Habitualmente se ha dicho que, cuando no se sabe cocinar, un robot de cocina es un enorme aliado: puede asistir a realizar un guiso, una mantecosa besamel o un suave puré a los más torpes entre fogones. Y la verdad es que su evolución en los últimos tiempos ha hecho más simple que jamás que cualquiera pueda crear recetas elaboradas (y que queden bien) sin precisar ser mañosísimo. Por ejemplo, merced a funciones como las recetas guiadas, que explican pasito a pasito y desde la pantalla del propio dispositivo qué ingrediente hay que añadir y en qué momento, en cuánta cantidad e, aun, ajustan de manera automática la temperatura, la velocidad o el tiempo de funcionamiento a fin de que nada falle.

Personalmente, llevo años empleando uno de estos dispositivos en mi cocina, si bien he de confesar que hasta el momento lo había hecho de forma ocasional y para recetas muy concretas; sobre todo, las que implican que haya que desplazar de forma continua la preparación a fin de que ‘no se pegue’, como es el caso de purés, masas de todo tipo… Pero hace unas semanas decidí ir un paso más allí y hacer un uso intensivo aprovechando que cada vez son más completos. ¿Podría fundamentar la planificación y preparación del menú de toda la familia en uno de estos dispositivos?

El ‘experimento’

Para esta prueba he empleado un robot Taurus MyCook Next, un modelo de alta gama que cuenta con una completa plataforma gratis (el llamado club MyCook) con más de veinte recetas de todo género y un planificador de menús, entre otros muchos. Con sutiles diferencias en lo que se refiere a cantidad de recetas o las posibilidades de planificación, muchos robots actuales ya cuentan con estas funciones: la todopoderosa Thermomix, el popular ‘robot de Lidl’ Monsieur Cuisine, las opciones de Moulinex o Cecotec

El club MyCook, concretamente, es alcanzable tanto desde la muy, muy amplia pantalla del dispositivo, que semeja una tablet (tiene diez pulgadas), como desde el navegador en un computador o una app móvil; lo que se haga en cualquiera de estos aguantes, se actualizará en el resto.

El planificador de menús del club MyCook.
El planificador de menús del club MyCook.

Para buscar una receta específica, lo mejor es filtrar por ingredientes o género de cocina. En este sentido, resulta realmente útil su completo buscador en el que es posible localizar recetas con tomate si es lo que tenemos en la nevera y va a estropearse; o solicitarle que muestre solo las que no tengan gluten o huevo, en el caso de intolerancias o dietas singulares. Cada plato incluye información nutricional, de su costo o del tiempo y complejidad de preparación, como un listado de ingredientes: a la vera de cada uno de ellos de ellos aparece un símbolo ‘+’ para ir añadiéndolos a la lista de la adquisición (o elegirlos todos a la vez). También puede mandarse de forma directa al planificador de comidas, que marcha como calendario semanal con opciones de desayuno, comida y cena.

Sí, se puede

Explicadas un tanto las posibilidades, vayamos a lo práctico. ¿Me ha servido para cocinar toda la semana? Sí, es de manera perfecta posible emplearlo para todas y cada una de las comidas, si bien para ciertas preparaciones es imprescindible llenar las recetas con una sartén o con el horno. En nuestro caso somos 3 en casa (uno es un pequeño de dos años), y casi todos los robots de cocina tienen capacidad en sus jarras para cocinar para nuestra familia; para más personas ciertos modelos se van a quedar justísimos.

¿He aprovechado mejor los comestibles que tenía en la nevera? Sin duda. El hecho de tener programado el menú semanal y saber precisamente qué ingredientes van a ser precisos ha supuesto que reduzca significativamente la adquisición impetuosa. Además, me ha ayudado a aprovechar comestibles ‘olvidados’ en la nevera y cercanos a estropearse.

¿Y el consumo? ¿Gasta aproximadamente luz que una placa vitrocerámica o un horno? Por norma, estos dispositivos son más eficaces, si bien hay diferencias entre modelos. Por poner un caso específico, el robot de Taurus es uno de los que tiene una potencia más alta (y, por consiguiente, asimismo un consumo más elevado), dos mil W; la Thermomix TM6 tiene mil quinientos W, Lidl Monsier Cuisine Smart mil doscientos W… Frente a ellos, las placas vitrocerámicas y de inducción consumen en sus fuegos de tamaño medio más o menos unos dos mil doscientos W; y el horno hasta tres mil quinientos W. Otro posible beneficio en este sentido es que los robots de cocina acostumbran a permitir cocinar por niveles, así que se podrían hacer múltiples preparaciones de forma simultánea si se emplea un cestillo, una vaporera…

¿Voy a proseguir empleándolo? Sí, mas no de exactamente la misma forma. Me explico: hay ciertos platos y guisos para los que no supone una enorme ventaja una vez sabes hacerlos; unas lentejas, por servirnos de un ejemplo. En esos casos, he vuelto al ‘método tradicional’. Pero en lo que no vuelvo atrás es en la planificación de las comidas, para lo que proseguiré utilizando la plataforma. Y es que las ventajas de no improvisar son múltiples: lograr una nutrición más equilibrada a nivel global, mayor pluralidad en las recetas, aprovechar mejor los ingredientes, adquirir solo lo que se necesita…