La reputación de la banca tocó fondo a lo largo de la crisis financiera: se le acusó de ser uno de los autores de la hecatombe y su verosimilitud quedó más tocada a raíz de la enorme cantidad de ayudas públicas que debió percibir mientras que caían las economías familiares. Hoy, ese inconveniente aún está vivo, y prosigue siendo “uno de los grandes retos” que debe superar 3 quinquenios después. Lo ha reconocido este martes el presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, si bien el ejecutivo ha contrapuesto la situación de la crisis visualizada con la quiebra de Lehman Brothers en dos mil ocho con la actual: “Cuando preguntas a los clientes, la diferencia es extraordinaria”, ha señalado, insistiendo en que es un inconveniente en el que se deberá proseguir trabajando en los próximos meses y años.
Goirigolzarri, que ha participado en la XXXVIII Reunión del Círculo de Economía en Barcelona, ha señalado que la enorme mejora visualizada a lo largo de esta última crisis es que la banca ha podido estar a la vera de las compañías merced a los sistemas de moratorias de créditos y los acredites a los créditos ICO, función que no pudieron jugar la pasada década pues las entidades adolecían la carencia de liquidez para inyectar dinero en el mercado. “La banca no pudo cumplir su función porque no tenía capital y porque en algunos casos hubo prácticas ortodoxas y una enorme litigiosidad” tras la crisis, ha señalado.
El presidente del mayor banco por volumen de negocio en España ha pedido, sin embargo, que la sociedad comprenda que la banca, para ser “sostenible”, cuente con una “rentabilidad adecuada” que deje aparte de su supervivencia la prestación de un servicio de calidad. Sus palabras llegan tras la polémica por el impacto positivo que las subidas de géneros de interés han tenido sobre las cuentas de resultados de las entidades, a pesar del impuesto excepcional fijado por el Gobierno.
El presidente de CaixaBank ha lamentado la situación de desventaja en la que, conforme las diferencias de cotización con los bancos estadounidenses, se hallan las grandes entidades europeas. “Cuando uno se sienta con inversores americanos, ven que la regulación europea a nivel de capital es menos compleja y menos reglada”, elemento al que ha sumado la prohibición al reparto de dividendos fijada a lo largo de la pandemia y que Europa juega como un mercado fragmentado, en contraposición con el americano. “Eso incide en las masas críticas”, ha dicho. Tal y como ha criticado en otras ocasiones, como otros líderes bancarios, Europa echa en falta la culminación de la unión bancaria con un fondo de garantía de depósitos único y algún instrumento que contribuya a asistir bancos que, debido a zozobras coyunturales, padezcan falta de solvencia.
Fernando Restoy, presidente del Instituto de Estabilidad Financiera, ha dado la razón a Goirigolzarri y ha señalado a mecanismos equivalentes al Tesoro estadounidense o al de Reino Unido. “Es necesario alguien que pueda garntizar las líneas de liquidez”. En su opinión, terminar de formalizar la unión monetaria supondría limitar los peligros nacionales sobre la banca.
Las previsiones sobre la inflación, el desarrollo y el futuro de la política monetaria tanto en Estados Unidos como en Europa han centrado otro de los paneles de la jornada de este martes. Robin Brooks, el economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales, ha predecido que en Estados Unidos se logrará llegar ya antes de lo previsto a niveles de inflación bajos: “La Reserva Federal dice que acabaremos el año en el 3,6% de inflación, pero yo creo que llegaremos al 2,9%. Aún hay cuellos de botella y eso significa que hay margen para recortar la inflación y frenar antes la subida de tipos”. En Europa, en cambio, las cosas son diferentes. Ángel Gavilán, directivo general de Economía y Estadística del Banco de España, ha señalado que la actividad “está demostrando mayor dinamismo del que se anticipaba”, mientras que ya se disipan los cuellos de botella. Gavilán ha predecido que no se va a llegar al ansiado dos% de inflación hasta finales de dos mil veinticinco. “Este año y el siguiente estimamos que la inflación va a repuntar, simplemente por el fin de una serie de medidas que se tomaron al inicio de la crisis energética, lo que hará que la inflación repunte de forma mecánica”, ha explicado. Gavilán ha apuntado que “los mercados creen que habrá ajustes a la baja más rápidos que la literatura del Banco Central Europea”, con un tipo terminal del BCE de en torno al tres con setenta y cinco% este año”, mas ha recordado que la corporación toma sus resoluciones “solo en base a los datos”.
Escrivá critica los “escenarios amarrateguis” de la Airef y el Banco de España
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha sido uno de los convidados en un diálogo en el Círculo. Escrivá ha protegido la reforma de pensiones en frente de las críticas de la Airef y el Banco de España. “Parten de escenarios conservadores de medias de crecimiento anuales en España de 1,4 puntos, son escenarios muy conservadores, amarrateguis”, ha incidido, mientras que ha señalado que la reforma de las pensiones cuenta con el acuerdo del Pacto de Toledo, y que es sustentable y precisa para encarar el pico de jubilaciones previstas en las décadas treinta y cuarenta de este siglo.