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Impacto del MEI en 2026: Contribuciones anuales de 92 euros para nóminas superiores a 61.214 euros

El sistema de pensiones en España está atravesando un momento crítico. La jubilación de los baby boomers, sumada a las generosas prestaciones que disfrutan quienes recientemente se han retirado, la baja tasa de natalidad y la necesidad de proteger el poder adquisitivo de las pensiones, han incrementado considerablemente la carga financiera sobre el presupuesto público dedicado a estas prestaciones. Para enfrentar este desafío, sindicatos y el Ministerio de Seguridad Social han implementado el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), una medida que busca estabilizar los ingresos del sistema y que, estará en vigor con un nuevo incremento en 2026.

Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) en 2026

El MEI de 2026 contempla un aumento al 0,9% de la base de cotización, lo que representa un incremento de una décima respecto al 2025. De este porcentaje, el 0,75% será asumido por las empresas y el 0,15% por los trabajadores. Aunque la mayor parte del recargo recae sobre los empleadores, es fundamental destacar que los empleados también contribuyen.

La base máxima de cotización para 2025 es de 58,914 euros anuales. Esto significa que el máximo que se puede detraer por el MEI será de 76,59 euros al año, aplicándose principalmente a los trabajadores que ganan en este rango elevado, representando apenas un 8% del total de asalariados. Con la nueva base máxima para 2026, que asciende a 61,214.4 euros, los trabajadores en el umbral más alto podrían aportar hasta 91,82 euros anuales. Esto se traduce en un incremento de 1,27 euros mensuales, considerando que el MEI afectará más sobre los altos ingresos.

Impacto en la base media de cotización

Para la mayoría de los trabajadores, cuya base media de cotización en 2025 es de 2,255 euros mensuales (27,060 euros anuales), la aportación al MEI será significativamente menor, pasando de 35,18 euros en 2025 a 40,59 euros en 2026. Dicho de otro modo, esto es un aumento anual de 5,41 euros, reflejando un ajuste más bien moderado en el contexto del salario real.

El nuevo diseño del MEI, que se formalizó oficialmente en el Boletín Oficial del Estado en 2023, surgió de una reforma acordada entre el Ministerio de Seguridad Social y los sindicatos UGT y CC OO. Esta reforma ha sido criticada por las organizaciones empresariales CEOE y Cepyme, que abogan por una reducción del gasto en pensiones, que cerró 2025 en 189,000 millones de euros, un 6,2% más que el año anterior.

Cuotas de solidaridad para altos ingresos

Desde el 1 de enero de 2026, también se implementará una cuota de solidaridad para aquellos con ingresos superiores a la base máxima. Esta cuota se estructura de la siguiente manera:

  • 1,15% para la parte de la retribución entre 5,101.21 y 5,611.32 euros (0,96% a cargo de la empresa y 0,19% del trabajador).
  • 1,25% para la franja que va de 5,611.33 a 7,651.80 euros (1,04% empresa y 0,21% trabajador).
  • 1,46% para ingresos que superen los 7,651.80 euros (1,22% de la empresa y 0,24% del trabajador).

Respuesta del Gobierno

Desde el Ministerio de Seguridad Social han defendido la instauración del MEI como una acción crucial para garantizar la viabilidad del sistema de pensiones a largo plazo, considerando los cambios demográficos previstos. Aclaran que este ajuste no ha cambiado desde su introducción en 2023 y que el importe deducido de las nóminas varía según la base de cotización. La norma actual sustituye un anterior factor de sostenibilidad por medidas más equitativas, que benefician especialmente a los trabajadores jóvenes.

Sin embargo, el Gobierno enfrenta una lluvia de críticas por el aumento en las cotizaciones. Distintas asociaciones del sector empresarial argumentan que esto eleva los costes laborales, en un contexto en el que la Comisión Europea prevé que España será el país de la OCDE que destinará la mayor proporción de su PIB a pensiones para 2050, alcanzando un 16,8%.

Concluyendo, el MEI no solo es una herramienta para equilibrar las cuentas públicas, sino que también podría ser la clave para asegurar que el sistema de pensiones se mantenga sostenible frente a los futuros desafíos demográficos.