Así describe la figura de este personaje tradicional, desde la óptica de la administración empresarial y el liderazgo, María López Herranz, entrenador profesional y fundadora y directiva de Onda Positiva, del Centro de Alto Rendimiento Directivo (CARD) y de Russ Natural Horse Way,
En su libro “La estrategia del Cid” (Leven Anclas Editorial, dos mil catorce. ISBN: novecientos setenta y ocho-novecientos ochenta y siete-45118-3-6), María López Herranz realiza un práctico análisis de la estrategia con la que el Cid consiguió cumplir su gesta guerrera, al tiempo que nos invita a descubrir las claves del liderazgo actual y a ponerlas en práctica (la obra incluye diversos ejercicios que invitan a la reflexión para ello).
La autora asegura, que más que nunca se necesitan líderes inspiradores, impulsores de personas comprometidas y de proyectos anhelados: “Partió arruinado a un destino cruel e incierto, pero con un objetivo claro en la mente: limpiar su nombre, demostrar su valor e inteligencia y dejar claro el error de sus detractores. Como tantos empresarios, emprendedores y líderes de hoy en día, tuvo que aprender a adaptarse a los cambios que marcaba su nueva situación con la máxima agilidad posible y prepararse para iniciar su proyecto sin ningún capital económico”.
Desterrado, sin ayuda, sin fortuna y aparentemente sin mucho futuro… ¿cuáles fueron las claves del éxito del Cid? Según López Herranz, fueron 5:
“El capital de marca está sustentado por las cualidades, habilidades y valores que nos diferencian y que hacen que los demás nos elijan, prefieran y decidan estar con nosotros”. “Valor, creatividad, profunda disciplina, intensa capacidad para tolerar los errores y las debilidades ajenas, honestidad, humildad como vasallo de su señor y como señor de sus vasallos, alta capacidad de comunicación y persuasión y dignidad personal son las habilidades y valores que dieron al Cid una credibilidad sin fisuras y la irreprochable reputación que le puso en el camino del éxito más abrumador”, señala la autora.
“Liderar consiste –asegura María López- en servir a los demás, de forma que puedan alcanzar sus metas y aprovechar todas sus capacidades. Así se generan las mayores lealtades, vínculos de agradecimiento y deseos de responder a las expectativas con una energía imparable capaz de superar cualquier reto y alcanzar cualquier objetivo”. “En la trayectoria profesional del Cid, el destierro representó el cambio, lo inesperado, la incertidumbre. Y al ser capaz de adaptarse a él tan ágil y eficazmente, comenzó a demostrar tanto sus competencias naturales para ejercer el liderazgo como la claridad de su visión estratégica”.
“La motivación consiste en querer cumplir las expectativas que otros han puesto en nosotros”, asegura la entrenador. “Los hombres a los que el Cid demostraba su total confianza se la devolvían con creces, realizando el máximo esfuerzo posible para que el trabajo encomendado saliera a la perfección, lo cual, a su vez, el Cid sabía agradecer con el reconocimiento al trabajo bien hecho y la recompensa económica pertinente”.
“Las alianzas estratégicas con otras compañías o personas, es decir, los acuerdos destinados a beneficiarse mutuamente, constituyen uno de los caminos más rentables para reforzar las estrategias de crecimiento de las organizaciones y de los proyectos”, conforme María López. “El carácter dialogante y ecuánime del Cid, y su reputación de hombre generoso, justo y valeroso le permitieron encontrar y mantener aliados poderosos, dispuestos siempre a ayudarle y satisfechos con su condición de socios del Cid. A su vez ellos también se beneficiaban de la ayuda que el Cid podía proporcionarles, tanto en la guerra como en la paz, y de las ventajas que les representaba, en términos de imagen y protección, ser sus aliados”.
“Recompensar adecuadamente (encontrando el equilibrio entre las recompensas emocionales y las recompensas materiales y adaptándolas a las preferencias particulares de cada colaborador) a empleados cuyo talento es altamente valioso es una de las decisiones más rentables que puede tomar una organización”, explica la autora.
“En muchas ocasiones los caballeros del Cid se sienten tan motivados por otras causas que no sólo rechazan las recompensas económicas que les ofrecen, sino que ponen sus patrimonios e incluso sus vidas a disposición del Campeador para lo que sea necesario. Este nivel de implicación sólo se logra cuando entran en juego otras generosas recompensas que nada tienen que ver con lo económico y sí están completamente relacionadas con la satisfacción emocional”. “La satisfacción y el agradecimiento por un trabajo bien hecho continúan siendo las recompensas que más nos gusta recibir”.
Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.