El empleo en España sigue su tendencia positiva, y la tasa de desempleo podría descender del 10% en un futuro cercano, situándose actualmente en el 10,4%, de acuerdo con la última Encuesta de Población Activa (EPA). Sin embargo, no todas las generaciones están disfrutando de este auge: un reciente estudio de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) revela que los trabajadores mayores de 55 años enfrentan más dificultades que sus colegas de 25 a 54 años.
Cambios en el panorama laboral
Históricamente, la etapa previa a la jubilación se caracterizaba por una mayor estabilidad. Según el informe, en 1994, los desempleados mayores tenían 9,2 puntos menos de paro que aquellos más jóvenes. Sin embargo, esta tendencia se ha revertido. En 2023, la tasa de desempleo entre los mayores de 55 años se sitúa en un alarmante 9,8%, un 0,4% más que su grupo de edad más joven.
Aunque los trabajadores mayores mantienen empleos en teoría de mayor calidad, existen diferencias significativas en sus trayectorias laborales. Muchos de ellos han tenido que regresar al mercado laboral tras una interrupción, y su empleo actual puede ser menos estable y remunerado. Como destaca el informe, «la precariedad laboral afecta más a quienes se reincorporan al trabajo a una edad avanzada».
Salarios en juego
Los datos de la Encuesta de Estructura Salarial de 2022 muestran que el salario medio anual de los trabajadores mayores es superior al de quienes tienen entre 25 y 54 años (30.038 euros frente a 26.855 euros). Sin embargo, aquellos con menos de un año de experiencia ganan significativamente menos (19.558 euros), incluso por debajo de sus pares más jóvenes en la misma situación (19.837 euros). En contraste, aquellos que han mantenido una carrera continua disfrutan de salarios mucho más altos, alcanzando un promedio de 40.520 euros con 30 años de antigüedad.
Retos de los desempleados mayores
Más de la mitad de los mayores desempleados son parados de larga duración, con un 57,9% sin trabajo por más de un año. Este porcentaje es considerablemente superior al de los parados de 25 a 54 años (36,1%) y los de 16 a 24 años (17,8%). A esta difícil situación se suma que, de los que encuentran empleo, el 52,6% lo hace en condiciones temporales, con un 10% en trabajos precarios.
Lorenzo Serrano, investigador del IVIE y catedrático de la Universitat de València, subraya la gravedad de la empleabilidad entre los mayores, especialmente en un contexto de envejecimiento poblacional. Aunque se han hecho esfuerzos para alargar la vida laboral, Serrano enfatiza la necesidad de derribar mitos relacionados con la edad y de fomentar la formación continua de este grupo.
Formación: clave para el futuro
Las estadísticas confirman que la educación es un factor determinante: los mayores con estudios superiores tienen una tasa de desempleo inferior al 5,4%. Además, experimentan menos temporalidad y precariedad en sus empleos. Por lo tanto, es esencial que las empresas abran las puertas a la formación para trabajadores sénior, especialmente en un contexto donde los jóvenes son cada vez menos numerosos.
En suma, es crucial fomentar la inversión en la formación de los trabajadores mayores y derribar estigmas relacionados con la edad para fortalecer el mercado laboral y asegurar la sostenibilidad del sistema de pensiones. La evolución del empleo en España depende de ello.
