Los chinos, sean empresarios o no, consideran una vergüenza trabajar su vida para otra persona. Llevan el emprendimiento en la sangre.

China en estos últimos años está medrando a un ritmo mareante, estableciéndose como la segunda economía mundial.

Este éxito no se debe a su elevada población, que asimismo, sino más bien primordialmente a una disciplina y una mentalidad que nace de la filosofía del honor, el trabajo duro y la ambición.

Cualquier chino, sea empresario o no, considera una vergüenza trabajar su vida para otra persona. Llevan el emprendimiento en la sangre, y eso lo podemos ver en nuestras calles, en los negocios locales que han levantado. Si hay una población con espíritu emprendedor ese es el chino.

Hoy deseamos presentaros esos 10 mandamientos chinos del emprendedor que cualquier emprendedor puede aplicar para empezar su negocio y que este tenga éxito. Alguno de ellos podría ser controvertible desde nuestra visión occidental. Lo dejamos a la elección de cada uno de ellos.

1. Importante la elección de un buen local

Usan el los pies en el suelo para saber si el local va a tener éxito conforme el paso de gente que haya por la zona. Dos premisas: buen local y asequible, para esto cogen locales de negocios que observan que no marchan, para conseguir un buen costo.

2. Cuanto ya antes se comience, mejor

Los veintitres años es la edad media en la que un chino monta su negocio, si bien ciertos lo hacen con dieciocho. No tienen temor y saben que lo peor que les puede suceder es que el negocio fracase, de eso asimismo extraerán una lección positiva: ya que les aportará experiencia para el próximo negocio.

3. No solicitar jamás un préstamo al banco

Este punto es impensable en España, debido a nuestra cultura. El chino trabaja y ahorra a lo largo de años sin tener ningún género de gasto en ocio. De precisar algo más, solicitará el dinero a sus familiares, amigos o a su “competencia” y va a recibir la financiación sin inconveniente, mas solicitar dinero al banco, nunca.

4. No tener sentimentalismos con el negocio

Si un negocio no marcha bien, no aguardan a amontonar pérdidas. No se aferran a él como podríamos hacerlo los occidentales por un tema más sensible, son empresarios natos, si no hay un beneficio en un corto plazo, cierran la persiana.

5. La competencia es buena señal

A nosotros nos amedrenta que abran un negocio afín delante del nuestro, el chino se alegra. Sabe que cuantos más negocios de ese tipo se abran, es señal de que acertó con el negocio y va en el buen camino.

6. Trabajadores chinos

Un chino no se siente jamás explotado. En sus principios cobra poquísimo ya que ayuda al empresario a medrar y a levantar el negocio. Cuando el negocio marcha bien y estos trabajadores ya tienen experiencia, se lanzan al emprendimiento y ese empresario que les contrató les va a ayudar.

7. En cuanto se pueda, abrir más negocios

El empresario occidental termina transformándose en esclavo de su negocio, por el hecho de que solo tiene uno. El chino tiene otra visión para no ser esclavo de su negocio: Cuando el primero va bien, acostumbra a abrir uno o dos negocios más. De esta forma, no dedica su tiempo a un solo negocio.

8. Detectar ocasiones de negocio

España está atravesando una crisis tremenda. El sistema falla al paso que los chinos abren negocios rentables, dan trabajo, medran y hoy día son el campo que por habitante, más seguros de autónomos paga. Ellos ven probabilidades de negocio, donde solo vemos crisis.

9. Dale a tu cliente del servicio lo que necesite

Si un solo cliente del servicio pregunta por un producto que no tienen, a las pocas horas ya buscan el distribuidor que les sirva este producto. Escuchan al cliente del servicio siempre y en toda circunstancia e procuran aprovisionarle de todo género de productos, ciertos más demandados y otros menos.

10. Trabajar y ahorrar

Nosotros somos inútiles de ahorrar, sí ¿por qué? están prestos a aceptar sacrificios que no. No tienen deudas bancarias, que son nuestro peor contrincante.

Juan Pablo Cortez

Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.