La Comisión de Bolsa y Valores (SEC) ha ido usurpando poquito a poco el derecho a regular el mercado de criptomonedas en EE.UU., aprovechando la inseguridad en la materia, la flexibilidad de las interpretaciones de la prueba de Howey y la carencia de ganas de los representantes de la criptoindustria de meterse con las autoridades.
Ripple Labs fue la única empresa que contraatacó legalmente en contestación a las aseveraciones del regulador. El proceso de Ripple contra la SEC, que empezó a fines de dos mil veinte, está a puntito de acabar y la compañía de criptomonedas está bien posicionada para probar que el token XRP no es un valor y además de esto que los representantes de la SEC eran conscientes de ello. A esto hay que incorporar el “testimonio” del ex presidente de la SEC William Hinman, que afirmó en un memorando interno que ETH tampoco es un valor, y un tribunal ordenó a fines de mayo al registrador que diera acceso a esos documentos, ya que podrían afectar a la resolución final del caso. Y si el tribunal se pone de una parte de Ripple, y las posibilidades de que eso ocurra son ya bastante altas, va a sentar un precedente y minará gravemente la capacidad de la SEC para “regular” el mercado de las criptomonedas.
Irónicamente, Ripple Labs ha gastado doscientos millones de dólares americanos a lo largo del propio proceso y ha expresado su voluntad de llegar a un pacto pagando a la SEC hasta doscientos cincuenta millones de dólares americanos en multas, mas solo si el regulador reconoce en público que los XRP no son valores. ¿Es preciso explicar por qué esto no es una alternativa para la SEC?
¿Y qué haría la SEC en tal situación? Se lanza a por todas: presentar demandas contra los primordiales actores del campo, Binance y Coinbase. El regulador ha intentado previamente acciones afines contra los exchanges de criptomonedas más pequeños: Kraken y Bittrex, como contra el transmisor de stablecoins Paxos. Y en dos mil veintidos, el regulador aplicó un total de treinta medidas represivas contra empresas de criptomonedas, imponiéndoles multas por un valor de doscientos cuarenta y dos millones de dólares americanos. En otras palabras, se ha estado realizando una suerte de preparación a lo largo de todo este tiempo.
Las demandas contra Binance y Coinbase asimismo deben haberse preparado con cierta antelación, y los propios procesos se han comenzado ahora para privar a los representantes de los exchanges de criptomonedas de la ocasión de emplear el precedente que pueda surgir tras la conclusión del pleito con Ripple en el futuro. ¿Qué es esto, sino más bien la batalla final por el criptomercado estadounidense? Coinbase es la mayor bolsa de criptomonedas del mercado local, Binance es la mayor plataforma de trading internacional. Dos gigantes, los jefes finales, por decirlo en concepto de juego.
Pero, ¿por qué desearía esto la SEC? Las primordiales teorías:
- Para cobrar copiosas multas. La opción más trivial. Los representantes de Kraken, por servirnos de un ejemplo, pagaron oficialmente treinta millones de dólares americanos. ¿Cuánto podrían lograr de Binance y Coinbase? La pregunta es oratoria.
- Para conseguir acceso a los documentos internos de las plataformas. Por ejemplo, a los representantes de Binance, el regulador ya les está demandando una lista completa de los activos de los clientes del servicio de Binance.US, incluyendo los datos personales de los propios clientes del servicio. Y la demanda es interesante por el hecho de que si Binance accediese aceptaría de manera automática haber mezclado fondos de clientes del servicio y de empresas y, en consecuencia, daría por buenas una parte de las acusaciones de la SEC.
- Presión política sobre la dirección de las plataformas. Sin duda es posible con Changpeng Zhao, ya que los hipotéticos vínculos entre el CEO de Binance y las autoridades de la RPC llevan tiempo apareciendo en los medios. Por cierto, semejantes ataques contra CZ se atribuyeron previamente a Sam Bankman-Fried, que ha estado en estrecho contacto con Gary Gensler, presidente de la SEC.
- La SEC está procurando desviar la atención de su papel en el colapso de FTX y al tiempo rehabilitarse a los ojos
de la opinión del públicode los jefes de Washington. Dados los vínculos ya antes citados entre los jefes de FTX y la SEC, esa versión asimismo está en su derecho a existir. Irónicamente, así lo declaró en público Brad Garlinghouse, CEO de Ripple Labs. - El regulador está despejando el camino para la implantación del dólar digital (CBDC). La versión más conspirativa, expresada públicamente por Charles Hoskinson, creador de Cardano.
Lo más probable es que todas y cada una de las versiones coincidan, así que ¿por qué limitar el propósito de procesos a tan gran escala? Además, es esta última versión la que, pese a su componente conspirativo, semeja una de las claves, al ser una continuación de la política de moldear la opinión pública. ¿Recuerda que ya hemos hablado de los inconvenientes del sistema bancario estadounidense en este contexto? Este podría ser el próximo paso. El usuario medio no está inclinado a comprender los detalles, oye que “representantes del gobierno demandaron a una empresa de criptomonedas” y hace las conclusiones más obvias, la confianza en las criptomonedas cae. Además, provoca una salida de fondos de los lugares perjudicados, creando inconvenientes de liquidez y la cuerda alrededor del cuello de los criptogigantes se aprieta, dejando a la SEC con la disculpa de “se lo dijimos”.
Entonces, ¿qué se puede ofrecer como opción alternativa a los bancos tradicionales y las criptomonedas? La mismísima CBDC. Pero si tal plan existe, hasta el momento su aplicación ha fracasado meridianamente. Los representantes de Binance y Coinbase están contestando y prometiendo una protección activa. La gran mayoría de la comunidad de criptomonedas en el campo de la información se ha puesto del lado de los exchanges de criptomonedas. No se está generando una salida de fondos por pavor de las cuentas de Binance y Coinbase, por lo que el regulador no ha logrado minar su estabilidad. Las grandes empresas asimismo están probando meridianamente su actitud frente a la situación, por servirnos de un ejemplo, las estructuras de ARK Invest compraron acciones de Coinbase por un valor de veintiuno con sesenta y cuatro millones de dólares americanos, aprovechando la caída de su valor en la mitad de las noticias. El hecho de que los inversores institucionales y los capitalistas de peligro “recomprasen activamente la caída” provocada por las acciones de la SEC asimismo ha sido señalado por los analistas de Lookonchain. Con este telón de fondo, según Cato, solo el dieciseis% de los ciudadanos estadounidenses apoya hasta el momento la implementación del dólar digital, al paso que el setenta y cuatro% se opone tajantemente.
Así que, sean cuales sean los objetivos de los reguladores estadounidenses, la situación aún no está a favor suyo. Pero si esta situación es verdaderamente la confrontación final, es obvio que las partes no tienen pretensión de rendirse, así que proseguiremos la evolución de los sucesos.