Los estereotipos pueden ser útiles, pero a veces sorprenden. En abril de 2024, Meg O’Neill, una mujer abiertamente homosexual de 55 años, se convertirá en la primera consejera delegada de BP, marcando un hito al ser la primera mujer en liderar a una de las cinco grandes petroleras del mundo y la primera persona externa en tomar las riendas de la compañía en sus 115 años de historia.
La llegada de O’Neill se produce en un contexto de transición tras la salida abrupta de Bernard Looney, quien dejó su cargo por falta de transparencia en sus relaciones personales. Su reemplazo interino, Murray Auchincloss, también se retirará, dejando a Carol Howarth como consejera delegada interina hasta que O’Neill asuma el mando.
Un cambio estratégico en BP
El nombramiento de O’Neill llega en un momento crucial para BP, que está reevaluando su estrategia tras resultados decepcionantes. A inicios de 2023, ante el escepticismo sobre su enfoque en energías renovables, la compañía decidió recortar sus inversiones en esta área y fortalecer su negocio tradicional de petróleo y gas. Este giro también ha sido observado en empresas competidoras como Shell y Equinor, que han disminuido sus iniciativas en energías limpias a favor de los combustibles fósiles, impulsadas por un entorno favorable bajo la administración Trump.
Se espera que O’Neill, por su extensa experiencia, se alinee con esta estrategia. Antes de su llegada a BP, lideró con éxito la fusión de Woodside Energy y la división de crudo de BHP, consolidando su reputación en la industria.
Trayectoria de O’Neill: Un camino inspirador
O’Neill, conocida por su carácter fuerte y directo, ha hablado abiertamente sobre su identidad como mujer gay en una industria dominada por hombres. En una entrevista, subrayó la importancia de ser visible para los jóvenes queer, fortaleciendo el mensaje de que deben sentirse cómodos siendo quienes son en el entorno laboral.
No obstante, su ascenso no ha estado exento de controversias. Activistas climáticos han criticado su papel, llevando a cabo protestas frente a su hogar en Australia. O’Neill condenó estos actos de intimidación, defendiendo el respeto por la ley.
Desde pequeña, fue influenciada por su padre ingeniero y estudió en el Massachusetts Institute of Technology, donde se graduó en Ingeniería Química e Ingeniería Oceánica. Comenzó su carrera en ExxonMobil, donde pasó 23 años ocupando diferentes roles en varios países, destacándose en la gestión de proyectos internacionales, incluidos los esfuerzos de recuperación tras el tsunami de 2004 en Indonesia.
Innovaciones en liderazgo
En 2016, O’Neill alcanzó un puesto de alta dirección en ExxonMobil, donde pudo observar un enfoque de liderazgo basado en valores. Su transición a Woodside en 2018 la llevó a escalar rápidamente posiciones hasta convertirse en CEO, donde implementó cambios organizacionales significativos, promoviendo un ambiente de comunicación abierta.
Uno de sus logros más notables fue la fusión con BHP, un movimiento valorado en aproximadamente 28,000 millones de dólares que catapultó a Woodside entre las diez principales petroleras independientes. O’Neill también ha liderado inversiones clave en proyectos de gran envergadura, optando por adquirir activos existentes en lugar de explorar nuevos yacimientos.
A lo largo de su carrera, ha demostrado que su enfoque pragmático hacia la industria puede ser considerado no solo relevante, sino inteligente, sobre todo en un momento en que el giro verde, realizado por BP, se enfrenta a crecientes cuestionamientos. Así, la llegada de Meg O’Neill a la dirección de BP no solo es un avance significativo en términos de diversidad e inclusión, sino que también representa un cambio estratégico que podría redirigir el rumbo de la compañía hacia un enfoque más tradicional en el sector energético.
Un toque de deporte en su vida
Además de su carrera profesional, Meg O’Neill es una amante del deporte. Disfruta jugando al netball, una modalidad de baloncesto originaria de Gran Bretaña, y es también una apasionada del golf, lo que añade un matiz personal a su perfil directivo.
