Convencer a un grupo de expertos económicos sobre la dirección de la política monetaria no es tarea sencilla, especialmente cuando el presidente del país presiona por un rumbo contrario. Este ha sido el desafío del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Jerome Powell, en el último año, mientras lidia con la constante crítica del presidente Donald Trump, quien ha amenazado públicamente con destituirlo.
Las actas de la reciente reunión de la Fed, llevada a cabo el 10 de diciembre de 2022, pueden no mencionar estas presiones, pero reflejan claramente la división interna surgida por la influencia de un cercano colaborador del presidente estadounidense. Este individuo ha estado abogando por una disminución más agresiva en los tipos de interés. El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) ha decidido priorizar la evaluación de datos sobre empleo e inflación antes de tomar cualquier decisión, lo que sugiere que en la próxima reunión de finales de enero se prevé una pausa en la reducción de tasas.
Durante la reunión de hace dos semanas, que se extendió por una hora y media, Powell tuvo que esforzarse considerablemente para alcanzar un consenso sobre la reducción de tipos. Logró reconciliar las opiniones de aquellos que creen que el riesgo inflacionario ha disminuido, mientras surgen preocupaciones sobre el mercado laboral, y aquellos que consideran que los precios se encuentran lejos del objetivo del banco central. Finalmente, la Reserva Federal decidió rebajar el tipo de interés en 0,25 puntos, estableciéndolo en un rango de entre el 3,5% y el 3,75%.
Las minutas de la reunión revelan que algunos miembros que apoyaron esta reducción consideraron que la decisión fue delicada y que incluso habrían estado de acuerdo en mantener el rango objetivo sin cambios. Esta fue la tercera rebaja consecutiva, y estuvo marcada por la disidencia de tres miembros: Stephen Miran, el vicepresidente y conocido defensor de Trump en la Fed, abogó por una reducción de 0,5 puntos; mientras que Austan Goolsbee, presidente de la Reserva Federal de Chicago, y Jeffrey Schmid, gobernador de la Fed de Kansas, votaron en favor de detener cualquier disminución.
“Creemos que nuestra posición actual nos permite esperar y observar cómo evoluciona la economía a partir de ahora”, afirmó Powell en la conferencia de prensa posterior a la reunión.
Aunque la mayoría de los miembros esbozaron la posibilidad de nuevos ajustes a la baja en los tipos para 2026, algunos sugirieron que lo más prudente sería mantenerlos estables durante un tiempo. “Algunos participantes observaron que este enfoque permitiría evaluar los efectos retardados sobre el mercado laboral y la actividad económica de las recientes decisiones, a la vez que brindaría la oportunidad de tener más confianza en que la inflación vuelva al 2%”, indican las actas.
Las apuestas del mercado otorgan un 83% de probabilidades de que la Reserva Federal mantenga los tipos de interés sin cambios en la próxima reunión de finales de enero, según predicciones de FedWatch.
