En plena campaña navideña, en la que estos artículos han figurado en los últimos tiempos entre los más demandados, Apple ha anunciado este lunes que va a suspender la venta en Estados Unidos de dos de sus modelos de reloj inteligente hasta el momento en que se resuelva un pleito sobre la patente de una de sus funciones, la que mide el oxígeno en sangre. El volumen de negocio de los Apple Watch representa prácticamente veinte millones de dólares estadounidenses de los trescientos ochenta y tres mil doscientos noventa millones de dólares estadounidenses de ventas anuales de la compañía. Apple es el mayor vendedor de relojes inteligentes del planeta, con prácticamente una tercera parte del volumen global de ventas.
A partir de este jueves en su web, y tras Nochebuena en sus tiendas físicas en EE UU, no van a poder adquirirse los modelos Apple Watch Serie nueve, el más reciente, y Apple Watch Ultra dos. La resolución de retirar, cuando menos provisionalmente, uno de sus productos más populares se debe a una enconada disputa con el fabricante de dispositivos médicos Masimo sobre su función de oxígeno en sangre. Apple ha comercializado su reloj inteligente como un dispositivo que salva vidas, una publicidad que ha contribuido a transformarlo en el reloj de nueva generación más vendido en el planeta.
Otros modelos proseguirán en venta, mas la prohibición de importación afectaría al Apple Watch Serie seis y siguientes, y a todos y cada uno de los modelos de Apple Watch Ultra importados tras el final de un próximo periodo de revisión. Sin embargo, no afectará a las ventas del Apple Watch SE, conforme Apple. La serie nueve cuenta con un chip S9 adaptado para un procesamiento más veloz de las incesantes y deja ademanes con las manos para supervisar el reloj, gracias en parte a un motor neuronal mejorado que procesa datos de sensores y aprendizaje automático.
El pleito amenaza con transformarse en uno de los más enconados con relación a una patente. La resolución de Apple se genera una vez que la Comisión de Comercio Internacional (ITC, en sus iniciales inglesas) dictaminara en el mes de octubre que múltiples relojes de la marca transgredían patentes de Masimo, una compañía de tecnología médica de Irvine (California). En el juicio, Masimo especificó de qué forma Apple cazó ocultamente a sus primordiales ejecutivos y a más de doce empleados y, más tarde, lanzó un reloj con funciones de pulsioximetría -que mide el porcentaje de oxígeno que los glóbulos colorados transportan- patentadas por Masimo.
Para eludir la prohibición total de las ventas, Apple disponía de un par de meses para llegar a un pacto con Masimo y conseguir la licencia de su tecnología, o podía apelar a la Administración del presidente Joe Biden a fin de que revocara la sentencia, para lo que esta dispondría de sesenta días antes que entrase en vigor la prohibición terminante. “Aunque el periodo de revisión no finalizará hasta el 25 de diciembre, Apple está tomando medidas preventivas para cumplir la sentencia en caso de que se mantenga”, ha dicho la compañía en un comunicado al anunciar la suspensión cautelar.
“Apple está en total desacuerdo con la orden [de la Comisión de Comercio] y está valorando una serie de opciones legales y técnicas para garantizar que el Apple Watch esté disponible para los clientes”. La compañía de la manzana ha añadido que, si la orden se sostiene, “continuará tomando todas las medidas para devolver el Apple Watch Serie 9 y el Apple Watch Ultra 2 a los clientes en EE UU tan pronto como sea posible”, ha agregado, en referencia a su recurso a la Administración de Biden.
Sin embargo, Joe Kiani, director de Masimo, ha declarado en una entrevista que Apple no ha entablado negociaciones para conseguir la licencia. En su sitio, apuntó que Apple había apelado al presidente Biden para vedar el fallo de la ITC. Kiani aseveró haberse enterado pues la Administración se puso en contacto con él sobre la solicitud de Apple.