Un giro inesperado para Oracle: de estrella a crisis en solo tres meses
La historia de Oracle ha sufrido un cambio radical en poco tiempo. En septiembre, la compañía emergía como una de las grandes promesas de la industria tecnológica, destacando por su liderazgo en inteligencia artificial (IA). Con un horizonte de crecimiento que hacía vibrar a los inversores y una impresionante cartera de contratos que ascendía a casi 500.000 millones de dólares (aproximadamente 428.000 millones de euros), Oracle llegó a tener una capitalización bursátil cercana al billón de dólares. Este avance dejó a su cofundador, Larry Ellison, como el hombre más rico del mundo, superando incluso a Elon Musk.
Sin embargo, lo que parecía ser un sueño se ha vuelto una pesadilla. Tan solo tres meses después, Oracle enfrenta una grave crisis financiera. Desde sus máximos históricos del 10 de septiembre, sus acciones se han desplomado un 48%, lo que se traduce en una pérdida monumental de casi 500.000 millones de dólares en capitalización. En el último mes, la caída ha sido casi del 20%, convirtiendo a Oracle en uno de los blancos de las correcciones bursátiles generadas por la inquietud de una posible burbuja tecnológica en el ámbito de la IA.
Creciente deuda y nuevos proyectos
La deuda a largo plazo de Oracle ha experimentado un aumento alarmante en los últimos cinco años, pasando de 60.000 a más de 100.000 millones de dólares. En septiembre, la compañía cerró una emisión de bonos por 18.000 millones, que en ese momento generó un fuerte interés por parte de los inversores. Ahora, Oracle está en negociaciones para asegurar financiación para un centro de datos de 10.000 millones en Michigan. Esta operación, que forma parte del ambicioso plan Stargate junto a OpenAI, no incluye a Blue Owl Capital, uno de sus socios estratégicos, lo que ha desencadenado otra caída en la Bolsa. Sin embargo, Blackstone y Bank of America están colaborando en la financiación del proyecto.
Adicionalmente, Oracle planea reunir 38.000 millones de dólares más para potenciar su infraestructura de IA, que incluye centros de datos en varios estados de EE. UU. Este elevado nivel de inversión ha generado inquietud entre sus inversores, quienes temen que la empresa esté asumiendo un exceso de deuda. Los swaps de incumplimiento crediticio (CDS) sobre la deuda de Oracle están alcanzando niveles no vistos desde 2009, una señal del creciente temor en el mercado sobre su apalancamiento financiero.
A pesar del pesimismo de algunos analistas, otros como Bloomberg Intelligence creen que la inversión de Oracle en IA podría, en el mejor de los casos, triplicar sus ingresos en los próximos años. Estos expertos sugieren que la compañía podría explorar distintas opciones de financiación, como bonos, préstamos o inversiones estratégicas, para atender sus compromisos de arrendamiento, que suman hasta 248.000 millones de dólares al 30 de noviembre.
Inversiones y desafíos en el horizonte
La estrategia de Oracle también ha desencadenado un notable aumento en el gasto e inversión. En su primer semestre fiscal, reveló un gasto de capital de 20.500 millones de dólares, que es tres veces más que el año anterior. De hecho, la previsión de gasto de capital para el año se ha elevado de 35.000 a 50.000 millones de dólares.
No obstante, el incremento en la inversión plantea interrogantes sobre la rentabilidad futura de la empresa. En su segundo trimestre, Oracle registró un flujo de caja libre negativo de 10.000 millones, luego de destinar 12.000 millones a capex para «acelerar el crecimiento».
Otro reto es transformar su impresionante cartera de contratos, que suma 523.000 millones de dólares (un 438% más que el año pasado), en ingresos efectivos. La dependencia de un número limitado de clientes genera preocupaciones; por ejemplo, OpenAI tiene un acuerdo valorado en 300.000 millones de dólares con Oracle para los próximos cinco años. Si OpenAI no pudiera cumplir con sus compromisos anuales de 60.000 millones, eso afectaría gravemente a Oracle. Además, OpenAI está buscando 100.000 millones para reforzar sus operaciones antes de su potencial salida a Bolsa, coincidiendo con un enfriamiento en el sector de IA.
Resultados recientes y reestructuración en la cúpula
A pesar de estos retos, Oracle sigue mostrando signos de crecimiento. En el último trimestre, reportó un aumento del 14% en sus ingresos, alcanzando 16.100 millones de dólares, con un notable incremento del 34% en su negocio de nube. Sin embargo, el área de software experimentó una caída del 3%, situándose en 5.900 millones.
Recientemente, la empresa ha llevado a cabo una reestructuración significativa en su liderazgo, marcando la salida de su CEO, Safra Catz, quien ahora ocupa el puesto de vicepresidenta ejecutiva del consejo de administración. Para liderar el camino hacia adelante, se nombraron dos nuevos consejeros delegados: Clay Magouyrk y Mike Sicilia, ambos con antecedentes en la empresa y listos para enfrentar los desafíos que se avecinan.
Oracle se encuentra en una encrucijada que podría definir su futuro en un mercado cada vez más exigente. La clave estará en su capacidad para transformar desafíos en oportunidades y solidificar su posición en el competitivo mundo de la inteligencia artificial.
