Para muchos entusiastas, 2025 se perfilaba como un año estelar para Bitcoin. La esperanza de que Donald Trump, el primer «criptopresidente» de EE. UU., regresara a la Casa Blanca incitó al optimismo entre inversores y analistas. La expectativa era clara: se pronosticaba que la criptomoneda podría alcanzar entre 130,000 y 200,000 dólares para finales de ese año. Sin embargo, la realidad ha sido muy diferente. En solo una semana, quienes apoyan a Bitcoin pasaron de celebrar nuevos récords a hablar de un «criptoinvierno». En la actualidad, Bitcoin se enfrenta a un estancamiento que lo tiene rondando los 90,000 dólares, un 30% por debajo de su máximo histórico registrado en octubre.
La evolución de Bitcoin y su creciente dependencia del sistema financiero
Lo que una vez fue un símbolo de rebeldía frente a la política monetaria y el sistema financiero, ahora parece haber cambiado. Bitcoin ha dejado atrás su imagen de independencia, convirtiéndose en un activo que responde a los mismos factores que afectan a mercados tradicionales. Situaciones como recortes en las tasas de interés, tarifas arancelarias y problemas de liquidez han empezado a influir en su cotización. Este cambio se ha visto impulsado por la llegada de grandes inversores institucionales que han comenzado a incorporar Bitcoin a sus carteras.
Un evento crucial tuvo lugar el 10 de enero de 2024, cuando la SEC de EE. UU. aprobó los primeros ETF de Bitcoin, lo que marcó un antes y un después en el ámbito de las inversiones cripto. Pero la figura clave detrás de esta transformación es, sin duda, Donald Trump, quien, al asumir el cargo, hizo de la regulación cripto una prioridad, buscando convertir a EE. UU. en el epicentro global de las criptomonedas.
Promesas y colaboraciones en el ecosistema cripto
Trump ha cumplido en diversas áreas, no solo para alinear su imagen con los intereses de la industria, sino también porque ha encontrado en los activos digitales una oportunidad dorada para su imperio. Se ha asociado con gigantes del ecosistema como Binance y Crypto.com, estableciendo una plataforma de activos digitales y lanzando múltiples fondos cotizados. Además, ha impulsado legislación relativa a las stablecoins y a la regulación del mercado cripto, haciendo que el mundo observe cada movimiento de EE. UU.
El apoyo del gobierno hacia el sector, junto a una regulación que ordena un mercado que antes era percibido como un «Salvaje Oeste», ha llevado a que más inversores institucionales se sumen a la causa. Algunas gestoras incluso sugieren destinar un 2% de la cartera a Bitcoin, convirtiéndolo en una opción accesible a través de ETFs como el de BlackRock, que gestiona alrededor de 69,000 millones de dólares.
Desafíos y riesgos de la nueva era cripto
Con la llegada de nuevos inversores, han surgido preocupaciones sobre la concentración de las tenencias en pocas manos, lo que puede generar una volatilidad inesperada. Javier Molina, analista de eToro, señala que ahora los inversores buscan más estabilidad, basando sus decisiones en datos claros en lugar de dejarse llevar por el miedo a perderse una oportunidad. Indicadores como la política monetaria, la fortaleza del dólar y el entorno geopolítico han pasado al primer plano.
Este nuevo enfoque ha llevado al Bitcoin a una fase complicada. En abril, aprovechando la controversia generada por las políticas arancelarias de Trump, Bitcoin tocó mínimos anuales en 74,424.95 dólares. Sin embargo, logró recuperarse con optimismo durante el verano y alcanzó un máximo de 126,251.31 dólares en octubre, impulsado por la aprobación del Genius Act y el avance en regulaciones. Pero las tensiones volvieron a surgir ante nuevas amenazas arancelarias, desatando un pánico que resultó en la liquidación de más de 19,000 millones de dólares en cuestión de horas.
Desde entonces, Bitcoin ha estado tambaleándose, cotizando por debajo de los 90,000 dólares y mostrando una caída del 6% en el año. A medida que el S&P 500 se revaloriza un 16% desde enero, Bitcoin ha perdido su trayectoria alcista y parece enfrentar lo que muchos llaman un «otoño cripto».
Reflexiones finales y el futuro de Bitcoin
Con la demanda estancada y la liquidez en niveles mínimos, el futuro de Bitcoin es incierto. Los analistas están divididos: algunos creen que estamos en una pausa técnica, mientras que otros temen el comienzo de un nuevo criptoinvierno. Rubén Ayuso, gestor del fondo Criptomonedas FIL de A&G, sugiere que la tendencia alcista se detiene cuando la euforia aparece, y en este momento, el miedo predomina. Aunque muchos esperaban que 2025 marcaría un punto de inflexión, la entrada de nuevos inversores ha transformado el escenario, dejando un camino que podría ser más estructural que temporal.
¿Te interesa invertir en criptoactivos? Asegúrate de estar bien informado antes de tomar decisiones.
