El sector fotovoltaico ha lanzado un llamado urgente para implementar reformas en el sistema de precios eléctricos. La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) sostiene que es necesario establecer un suelo de precios que ayude a enfrentar un problema crítico: el aumento de las horas cero y los vertidos, tanto técnicos como económicos. Esto es esencial para no poner en riesgo las inversiones programadas hasta 2030.
En una reciente rueda de prensa, el director general de UNEF, José Donoso, propuso que, al igual que se estableció un tope de 67 euros por megavatio hora (MWh) para otras fuentes energéticas durante la crisis del gas, se implementen soluciones similares para la fotovoltaica. Esta medida podría ser un “colchón” que permita al sector sobrellevar la situación actual, donde se enfrenta a pérdidas considerables.
**Ideas para el cambio**
Donoso destacó que es crucial sentarse a discutir alternativas que podrían aliviar la presión financiera sobre las plantas fotovoltaicas, como las subastas de energía o la eliminación del impuesto sobre el valor de la producción. “La meta es crear un puente que facilite la llegada de la demanda”, añadió, enfatizando que la electrificación es la clave para el futuro, aunque reconoce que este proceso será gradual y tomará tiempo.
**Crecimiento de horas cero**
Desde enero hasta septiembre de este año, ya se han acumulado 759 horas cero en fotovoltaica, superando así las 696 horas del año pasado. Con precios de captura en 33,95 euros por MWh, un 25% por debajo de los 42,28 euros/MWh de 2024, se hace indispensable reformar el sistema de precios.
Además, la disminución en los contratos bilaterales, conocidos como PPAs, ha evidenciado la necesidad de reactivar subastas de renovables que brinden certeza a los inversores y promuevan la integración del almacenamiento.
**Prioridad nacional: la electrificación de la demanda**
UNEF enfatiza que la electrificación debe ser una prioridad a nivel nacional. Según previsiones, se cuenta con 75 gigavatios (GW) de puntos de conexión aprobados en la planificación para 2030, a comparación de una demanda actual de solo 25 GW. Esto sugiere que realizar concursos de demanda podría ser clave para desbloquear inversiones y fomentar la industrialización relacionada.
**Criticas a las regulaciones actuales**
Donoso también cuestionó la nueva normativa de Red Eléctrica que exige a las plantas de energía renovable aumentar o reducir su producción en intervalos de 15 minutos. Según él, esto podría marginar a las renovables del mercado y, en su opinión, debería ser un proceso más flexible.
**Crecimiento fotovoltaico en cifras**
El 2024 fue un año notable, con una adición de 7.221 megavatios (MW) de nueva capacidad fotovoltaica en España, alcanzando un total acumulado de 40.294 MW. Esto solidifica el liderazgo de España en el mix renovable europeo, solo superado por Alemania. A pesar de un leve descenso del 1,47% en plantas en suelo, el ritmo de instalación aún se mantiene alto, con más de 4.578 MW en 2025 hasta septiembre.
Sin embargo, el autoconsumo enfrenta retos, con una caída del 31% el año pasado. Esto subraya la urgencia de nuevas políticas que respalden este segmento. A pesar de contar con 8.137 MW de autoconsumo instalado, se encuentra lejos de la meta de 19 GW para 2030.
**Desafíos en almacenamiento y aportación económica**
En cuanto al almacenamiento, España posee actualmente 2.205 megavatios hora (MWh) de capacidad, aunque su crecimiento ha tenido una caída del 34% en el último año. Asimismo, trae consigo la incertidumbre de aranceles impuestos por Estados Unidos, que podría impactar negativamente en el sector.
La fotovoltaica, a pesar de estos desafíos, contribuyó al PIB español con 10.694 millones de euros en 2024, un indicador de su relevancia económica. Además, generó 146.764 empleos en el país, lo que demuestra su potencial para generar oportunidades laborales.
**Integración social como reto**
Donoso también enfatizó la importancia de integrar socialmente los proyectos fotovoltaicos. A menudo, se ignoran los beneficios significativos que esta tecnología puede aportar, como la mejora de la calidad de vida en áreas rurales, mediante la creación de empleo y el aumento de ingresos municipales.
La fotovoltaica, por lo tanto, no solo es vital para el futuro energético de España, sino que también representa una oportunidad clave para el desarrollo socioeconómico del país.