El Fondo Bolsa Social, que invierte en empresas jóvenes españolas que procuran producir un triple impacto económico,
social y ambiental para impulsar la construcción de una sociedad más justa, inclusiva, sustentable y saludable, ha presentado su Informe de Impacto pertinente a dos mil veintidos. En dicho ejercicio ha invertido un capital de siete con dos millones de euros, lo
que supone prácticamente duplicar la cantidad invertida en dos mil veintiuno (cuatro,2 millones de euros). En la actualidad, el fondo cuenta con un patrimonio de veintidos millones de
euros.

En cuanto a su cartera de empresas invertidas, suma un total de once. Las dos incorporaciones más recientes son Smowl, que da herramientas que facilitan un acceso universal a la educación, y que ha desarrollado un
software de «proctoring» para acreditar la identidad de las personas que efectúan los exámenes online; y Hamelyn, plataforma digital de economía circular que facilita la reventa de libros utilizados.

Las otras 9 empresas participadas son Qida, Tucuvi, Sepiia, Nostoc Biotech, Ciclogreen, Rawdata, Solum, Tropicfeel y Kleta, que han seguido avanzando en su contribución a las 5 grandes áreas en las que invierte el fondo,
relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):

  • Salud y bienestar (ODS tres). Desde Qida y Tucuvi se atendió a un total de trece.259 personas que precisaban cuidados asistenciales, se
    advirtieron ocho.125 situaciones de alarma asistencial y se ahorraron más de ciento diecinueve mil trescientos once euros al sistema sanitario.
  • Educación inclusiva y de calidad (ODS cuatro). La inversión en educación y cultura tiene un efecto multiplicador sobre la sociedad. A
    través de Smowl se ha impactado en trescientos veintiocho mil setecientos cuarenta estudiantes.
  • Trabajo aceptable y desarrollo económico (ODS ocho). Mediante su participada Qida, el sueldo promedio del cuidador se situó un siete con seis%
    sobre el Salario Mínimo Interprofesional en usuarios nuevos.
  • Producción y consumo responsables (ODS doce). Con la apuesta por la moda sustentable de Sepiia y Tropicfeel, la agricultura ecológica
    de Nostoc Biotech y el dar una segunda vida a los libros con Hamelyn, en dos mil veintidos se han ahorrado cuatro.224 millones de litros de agua. Nostoc Biotech ha
    eludido el uso de cuatrocientos treinta y ocho mil seiscientos setenta y cinco litros de fertilizantes y fitosanitarios químicos y de prácticamente mil ochocientos treinta y seis Kg de fosfatos, al tiempo que Hamelyn ha eludido siete mil trescientos veintitres
    Kg de restos de papel.
  • Acción por el tiempo (ODS trece). Gracias al compromiso con el medioambiente de las compañías participadas se evitó la emisión de
    dieciseis y cuatrocientos treinta y cuatro toneladas de CO2, 4 veces más que en dos mil veintiuno (tres.314 T CO2), de novecientos noventa y dos Kg de óxido nitroso (trescientos veces más perjudicial que el CO2) y de sesenta y ocho Kg de
    partículas en suspensión.

«dos mil veintidos ha sido un año complejo a nivel social y económico y nos hemos centrado en fortalecer a nuestras participadas con más capital, produciendo conexión con
otros inversores, apoyo comercial y orientación estratégica. También se han sumado a la cartera dos nuevas empresas, y proseguimos buscando invertir en
empresas de triple impacto que contribuyan a encarar los retos sociales y medioambientales», comenta Jose Moncada, Managing Partner del
Fondo Bolsa Social
.

Registrado en dos mil veinte en la CNMV como Fondo de Emprendimiento Social Europeo (FESE) y gestionado por AFI, Inversiones Globales SGIIC, el Fondo Bolsa
Social ha recibido mil diecisiete proyectos de emprendimientos para examinar a lo largo de sus 3 años de funcionamiento, lo que refleja su apuesta por invertir en
proyectos disruptores de impacto positivo en primeras fases. Sus inversiones se sostienen en 3 criterios: rentabilidad e impacto que aporta valor a
la sociedad, aparte de rentabilidad para los inversores; adicionalidad en la busca de soluciones a los retos sociales o medioambientales
desatendidos; y rigor, eligiendo empresas que tengan la misión de generar un impacto positivo y el potencial de desarrollo y escalabilidad.

Para la medición del impacto social de su cartera, el Fondo Bolsa Social define así como cada participada una Teoría del Cambio para medir el
cumplimiento de sus objetivos de impacto social, y se apoya en la metodología de la European Venture Philanthropy Association (EVPA) y el catálogo
IRIS+ de la Global Impact Investing Network (GIIN). También lo vincula a su contribución a los ODS, y toma como referencia el Impact Management Project
(IMP) en aspectos no contemplados por el marco de la EVPA, como por poner un ejemplo la identificación del peligro asociado al impacto.

Dentro del marco IMP, el Fondo se cataloga como un fondo de la categoría «C6», desde el filtrado del proyecto para revisar que contribuye a
soluciones frente a los desafíos sociales y medioambientales, apostando por mercados de capital desabastecidos, dando capital flexible, hasta la
salida o desinversión.

El proceso de medición del impacto se divide en 3 fases: definición del inconveniente y determinación de los objetivos de cambio; análisis del colectivo
beneficiado; y medición periódico del impacto. La EQA, entidad internacional de certificación ASG, ha desarrollado un modelo de verificación de impacto
con el que audita anualmente los resultados de impacto social de las compañías de su cartera.

En cooperación con la Fundación Afi Emilio Ontiveros, el Fondo Bolsa Social ha desarrollado un nuevo encuentro ‘Altavoz Empresa de Impacto’, en el que
se ha dado visibilidad a de qué forma convertir el ámbito de la moda, la segunda industria más contaminante.

«Nuestro objetivo es identificar a emprendedores que contribuyan con sus proyectos a aportar soluciones a los desafíos desatendidos para edificar una
sociedad más justa, inclusiva, sustentable y saludable, a la vez que procuramos un retorno financiero justo. Nacimos para y por el impulso de la inversión
de impacto, y cada vez existen más actores que fomentan el ecosistema de impacto y luchan contra el impact washing», valora Moncada.

La Bolsa Social y AFI lanzaron el Fondo Bolsa Social en dos mil veinte, un fondo de venture capital de impacto con el propósito de proseguir impulsando
empresas de impacto social y medioambiental. En dos mil veintiuno el Fondo efectuó el cierre terminante en veintidos millones de euros con abundantes inversores
institucionales privados y el ICO mediante Axis, y acabó el año con un total de 9 inversiones. El Fondo Bolsa Social está registrado como
Fondo de Emprendimiento Social Europeo (FESE)

Mercedes Cruz Ocaña