Japón se esfuerza por prevenir una “catástrofe digital” en su futuro tecnológico

Japón se esfuerza por prevenir una “catástrofe digital” en su futuro tecnológico

Las empresas de Estados Unidos y China están liderando el camino en la inteligencia artificial (IA) física, aprovechando su capacidad para integrar sensores, estandarizar procesos y compartir datos. Esto contrasta con Japón, donde las deficiencias estructurales podrían llevar a lo que el gobierno califica como una “derrota digital”. En un país que enfrenta una crisis demográfica prolongada y mantiene políticas migratorias restrictivas, el desarrollo de robots que puedan coexistir con los humanos se presenta como una solución atractiva.

Cultura de la Tecnología

Japón tiene una larga historia de interacción con la tecnología. Desde personajes entrañables como Doraemon hasta la célebre mascota robótica Aibo de Sony, el país ha mostrado una inclinación natural hacia la robótica. En el año 2000, Honda lanzó Asimo, uno de los primeros robots humanoides capaces de caminar de forma autónoma. Esta pasión por la robótica ha llevado a Japón a convertirse en uno de los principales productores de robots industriales a nivel mundial, representando el 38% de la producción global en 2023, según datos de la Federación Internacional de Robótica (IFR). En un contexto donde operan más de 435,000 robots en diversas industrias, la calidad y precisión de estos dispositivos es innegable.

Retos de la IA Física en Japón

Sin embargo, existe una brecha significativa entre la impresionante capacidad industrial y la implementación efectiva de la IA física en situaciones cotidianas. Entrenar sistemas autónomos para que actúen en diversas situaciones presenta desafíos en términos de coordinación y financiamiento, además de obstáculos culturales y regulatorios. El propio gobierno japonés ha subrayado que la cultura empresarial, que tiende a proteger la información, es uno de los principales impedimentos para la adopción de la IA física.

Un reciente informe del Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI) destaca la resistencia estructural de las empresas japonesas a compartir datos. Para que la IA física funcione eficazmente, Japón necesita abordar cuestiones de estandarización y gobernanza, además de digitalizar sus flujos de trabajo para facilitar la recolección de datos esenciales.

Amenaza de la Competitividad Digital

Además, el informe del METI resalta la falta de competitividad del país en el ámbito digital. Japón es más dependiente de servicios digitales importados que de lo que genera internamente, lo que podría resultar en un “déficit digital oculto” que podría ascender a 250,000 millones de euros para 2035 si no se toman medidas. Esto es una señal de alerta sobre la inminente “derrota digital”.

Por su parte, la firma inversora Firstlight Capital ha respaldado el análisis del METI. En sus declaraciones, enfatiza la necesidad de una colaboración activa entre empresas, inversores y responsables políticos, advirtiendo sobre la posibilidad de que Japón repita un patrón en el que, pese a concebir tecnologías innovadoras, no logre capitalizar su ventaja y termine cediendo el liderazgo a otras naciones. La advertencia es clara: Japón podría encontrarse en una situación donde importa el software para sus robots de cuidado, a pesar de desarrollar la tecnología que los fundamenta.

Para competir efectivamente, Japón necesita transformar su capacidad tecnológica en productos globales, antes de que la brecha con Estados Unidos y China se amplíe aún más.