Las perspectivas de desarrollo en América Latina y el Caribe se encaran a un ambiente dudoso y desafiante para la estabilidad macroeconómica y el dinamismo de su actividad, pese a haber mostrado un desempeño resistente frente a los ‘shocks’ ocasionados por la invasión de Rusia a Ucrania en dos mil veintidos, descubrió este jueves el Instituto de Estudios Económicos (IEE).
La zona encara el peligro de que se intensifique esta activa de ralentización en dos mil veintitres, en un escenario de elevadas tasas de inflación, endurecimiento monetario y tensiones geopolíticas que ponen en riesgo las perspectivas económicas a nivel del mundo, conforme propuso este jueves el Instituto de Estudios Económicos (IEE), en la apertura del Encuentro Empresarial Iberoamericano.
De pacto a la entidad, la crisis provocada por la pandemia supuso un sacrificio de las cuentas públicas a través de políticas expansivas, que ha aumentado los niveles de deuda de los países, por lo que el margen fiscal se ha reducido sensiblemente.
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“Así, tanto el informe del Banco Mundial (BM) como el del Fondo Monetario Internacional (FMI) coinciden en apuntar que la economía de América Latina y el Caribe se encuentra inmersa en un proceso de desaceleración en 2023”, añadió el documento del IEE, que presentó su presidente, el de España Íñigo Fernández de Mesa.
La entidad estimó que, dada la débil coyuntura económica de la zona, cualquier nuevo evento, como una inflación más alta que la prevista, fuertes incrementos de las tasas de interés, el renacer de COVID-diecinueve o mayores tensiones geopolíticas, podría acentuar la ralentización.
En ese contexto, los países de la zona se encaran a un periodo de múltiples años de desarrollo lento, una pesada carga de la deuda y escasas inversiones.
El desarrollo mundial va a ser más débil
Para el IEE es “previsible”, en este contexto, que las inversiones vayan destinadas a las economías avanzadas que ofrecen más seguridad, si bien del mismo modo se encaren a niveles de deuda pública altos y tasas de interés crecientes.
El informe, en general, presenta una situación “compleja” externa e interna.
“Desde el frente exterior, el crecimiento mundial será más débil de lo previsto, afectando a los precios de los productos básicos, lo que socava la actividad económica de los países exportadores”, resaltó el IEE.
Agregó que, un mayor endurecimiento de las condiciones financieras podría producir tensiones en las economías más frágiles, en la medida en que la inflación podría ser más persistente de lo previsto, lo que elevaría las esperanzas de desaceleración en un largo plazo.
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La desaceleración que se prevé durante dos mil veintitres es debida, en parte, al impacto del endurecimiento de la política monetaria que se está aplicando para supervisar la inflación. También influye un panorama mundial poco alentador, que va a registrar un menor dinamismo.
El instituto plantea que, para mudar las perspectivas, por lo menos a mediano y largo plazo, América Latina y el Caribe debe hacer una “apuesta decidida y sostenida” por la mejor capacitación y educación de la población, ya que sus efectos repercuten en un aumento de la productividad, mayores inversiones y, en suma, más progreso.
DW.
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Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.
