Pasó la campaña electoral y asimismo las elecciones. Dos semanas que han semejado meses, quizá pues tras las pantallas los españoles no han parado de ver memes sobre política. De hecho, las redes jamás han tenido un papel tan relevante en el momento de hacer llegar contenidos, y asimismo desinformación, a los usuarios. Tal es la relevancia e repercusión de los memes en la cultura popular que, como recordó el presidente en funciones, Pedro Sánchez, en su entrevista —viral— con La Pija y la Quinqui, la Biblioteca Nacional viene compendiando desde ya hace una década un patrimonio reportaje de memes, una compilación que sus jóvenes entrevistadores han definido como “la Alejandría” de la generación Z.

Las elecciones ya fueron, mas los memes se quedaron. En realidad, no sería exagerado decir que evolucionaron. Todos los temas aproximadamente controvertidos y jocosos que dieron que charlar a lo largo de la campaña —los pronósticos del CIS de Tezanos, la supuesta manipulación del voto por correo, “que te vote Txapote” o la última batalla de un moribundo Pedro Sánchez— han encontrado su instante de revancha en la resaca electoral. El dos mil veintitres quizá va a pasar a la historia como el año del “perro sanxe”, si bien no se puede descartar que en los próximos meses Ayuso haga la conjura política que los tuiteros vienen augurando desde el último día de la semana y se corone como protagonista de las redes. En este caso, más que Sánchez o Feijóo, estas elecciones semejan haberla ganado los memes.

El cánido que tiene más vidas que un gato

Los resultados de las municipales y autonómicas lo daban por derrotado. Las encuestas parecían confirmarlo. Pedro Sánchez iba a perder las elecciones y los tuiteros estaban preparados. Un meme retrataba la inseguridad del votante de izquierda: una carpetita con los “documentos para salir del país” en el caso de victoria del bloque de derecha u otra llena de “memes por si ganara la izquierda”. Ha tocado la segunda. Una vez que el recuento ha dejado claro que Sánchez iba a salir vivo asimismo de esta, las redes se han anegado de fotografías y vídeos del presidente festejando. Incluso Dios — una cuenta de Twitter con más de seiscientos usuarios— se preguntó de qué forma hace Pedro Sánchez para resucitar en tantas ocasiones. “Perrosanxe, el único perro con más vidas que un gato”, comentó más de un usuario el último día de la semana.

El éxito del socialista en redes no es una sorpresa. De hecho, los memes que le tienen como protagonista han sido una de las grandes revelaciones a lo largo de la campaña electoral, una vez que la izquierda y exactamente el mismo Pedro Sánchez se apropiaran del apodo “perro sanxe”, con el que la derecha llevaba tiempo insultándole. Es enormemente poco probable que alguien no se haya encontrado —ya sea en Instagram, Twitter o pues un amigo o familiar se lo haya reenviado por WhatsApp— con el meme del cánido vestido con traje y corbata que afirma “más sabe el perro sanxe por perro que por sanxe”.

Su autor es Manuel Lardín, un joven de veintiuno años de Córdoba que estudia idiomas, jamás creyó que su gracieta iba a llegar tan lejos. “No le puse marca de agua porque creo que los memes son de todos. Hoy comparten el mío, mañana yo haré lo mismo con otro. Las redes funcionan así”, explica por teléfono. “Pero bueno, después de ver que lo empezó a usar el PSOE y que incluso Sánchez lo vio, igual me hubiera gustado recibir un poco de crédito. ¡Le hice la campaña! Al menos entre los jóvenes”, bromea. No le falta razón plenamente. Se ha probado que los memes pueden circular por redes más veloz que otros contenidos, aun que las noticias o los tweets de los políticos, y que dejan un acercamiento veloz al electorado. Su mensaje cuela mejor, especialmente si viene cargado de ironía.

El pucherazo para el pueblo de Correos

No todos y cada uno de los héroes llevan capa. Algunos van vestidos de azul y amarillo y arrastran un carro lleno de papeletas. Se trata de los trabajadores de Correos, que han conseguido su revancha en las redes de mano del anónimo @VictorEleDe, autor de la “Operación Pucherazo”, una serie de vídeos virales con doblajes falsos que hacen sátira da la teoría de la conspiración que han difundido desde el bloque de derechas sobre el voto por correo. Su autor —un hispalense de cuarenta y dos años que prefiere no descubrir su nombre— ha editado unos viejos vídeos que enseñan a los trabajadores de Correos en labores del día a día, y por medio de una voz artificial ha recreado la historia del supuesto pucherazo. “En cuanto la derecha ha empezado con el bulo del fraude, me vino la idea de hacer algo. Lo que decían era una parodia ya de por sí, pero me pareció bien destacar lo grotesco que era todo”, explica su autor.

