En lo que llevamos de año, las personas con discapacidad han firmado un total de cuarenta y cuatro y setecientos cuarenta y dos contratos en España, el sesenta y ocho% en el campo protegido (Centros
Especiales de Empleo) y solo el treinta y dos% en empresas ordinarias, esto es, ambientes usuales de trabajo. Con todo, y con el uso creciente de la
inteligencia artificial en los procesos de selección, se temen que el futuro inmediato sea poco a poco más dudoso.
Por duodécimo año sucesivo, el Observatorio de la Vulnerabilidad de la Fundación Adecco presenta el informe
Tecnología y Discapacidad, con la cooperación de Keysight Technologies Sales Spain SLU. Se trata de un análisis que, a lo largo de su trayectoria,
ha profundizado en el papel de las nuevas tecnologías como grandes aceleradoras del proceso de inclusión social y laboral de las personas con
discapacidad, en una sociedad principalmente digitalizada.
Para las conclusiones de este trabajo se ha encuestado a trescientos personas con discapacidad en busca de empleo y se han tenido en cuenta, además de esto, otros
datos oficiales como las cantidades de contratación publicadas mensualmente por el Servicio Público de Empleo Estatal.
Más de la mitad de las personas con discapacidad encuestadas (cincuenta y cinco con tres%) estima que la Inteligencia Artificial (IA) tiene un enorme potencial para
impulsar su desempeño, ya que estos sistemas pueden facilitar su desempeño laboral y prosperar su eficacia, teniendo presente ciertas de sus
aplicaciones, como que puede prosperar la accesibilidad a fin de que las personas con discapacidad desempeñen sus funciones de forma más eficaz en los
ambientes laborales. Por ejemplo, desarrollando sistemas de reconocimiento de voz o del lenguaje, señales para facilitar la comunicación o soluciones de
navegación para personas con discapacidad visual.
También puede contribuir a acomodar los espacios físicos de trabajo para las personas con discapacidad, por servirnos de un ejemplo, a través de ajustes automáticos de
iluminación, temperatura y otras condiciones ambientales. Además, la llegada de las tecnologías adaptadas y los productos de apoyo tecnológicos,
facilitan las labores y rutinas de las personas con discapacidad, por medio de equipos y programas para acrecentar la movilidad, la audición, la visión o
las capacidades de comunicación.
De igual modo, la IA puede ofrecer programas de aprendizaje adaptados que se amolden a las necesidades de cada persona, brindando además de esto
retroalimentación y orientación incesante para prosperar el desempeño laboral, como el desarrollo tecnológico y la IA dejan un mayor acceso a
trabajos recónditos y flexibles, favoreciendo a aquellas personas con discapacidad que hallan barreras para desplazarse o trabajar en ambientes
tradicionales. Asimismo, la IA puede facilitar la cooperación on-line y la adaptación de labores y horarios, conforme las necesidades individuales.
Además de en el campo laboral, las Nuevas Tecnologías (NT) han cobrado un enorme estrellato en el día a día de las personas con discapacidad. Así, el
setenta y cinco con nueve% piensa que las NT han mejorado su calidad de vida global y un sesenta y nueve% resalta que “ya no podría vivir sin ellas”.
Riesgos de la IA para el uso de las personas con discapacidad
Junto a estas ocasiones y beneficios, surgen asimismo una serie de peligros y retos. Sobre se ha preguntado a las trescientos personas encuestadas,
lo que ha tolerado advertir determinados miedos.
Los sistemas de software ATS (Applicant Tracking System) cada vez son más utilizados por las compañías para agilizar el proceso de reclutamiento. Estas
herramientas dejan equiparar las distintas candidaturas y descartar de forma automática aquellas que no cumplen con los requisitos, por medio de palabras
clave relacionadas con habilidades y competencias concretas para el puesto ofertado.
La pregunta a elaborarse es, ¿están entrenados estos sistemas basándonos en criterios inclusivos? Si sus algoritmos no contemplan estos criterios, pueden
amplificar los cortes inherentes en el conjunto de datos empleados para su adiestramiento, dando sitio a resultados discriminatorios desde el punto de
vista de la contratación laboral. Sesgos que pueden perpetuarse y ampliar las desigualdades existentes en la sociedad y en el mercado de trabajo.
En este sentido, las personas con discapacidad se muestran preocupadas: un sesenta y cinco,8% teme quedar excluido de los procesos de selección, debido a la
existencia de estos cortes.
La creciente dependencia de la IA en diferentes aspectos de la vida rutinaria y laboral puede acentuar la brecha digital, dejando atrás a aquellas
personas que no tengan acceso a estos sistemas o no sepan de qué manera utilizarlos. La presente encuesta lanza que un cuarenta y cinco con uno% de las personas con discapacidad
halla barreras en el uso y manejo de las Nuevas Tecnologías.
En cuanto el género de barreras, la mayoría son de clase económico (el setenta y cinco con tres% refiere falta de poder adquisitivo para adquirir estas herramientas);
seguido de un cincuenta y ocho con dos% que manifiesta inconvenientes de usabilidad, por estimar muy complejo y avanzado su uso; un cincuenta y dos con cuatro% que halla inconvenientes de
accesibilidad (barreras por su género de discapacidad) y un quince con cinco% que no confía en lo digital y teme ser víctima de engaños y fraudes.
Conforme la IA avanza, medra asimismo la preocupación de que ciertas áreas y trabajos sean automatizados, lo que podría llevar a la pérdida de
empleo para los trabajadores que no tengan la capacidad para amoldarse. Aunque en este punto la mayoría (cincuenta y cinco con cinco%) no ve en la IA una amenaza para su
inclusión laboral, un cuarenta y cuatro con cinco% sí se teme que la robotización ocupe los trabajos que frecuentemente desempeñan, dejándoles sin posibilidad de empleo.
El veloz avance de la IA requiere que las personas con discapacidad adquieran habilidades actualizadas y relevantes para el uso, siendo esencial
darles ocasiones de formación y desarrollo para asegurar su conexión con las demandas del mercado de trabajo.
Sin embargo, las cantidades lanzan que prácticamente 3 cuartas unas partes de las personas con discapacidad (73,1%) no ha recibido ningún género de capacitación en Nuevas
Tecnologías para la mejora de su busca de empleo y desempeño profesional.
Por último, existe asimismo cierta preocupación de que se genere una pérdida de control humano en los procesos de selección.
Así, conforme los sistemas de IA se vuelven más autónomos y toman resoluciones complejas, puede existir cierto peligro de que la intervención del ser humano
quede en un segundo plano, lo que plantea preocupaciones sobre la responsabilidad y capacidad de tomar resoluciones morales en situaciones críticas, entre
ellas en el plano de la inclusión.