La cadena británica de tiendas de artículos para el hogar y ferretería Wilko ha anunciado este jueves que se declarará en suspensión de pagos, una vez que no hayan fructificado los sacrificios de la compañía para localizar algún comprador, lo que deja en el aire unos doce puestos y cuatrocientos tiendas si no halla un comprador.
La empresa familiar ha pedido la protección en frente de sus acreedores al no lograr financiación de urgencia, tras padecer una crisis de liquidez por la caída de sus ventas. “No hemos escatimado esfuerzos a la hora de preservar este increíble negocio, pero debemos admitir que, lamentándolo mucho, no nos queda más remedio que tomar la difícil decisión de entrar en concurso de acreedores”, afirmó Mark Jackson, presidente ejecutivo de Wilko.
El administrador PwC afirmó que las tiendas de la minorista proseguirían marchando sin despidos inmediatos, mientras que siguen las conversaciones con las partes interesadas, si bien advirtió de que “si no se encuentran compradores para una parte o la totalidad del grupo, es probable que se produzcan cierres de tiendas y despidos”.
Wilko, que vende desde artículos de ferretería a productos de limpieza, juguetes y material de jardinería, tiene una facturación anual de mil doscientos millones de libras (mil quinientos treinta millones de dólares estadounidenses). Se trata de la mayor quiebra en el ámbito minorista británico desde la quiebra de la cadena de tiendas McColl’s en el mes de mayo del año pasado. McColl’s fue comprada más tarde por el conjunto de supermercados Morrisons.
La cadena empezó en mil novecientos treinta como una sola ferretería en Leicester, en el centro de Inglaterra, mas fue víctima del endurecimiento del ambiente económico británico y de la crisis del costo de la vida, lidiando con una elevada inflación y catorce subidas sucesivas de las tasas de interés desde diciembre de dos mil veintiuno.
Mark Jackson ha lamentado que, aunque la compañía recibió “un nivel significativo de interés”, incluidas ofertas indicativas que podrían cumplir con los criterios financieros para recapitalizar el negocio, sin la seguridad de poder llenar el trato en el marco de tiempo preciso y dada la situación de efectivo, “no ha quedado más remedio que tomar esta desafortunada medida”.
El sindicato británico GMB ha expresado su solidaridad con los trabajadores de Wilko aseverando que su entrada en suspensión de pagos era “un desastre evitable” que pone en riesgo doce puestos debido a la mala administración.