“Aquí es donde cogemos todos los votos del PP que hay que quemar”, explica en uno de los vídeos un trabajador de Correos a dos empleados recién aterrizados en la oficina. Aprovecha para presentarles a Manolita, que es “cinturón negro de mechero”. “¿Primera quema de votos?”, pregunta la veterana a una novata. “Sí, primera vez”, confirma ella con una sonrisa de oreja a oreja. “Soy Laica, como la perra comunista, y de mi zona no va a llegar ni un puto voto del PP”, asegura la cartera protagonista de la segunda entrega de la serie, que amontona ciento ochenta y siete mil visualizaciones y más de ochocientos retuits desde el momento en que fue publicado, unos días ya antes de las elecciones. “Ya no es por mi condición de cartera comprometida con la clase obrera. Me jode darle la razón a los fachas, pero es cierto. Todo esto es una conspiración mundial organizada por la Agenda 2030, Seur, el Foro de Davos y los Decepticons. ¡Larga vida a Megatron!”, agrega la autoproclamada marxista.

Sin embargo, el auténtico éxito ha sido el final de temporada, el llamado “Pucherazo para el pueblo”. “¿Para qué necesito Netflix cuando tengo esto?”, preguntaba uno de los setecientos treinta y cuatro mil cuatrocientos usuarios que han visto la tercera una parte de esta serie satírica. En este episodio, los “correomunistas” —empleados de Correos comunistas— trabajan a la noche al servicio de Zapatero con el himno de la Unión Soviética sonando a todo volumen por la megafonía. “[Zapatero] Nos paga bastante bien. Pero como el dinero viene de Venezuela, te pagan en bolívares. Después tienes que ir al banco que está allí fuera a cambiarlo, y allí se pierde un pico. Pero todo sea por Megatron y los suyos”, asegura el encargado.

Feijóo y Ayuso en su última cena

La sorpresa más grande que absolutamente nadie vio venir en los días anteriores al 23J —o que más bien fue eclipsada por temas más urgentes como quitarle el Falcon al “perro sanxe”— son los memes que tienen como protagonista al desgastado aspirante popular a la presidencia, Alberto Núñez Feijóo, y a la estrella en ascenso del partido, la presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Pocos segundos una vez que los apasionados reunidos en la calle Génova el último día de la semana interrumpiesen al alegato del gallego para corear el nombre de Ayuso, Twitter (X) ha comenzado a llenarse de memes que adquirían a la presidente en Judas que traicionó a Jesús en la última cena.

Las redes —que dan una corta fama, mas tienen buenísima memoria— han tardado el tiempo de un telediario para separar la rivalidad entre partidos y enfocarse en la enésima “boda roja” que se gesta dentro del PP. Tras Pablo Casado, apuñalado en la espalda hace poco más de un año, los memes han sentenciado que llegó el turno de Feijóo. Acorralado por el sanchismo por un lado, y por su acólita por el otro, no va a llegar entero a la próxima reunión nacional del partido.

Da igual que Ayuso lo haya negado —“no puede ser que el jueves estemos con Feijóo apoyándole y el martes tirándole por un puente”, afirmó frente a los medios—, los tuiteros no olvidan. En los últimos días, el gallego no solo ha sido Jesucristo. También se transformó en Wendy, el personaje de El resplandor que escapa del hacha de su marido Jack Torrance, en el león Mufasa, en una víctima de Thanos y, para regresar a las metáforas políticas, en el nuevo contrincante de la conocida lechuga que soportó más tiempo que Liz Truss, la primera ministra con el orden más breve en la historia del Reino Unido.

Además de su rivalidad con Ayuso, el dudoso resultado electoral —ninguno de los dos bloques tiene suficientes votos para regir sin negociar con los partidos minoritarios— ha dado vida a otra subcategoría de memes: las llamadas de Feijóo para solicitar apoyo en la investidura. El popular lo procura con Sánchez, Rufián e aun Vodafone, mas absolutamente nadie está presto a darle escaños: el sanchismo, en las redes, ha vuelto a ganar.