Ávoris remata el lanzamiento de un operador turístico en el que se escojan los viajes dependiendo de la experiencia, y no tanto por el destino. La compañía planea vertebrar el negocio en torno a 3 motivaciones: ocio puro como conciertos y teatro; experiencias como conducir un fórmula uno, montar en globo o probar con la gastronomía; y viajes por afinidades, o sea, “hacer un viaje con unos amigos por son afines en gustos”. Respecto a este último punto, el ejecutivo explica que ha sido frecuente que en el caso del buceo, la caza o el golf. “Pero queremos potenciarlo creando un gran marketplace para que los promotores de viajes amateur puedan subir sus iniciativas y que haya una estructura detrás que les ayude a hacerlas realidad”. El objetivo de Ávoris es lanzar este operador turístico a fines de dos mil veintitres o principios de dos mil veinticuatro.
Las perspectivas para el año son positivas. En el primer cuatrimestre de dos mil veintitres, el negocio estaba sobre dos mil diecinueve, y se espera “un excelente verano y año para el turismo”. Pero falta por ver de qué manera afecta a la demanda la pérdida de poder adquisitivo de los hogares, muy golpeados por las subidas de géneros de interés. “España ya no vende solo el turismo de sol y playa. Se ha desestacionalizado mucho. Aunque es verdad que quien busque sol y playa a precios razonables también lo encontrará con una amplia oferta de vuelos chárter”.
Ávoris fue una de las compañías que más se favoreció de los rescates de la SEPI a lo largo de la pandemia, con trescientos veinte millones, que Barceló devolvió de forma adelantada el año pasado. La deuda financiera neta del conjunto del conjunto Barceló, en el que están integradas las cuentas de la agencia de viajes, ascendía a trescientos sesenta y cinco con uno millones en dos mil veintiuno y en dos mil veintidos se redujo hasta doscientos cinco con tres millones. El gigante hotelero cerró dos mil veintidos con un beneficio neto de ciento setenta con uno millones de euros, sobre los ciento treinta y cuatro con seis millones registrados en dos mil diecinueve, y una facturación de cinco mil setecientos treinta millones, asimismo sobre la cantidad de negocio prepandemia.