En ocasión del 70° aniversario de papá, como tributo a sus 7 décadas en nuestro precioso planeta, comparto 7 lecciones de vida fantásticas que me ha enseñado durante los años. Estoy muy orgulloso de papá y de todo cuanto ha conseguido. Espero que goces de estas lecciones tanto como lo hice al medrar.

No importa lo que esté haciendo papá, a dónde vaya o con quién esté, siempre y en toda circunstancia está ahí en ese instante. Durante los años, he visto a su equipo tratando de apurarlo en los acontecimientos mientras que papá habla con una pequeña o un pequeño que sueña con volar una nave espacial, o toma notas de un usuario que le da comentarios o consejos.

Ya sea que papá esté de camino con los nietos o tomando una taza de té reposadamente mientras que trabaja en un bar, no importa quién se le acerque, se toma el tiempo para oír. Papá me ha enseñado que no hay nada tan urgente que no puedas dedicar tiempo a charlar con la gente, aprender sobre sus vidas, oír sus experiencias vividas y sencillamente estar presente en el instante. Frecuentemente es en las situaciones más poco probables y, de un extraño amistoso, donde aprendemos tanto.

Holly (en brazos de papá Richard), comparte siete lecciones que aprendió de él
Holly en brazos de papá Richard

Cuando tenía 3 años, me aproximé a mamá y papá y les afirmé que deseaba ser un pequeño. Resultó que esta no era una fase pasajera y siguió hasta el momento en que tuve prácticamente once años. Durante todo ese tiempo, mi mamá y mi papá jamás cuestionaron mi resolución. Más adelante en la vida, les pregunté si era bastante difícil admitir completamente y no presionarme a fin de que me conformara. Me afirmaron que jamás me impedirían ser quien deseaba ser y que siempre y en toda circunstancia me amarían incondicionalmente a mí y a mi hermano. Papá ha inculcado esta cultura de aceptación y pertenencia en Virgin a lo largo de los últimos cincuenta años, y asimismo la he promovido con pasión en mis doce años en el negocio. Todos deberían poder vivir su verdad y ser cien por ciento mismos y estoy agradecido de que me enseñaron esto tan pronto.

Papá jamás ha dejado que el temor lo detenga, en los negocios y en la vida. En ocasiones considero que realmente lo empuja a decir que sí. Al medrar, nos sentábamos en torno a la mesa para cenar, en ocasiones con incredulidad, mientras que papá nos charlaba de sus últimas ideas como: «Per y estamos procurando volar un globo aerostático alrededor del mundo» o «estamos pensando en conducir un tanque en Times Square para lanzar Virgin Cola».

En dos mil dieciseis, papá y nos embarcamos en el Strive Challenge de dos mil km para colectar fondos para Big Change. Papá era, con mucho, el miembro de mayor edad del equipo en el reto de un mes, mas cuando aquellos de que éramos su menor edad acabábamos llorando, papá proseguía adelante. Se levantaba a las cuatrocientos treinta am y salía horas ya antes que el resto pues no deseaba retener a absolutamente nadie.

Ni una sola vez se quejó y siempre y en toda circunstancia sonreía y apoyaba al equipo. Le hacía compañía ciertas mañanas y esos días eran los mejores, solo mi papá y . Gracias por ese tiempo, papá, y por enseñarme que no importa qué desafiante sea una situación, qué exhausto puedas estar y cuánto desees tirar la toalla, el espíritu humano siempre y en toda circunstancia tiene ese pequeño estallido final de determinación.

Para cualquier pequeño que medra, ver a sus progenitores querer lo que hacen es de las mejores lecciones de la vida: papá siempre y en toda circunstancia fue tan abierto y apasionado por el trabajo que hacía y siempre y en toda circunstancia compartía lo que hacía conmigo y con Sam. Estoy seguro de que al hacer esto nos inculcó exactamente la misma alegría y moral de trabajo.

Como emprendedor en serie, papá siempre y en toda circunstancia nos incitó a Sam y a mí a perseguir nuestras pasiones. Nos confió la labor de hallar algo que nos llenase y explorar de qué forma podríamos tener un impacto positivo en el planeta de alguna forma. Es una misión cautivadora para los pequeños.

Papá asimismo nos enseñó que el trabajo y el juego no tienen por qué estar separados. Pasas la mayoría de tu vida trabajando, por lo que debes divertirte un tanto en el camino. Papá ve a todos en Virgin como amigos y me encantó medrar rodeada de nuestra #VirginFamily. La mejor forma de conocer a la gente es crear nudos cariñosos con nuestra gente increíble, tomar una copa y danzar sin parar. Ha sido una fantástica lección de vida aprender que el trabajo puede ser entretenido y gratificante si prosigues tu auténtica pasión.

