Trump frena el ambicioso proyecto eólico marino de Iberdrola en EE. UU.

Trump frena el ambicioso proyecto eólico marino de Iberdrola en EE. UU.

El reciente anuncio del Departamento de Interior de EE.UU. ha dejado a Iberdrola en una situación crítica. La administración Trump ha decidido suspender, de manera inmediata, todos los contratos de arrendamiento para proyectos eólicos marinos, argumentando riesgos para la seguridad nacional. Esta medida, que afecta directamente a cinco proyectos, es un duro golpe para la compañía española, especialmente para su emblemático Vineyard Wind I, ubicado frente a las costas de Massachusetts. Este parque eólico, con una capacidad instalada de 806 MW, representa una inversión significativa de 2.700 millones de euros.

Un pasado reciente complicado

No es la primera vez que la administración Trump se opone a los esfuerzos de Iberdrola en el ámbito de la energía limpia. Apenas en septiembre, el gobierno había bloqueado otros dos proyectos en Massachusetts: New England Wind 1 y New England Wind 2. Según la Casa Blanca, esta suspensión se justifica por la identificación de «riesgos emergentes» relacionados con la tecnología y la seguridad. El secretario del Interior, Doug Burgum, enfatizó que el principal deber del gobierno es proteger a los ciudadanos estadounidenses.

Impacto en el sector eólico

Las preocupaciones en torno a la seguridad nacional tienen que ver con el potencial de las turbinas eólicas para generar interferencias en los radares, creando objetivos falsos que podrían oscurecer amenazas reales. Un informe del Departamento de Energía para 2024 señala que aumentar el umbral de detección de los radares podría resultar en no detectar objetivos legítimos.

El impacto económico de esta decisión ha sido inmediato. Las acciones de Iberdrola han caído un 0,7%, mientras que sus competidores también han sentido el golpe: Revolution Wind, propiedad de Orsted, vio un descenso del 15%, y Vestas, fabricante danés de turbinas, reportó una caída del 5%.

Un futuro incierto pero decidido

A pesar de estos desafíos, Iberdrola sigue comprometida con su enfoque en EE.UU. A finales de 2023, la empresa firmó un acuerdo de financiación por 1.200 millones de dólares con tres grandes bancos estadounidenses para el Vineyard Wind 1, marcando un hito en la financiación de proyectos eólicos marinos. Además de este proyecto, Iberdrola tiene en marcha Kitty Hawk (2.400 MW) y Gulf of Maine (3.000 MW), que aún requieren una atención crítica en este clima operativo.

El contexto actual también ha llevado a Iberdrola a cambiar su estrategia en EE.UU. En lugar de enfocarse principalmente en las energías renovables, están priorizando las inversiones en redes eléctricas, con planes de invertir 50.000 millones de euros hasta 2028. De esta cifra, 37.000 millones se destinarán a redes, un cambio significativo respecto a sus planes anteriores.

Deslocalización ante la adversidad

Contrario a su enfoque en Estados Unidos, Iberdrola ha tomado la decisión de retirarse de otros mercados donde la política ha generado incertidumbre. En México, la compañía vendió activos valorados en 10.000 millones de euros tras conflictos con la administración de Andrés Manuel López Obrador. Se deshizo de sus ciclos combinados de gas y, recientemente, vendió sus activos renovables a la firma española COX por casi 4.000 millones de euros.

Este escenario refleja la complejidad del sector energético en un mundo donde la política y la economía están intrínsecamente conectadas, y dónde los líderes empresariales deben navegar con cuidado en aguas turbulentas para asegurar un futuro sostenible.