Unicaja ganó en el primer semestre del año ciento cuarenta y ocho millones de euros, un doce,9% menos que en exactamente el mismo periodo de dos mil veintidos, conforme ha comunicado este jueves a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Un retroceso que se explica por el abono del impuesto excepcional (la entidad pagó en el primer trimestre los sesenta y tres con ocho millones que le correspondían por el ejercicio pasado). Sin la tasa, el levanta de las ganancias habría sido del veinticuatro con seis%. De hecho, el negocio del conjunto malagueño medra, del mismo modo que el resto del campo financiero, al recobrar ingresos recurrentes bancarios por la nueva política monetaria. Los mercados han recibido estos números con una subida de más del tres% en Bolsa.

Estos resultados llegan en un instante complicado con la crisis de gobernanza del banco, a la que Unicaja prevé dar carpetazo terminante en los próximos días. De hecho, ya ha citado al consejo para nombrar a su nuevo consejero encargado este viernes o, como máximo, el lunes próximo, conforme fuentes conocedoras del proceso. Otras fuentes internas, que han vivido múltiples vaivenes en los últimos tiempos, no descartan que se pueda retardar, si bien todo señala que el relevo se va a cerrar de forma inminente.

Así, se resolverá un tema enquistado y Unicaja va a tener nuevo consejero encargado prácticamente un par de meses tras el cese de Manuel Menéndez. Y se va a cerrar así un periodo de un par de años de lucha de poder interna tras la fusión con Liberbank. Fuentes oficiales de la entidad, a preguntas de este diario, han preferido no hacer comentarios al estar el proceso aún abierto. Lo última comunicación de Unicaja a la CNMV a este respecto, de hace una semana, afirmaba que la comisión de nombramientos y el consejo siguen con el proceso para esta designación. Entre las opciones alternativas que están encima de la mesa hay por lo menos dos aspirantes internos (Isidro Rubiales, adjunto al presidente, Manuel Azuaga, que va a deber dejar sus funciones ejecutivas, y Pablo González, directivo financiero) y uno externo (José Sevilla, ex consejero encargado de Bankia), conforme fuentes conocedoras de los trabajos de busca.

Con este nombramiento, que va a quedar a cargo del visto bueno del Banco Central Europeo (BCE), se allanará el camino de Unicaja. “Esperamos que cuando se resuelva todo, la dirección se centre solo en el negocio y seguro que mejoran los resultados”, explican fuentes internas. En el cierre de la crisis de gobernanza asimismo ayuda la recomposición del consejo de administración tras la última junta: en las últimas semanas se nombró a Inés Guzmán, Nuria Aliño, Antonio Carrascosa y Rocío Fernández como consejeros independientes.

El margen de intereses sube un veintiuno%

Pese a estas turbulencias internas, los números del banco en el semestre prosiguen en alza, como se corrobora en el segundo trimestre, en el que mejora exactamente el mismo periodo de dos mil veintidos (ciento catorce millones de beneficios, prácticamente un doce% más). Esta mejora se explica por el cambio de rumbo de la política monetaria del BCE en su lucha contra la inflación, lo que ha tolerado al campo financiero acrecentar de forma notable su margen de intereses. En el caso de Unicaja, se situó a final de junio en los seiscientos dieciseis millones, un veintiuno% más que el año precedente. Las comisiones netas medraron de forma más tímida, un uno con nueve%, hasta los doscientos sesenta y nueve millones de euros. Estas son exactamente las dos partidas con las que el Gobierno calcula el importe que debe abonar cada banco por la tasa temporal.

Los costos de administración, por su lado, se redujeron un uno con siete%, hasta los trescientos ochenta y tres millones, por los ajustes efectuados tras la fusión con Liberbank que han compensado las presiones inflacionistas. En específico, se registró “una caída de los gastos de personal del 5,2%, tras materializarse las sinergias derivadas del 100% de los cierres de centros previstos y el 91,5% de las salidas de personal contempladas en el ERE”, recoge el banco en un comunicado. El margen salvaje se sostuvo estable en los ochocientos treinta y uno millones, un cero con dos% menos, perjudicado por el impuesto temporal.

De esta forma, la entidad logra progresar su ratio de eficacia, que se redujo hasta el cuarenta y siete con nueve% (los especialistas estiman que un banco comienza a ser eficaz cuando este indicador está bajo el cincuenta%). Esta cifra, eso sí, se calcula sin tomar en consideración la tasa excepcional y el banco no ofrece el dato cosechado tras el pago. Con ello, el retorno sobre el capital tangible (ROTE) se situó en el siete%. Y la ratio de capital CET1 fully loaded escaló hasta el trece con ocho%.

El avance de los números es gradual al repercutir en su cartera de préstamos el nuevo nivel del euríbor, que no para de medrar desde ya antes de verano de dos mil veintidos. Por eso se prosigue reflejando trimestre a trimestre, ya que aún se está trasladando el salto del costo del dinero al crédito. Las entidades precisan de unos doce meses para actualizar al nuevo costo del dinero el total de su cartera de préstamos —las hipotecas variables, por poner un ejemplo, están referidas al euríbor a doce meses y se actualizan frecuentemente una vez al año—.

La morosidad, a raya

El contexto actual tiene una cara menos afable, que se puede presentar de múltiples formas: deterioro de la economía, freno de la demanda y incremento de la morosidad. Las dos primeras ya se atisban, si bien los temidos impagos prosiguen sin brotar. La mora se sostiene en niveles históricamente bajos: cerró mayo en el tres,59%, lejísimos del trece con sesenta y dos% que alcanzó a lo largo de la Gran Recesión (diciembre de dos mil trece). En el caso de Unicaja, la morosidad terminó en el mes de junio en el tres,6%, con una ratio de cobertura del sesenta y cinco con ocho%.

El campo financiero y los supervisores controlan esta métrica que sirve de alarma cuando vienen turbulencias económicas frente al miedo de un repunte por la presión de la inflación y el repunte de los costos financieros para las familias. En previsión, la banca y el Gobierno aun acordaron a final del año pasado la ampliación del Código de Buenas Prácticas para asistir a los hogares endeudados frágiles o bajo riesgo de serlo. El Ejecutivo calculó que este escudo social favorecería a hasta un millón de familias endeudadas, si bien las últimas cifras facilitadas por el Ministerio de Economía ubicaban las peticiones en solo treinta y tres. El Banco de España calcula que esta red de socorro, si se toman los datos históricos de adhesión a esta clase de protocolos, va a llegar de forma eficaz solo a cerca de doscientos familias.

Mercedes Cruz Ocaña