Holly y Sam en los brazos de Richard
Holly, Richard y Sam Branson

Mi hermano Sam y tenemos una enorme familia. De hecho, enorme. ¡En el último recuento, éramos más de setenta.000! Cuando era bebé, mamá me cuidó en una casa flotante en Little Venice, que asimismo resultó ser la oficina central de Virgin.

Cuando nació Sam, nos mudamos de un navío a una casa y Virgin se mudó con nosotros. Nunca estamos separados de nuestra familia Virgin y jamás se apartan de nosotros.

El abuelo Ted y la abuela Eve, mi madre, Sam y vamos a cada lanzamiento, vamos a cada inauguración explorando nuevos territorios de Virgin y a todos nos ENCANTAN las numerosas fiestas del personal. Como familia colectiva, hemos pasado por muchos instantes bastante difíciles anteriormente, desde la campaña «Dirty Tricks» de British Airways hasta los ataques terroristas del once de septiembre, la epidemia de SARS, dos crisis financieras y ahora Covid-diecinueve.

Papá tiene un rasgo poco común para un líder empresarial global: jamás ha tenido temor de enseñar sus emociones y vulnerabilidad a nuestra familia Virgin. Nos ha enseñado lo esencial que es, en especial en los tiempos bastante difíciles, tener una gran capacidad de querer y no dejar de compartir ese amor por toda nuestra gente, claramente..

Papá, un juerguista nato, le chifla disfrazarse y actuar como un estúpido. Aborda las situaciones con un toque ligero y humorístico que es extraño en los líderes empresariales. Papá jamás ha creído que ser malévolo consigue algo. Ver la ligereza y el entretenimiento en todos y cada situación y darle un toque humano a todo cuanto hace es una parte tan esencial de él como respirar.

Cuando era pequeño, nos soportaba interrumpir llamadas telefónicas esenciales o interrumpir asambleas prácticamente diariamente. Ni una sola vez nos afirmó que nos hiciésemos humo. Una vez lo llamé para darle el resultado de un examen en la capacitad de medicina y estaba balbuciendo cuando, tras unos minutos, papá dijo: “Holly, cariño, esta es una enorme nueva. ¿Puedes llamar de vuelta? ¡Solo doy un alegato en frente de veinte personas! «

¡Todavía no puedo opinar que tomó el teléfono en el escenario! Gracias, papá, por tu risa fantástica, tu espíritu aventurero y tu sentido de sorprendo infantil. ¡Haces que estar vivo sea tan entretenido! Gracias por confirmar nuestro leimotiv de vida de los abuelos: «¿No es fantástica la vida»?

Desde el lanzamiento del Centro de Asesoramiento Estudiantil hasta la concienciación sobre la epidemia del sida al arrancar Mates Condoms en los ochenta, salvar rehenes de Bagdad en mil novecientos noventa y mandar vuelos de ayuda médica a Irak justo después de la Segunda Guerra del Golfo, papá jamás da la espalda a cuestiones que otros líderes empresariales pueden hallar demasiado discutido.

Papá estuvo a la vera de Nelson Mandela para pelear contra el apartheid, y pide infatigablemente el fin de la pena capital, brindar segundas ocasiones a los ex criminales y abordar temas divisivos mas esenciales como la reforma de las drogas. Se pone ahí fuera y no recula.

Richard y Holly Branson con Nelson Mandela
Richard y Holly Branson con Nelson Mandela

Papá nos ha enseñado que una buena vida, vivida, es aquella en la que eres valorado, respetado y amado. Una gran vida, vivida, se esmera todos y cada uno de los días por asegurar que todos en el planeta sean valorados, respetados y amados. Freddie y estamos muy agradecidos de que nuestros hijos pequeños medrarán observando y aprendiendo de su amado abuelo Richard, mientras que prosiguen combatiendo representando a los marginados, los victimizados, los abusados ​​y los olvidados.

Papá, no puedo darte las gracias lo bastante por enseñarme estas valiosas lecciones de vida y por inspirar a tantos emprendedores, activistas, líderes empresariales, soñadores y jóvenes de todo el planeta. No podría solicitar un mejor modelo a continuar y no podría imaginar un mejor papá. ¡Te amo!

Juan Pablo Cortez

Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.